El periodista argentino Jorge Lanata
El periodista argentino Jorge Lanata - ABC

Jorge Lanata: «Macri no necesita poder ni dinero. Es muy noble que haya querido ponerse al frente del caos que hay en la Argentina»

El periodista argentino habla con ABC del legado kirchnerista, advierte sobre las serias dificultades a las que se enfrenta el nuevo presidente, Mauricio Macri, por el papel del peronismo como fuerza opositora y por un probable escenario hostil desde lo social al acercarse un año de recortes y devaluación

A juicio de Lanata, todos los argentinos tienen algo de kirchneristas que explica que hayan estado durante 12 años en el poder

BUENOS AIRES Actualizado: Guardar
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El periodista y escritor argentino Jorge Lanata aparece en la radio o en la televisión y el país se detiene. Es algo así como una necesidad para los argentinos. Incluso para sus enemigos, que son muchos. Su voz suena fuerte y firme. Jamás titubea. Sus ideas están claramente trazadas en su cabeza y así las transmite a una ciudadanía que espera siempre con expectación qué va a decir Lanata esta vez, qué bomba periodística va a lanzar, con qué información va a hacer contener la respiración a millones de argentinos.

El periodista de 55 años se ha labrado un muy justo y merecido respeto desde sus inicios. Nadie pone en duda, ni siquiera sus detractores y aunque lo reconozcan por lo bajo, su valía profesional.

Su papel periodístico ha sido relevante no solo por haber arrinconado al poder, sino también por su apuesta permanente por la renovación de la profesión periodística.

Pero probablemente, y aunque sea injusto resaltar solo 12 años de toda una vida dedicada al periodismo, Lanata ha sido una de las figuras más importantes como símbolo de crítica y denuncia contra el gobierno kirchnerista. A él se le deben el destape de los casos de corrupción más sonados y escandalosos de la historia del país.

En una entrevista realizada en Buenos Aires antes de su marcha a Miami donde empieza un nuevo proyecto y abandona (seguiré conectado siempre con Argentina, insiste) su programa de radio y televisión, el periodista habla de lo que le dejan los «K» al país, del perfil del nuevo presidente, de sus desafíos, y grandes dificultades ante una Argentina (siempre) al borde del abismo y del futuro del periodismo.

Ha sido un referente periodístico desde que comenzó su carrera pero su labor como investigador y crítico del gobierno de Cristina Kirchner ha sido reconocido a nivel nacional e internacional. ¿Qué balance hace de estos años de Cristina en el poder? ¿Es parte de lo que se ha visto en la Argentina desde siempre en los gobiernos?

Quedó muy instalado que el gobierno de Carlos Menem fue muy corrupto. Tuve un rol periodístico importante en ese momento también. A partir de reportajes nuestros, hubo en ese momento muchas renuncias de ministros. ¿Qué gobierno ha sido más corrupto? Es difícil responder eso, pero se podría decir que este gobierno lo fue mucho más, pero de otra manera. En el época de Menem pedían muchas coimas, del 20 hasta del 40, una cosa increíble.

Pero en el caso de los Kirchner, lo que hicieron fue participar a las empresas. Es decir, yo te doy la licitación de un puente, te la quedas pero, a cambio, me quedo con el 5 por ciento de la empresa y todos los meses paso a retirar el dinero. Es una corrupción más estructural, más estable, que genera más dinero a largo plazo y así ellos crearon por lo menos tres nuevos millonarios muy importantes en el país. Por ejemplo, Cristóbal López (empresario argentino al frente del grupo Indalo que abarca negocios como la construcción, medios de comunicación y juegos de azar) tiene más de 10.000 empleados. Otro ejemplo es el grupo Electro Ingeniería, uno de los proveedores de obra pública más importantes de la Argentina, y el contratista Lázaro Báez, que tenía el 98 por ciento de la obra pública de la provincia de Santa Cruz. Desde ese punto de vista, este gobierno fue mucho peor.

(El caso Lázaro Báez es un proceso judicial iniciado hace dos años gracias a una investigación de Lanata en el que se denuncia lavado de dinero, asociación ilícita y encubrimiento. Leonardo Fariña (contador) y Federico Elaskar (creador de compañías ficticias para Báez) admitieron en el programa de investigación de Lanata, Periodismo para Todos (PPT), el papel de Báez como testaferro de Néstor Kirchner, así como la participación de ambos en el desvío de fondos públicos adjudicados a empresas de Báez. Posteriormente, lo negaron todo diciendo que lo que habían admitido en el programa era mentira).

Después hubo una revalorización del rol del Estado, que en verdad terminó siendo el Estado para ellos (los «K»), no del Estado como tal.

Y después y produjeron algo que yo llamé «la grieta». La primera vez que hablé de eso me insultaron, ahora, cinco años después, todo el mundo utiliza el concepto. Pero es algo que pasó, fomentaron la división en la sociedad como no pasaba desde los años 50. Y cuando pasó en los años 50 fue una división que duró 30 años, por eso creo que esa grieta los trascenderá a ellos mismos. Más allá de que el kirchnerismo en poco tiempo quedará como algo marginal que no tendrá ninguna influencia, esa división está instalada y va a permanecer.

De todo lo que has investigado de los diferentes gobiernos, ¿es lo peor que has visto como periodista?

He visto muchas cosas, pero por ejemplo, recuerdo reportajes de investigación que hemos hecho en el interior argentino grabando escuelas sin paredes en el medio del barrio. Aparte, hay una lógica que es terrible, y que supone que cuanto más pobre es el lugar, más se roba. Y eso pasa en todo el mundo, como África que es muy corrupta, pero aquí hay provincias casi medievales, que son las mismas y que han sido de todo: kirchneristas, menemistas, se acomodan con el poder de turno. Desde ese punto de vista, sí es el peor gobierno que he visto.

¿Ha tenido miedo por sufrir represalias al perseguir el poder?

Es parte de nuestro trabajo. Mira, cuando dirigía Página 12 tuvimos cuatro amenazas de bomba, una explotó y nos voló la rotativa. Cuando investigué el atentado a la Embajada de Israel y la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina) me amenazaron y estuve con custodia. Actualmente, estoy con custodia porque hubo un problema en mi piso (el pasado 4 de agosto apedrearon la garita de seguridad del edificio donde vive Lanata y se encontraron ocho casquillos de calibre 38). Esto sucedió justo al día siguiente de denunciar a Aníbal Fernández (jefe de Gabinete durante el gobierno de Cristina Kirchner) por narcotráfico.

Uno no es que no tenga miedo, si no lo tenés es porque estás loco. Pero lo que hago es sobreponerme, no dejar que me paralice porque si no, ganan ellos.

¿Por qué se va del país a emprender un nuevo proyecto regional de internet? ¿Tiene que ver con el fin del gobierno kirchnerista y que hay que dejar hacer al nuevo gobierno para volver a investigar conforme pase el tiempo?

No, no tiene que ver con eso. Se me ocurrió un proyecto de internet que puede ser interesante y siempre me pasa lo mismo en estos casos. Cuando tengo una idea en la cabeza solo pienso en eso y lo demás se transforma en trabajo y cuando un trabajo se transforma en eso, trabajo, hay que dejarlo.

Ahora me voy para Miami para cerrar el plan de inversión, tratar de que Argentina me financie allá.

¿Se siente positivamente responsable de haber destapado tantas mentiras del gobierno «K» y evitar así que continúe en el poder?

Nuestro trabajo en términos políticos ha tenido el efecto de evitar la reelección de Cristina. No pudo hacerlo por la cantidad de casos de corrupción, y la otra fue la derrota de Aníbal Fernández en la provincia de Buenos Aires. El mérito es haberlo contado, nada más, lo que pasa es que los demás no lo hacen. En la gente pegó mucho, cuando denunciamos la ruta del dinero «K» en el programa «Periodismo para Todos» (PPT) hicimos 32 puntos de rating, es lo que hace un programa de muestra culos, no un periodístico. Pero es que estaba el país parado porque Fariña contó que el dinero que llevaban era tanto que no podían contarlo y por eso lo pesaban. Esa idea de que pesaban el dinero fue muy fuerte. En el reportaje Fariña me dice: «Habrán sido 3 kilos» y yo no entendía. Y me dijo con toda naturalidad que se pesaba el dinero.

¿Qué opina de Macri?

Su gabinete me pareció bien, aunque no es una persona que haya votado históricamente...

¿Ahora lo votó?

Sí, porque lo importante era que los «K» se fueran. Creo que Macri le hará bien a la Argentina porque la devolverá a Occidente. No estoy de acuerdo con todas las alianzas que está haciendo. En algunos casos está aliando con el poderío histórico de algunos sindicatos, y creo que se equivoca porque eso se lo van a cobrar.

¿Cree que será un buen presidente?

Espero que lo sea. Lo va a tener muy complicado, el peronismo en la oposición es muy difícil. Sé que ellos están preocupados porque temen que haya disturbios a fin de año generado por el peronismo y es probable que se haga porque ya ocurrió. Se le viene un año complejo desde el punto de vista social porque tiene que ajustar quiera o no, tiene que devaluar quiera o no. Estuvimos 12 años viviendo una economía ficticia, algo parecido a lo que pasó durante el menemismo, cuando un dólar valía un peso y también era mentira. Mil dólares en ese momento no valían nada y yo no sé de economía, pero me preguntaba por qué en el mundo valía y aquí no. Eso duró 10 años. Ahora pasó lo mismo. No puede costar la luz lo que cuesta, ni un boleto de colectivo (autobús) lo que cuesta (servicios subsidiados). Eso va a generar un problema de reajuste grande.

Ellos niegan que van a sacar los subsidios…

Yo entiendo que lo nieguen porque quieren calmar a la gente pero no se puede hacer todo junto. No podés no quitar los subsidios y a la vez bajar impuestos. Esto es un problema de dinero, es algo físico, si está está y si no está, no está.

¿Continuará investigando y pendiente de lo que haga el nuevo gobierno como hizo con el anterior?

También hay algo que tiene que ver con el contexto político. Estar el primer año de gobierno haciendo denuncias te aísla de la gente, porque la gente quiere que le vaya bien. Y además surgió este proyecto de internet. Yo haré ediciones especiales del programa de investigación si hace falta. Si hay un quilombo (lío, desorden) hacemos un programa especial y listo.

¿En qué consiste su nuevo proyecto periodístico?

Los medios de hoy son del siglo XIX pero en el XXI. Por un lado, eso es buenísimo porque todo vuelve a ser experimental, es decir, hay que reinventar la radio, la televisión, los medios...No se están dando cuenta de que el medio es internet. No hay que colocar un diario, una radio, etc. en internet sino que la red es el medio en sí. Creo que en un proceso de renovación, el contenido debe dictar la forma. Por ejemplo, nos encontramos nosotros para hacer esta entrevista, ¿cómo lo cubrimos? Veamos. Puede ser televisión, radio...No importa la forma, sino el contenido. Que el contenido dicte la forma, que internet recupere la capacidad de sorpresa... Y también este proyecto tiene carácter regional porque ya no hay más proyectos regionales, y porque lo que estamos discutiendo con una red de nueve países es el español como centro. Es un liderazgo vacante que intentó ocupar España en algún momento pero no encontraron la fórmula para hacerlo. Por eso, creo que hay un lugar para hacer algo.

Cuando hicimos el diario «Página 12» (cofundado por Lanata en 1987 y que dirigió durante siete años) hicimos un diario como si nunca hubiera habido un diario. Discutimos cada sección otra vez. Fuimos el primer medio que metió la portada en la página 3, lo cual es lógico, porque si te vendo algo en la portada quiero verlo apenas abro el diario y no en la página 50.

Si discutimos internet desde la ingenuidad podemos hacer cosas nuevas, no dar nada por supuesto.

¿Qué rol cree que cumplen las redes sociales en esta revolución de internet?

En las redes, hago esta división: nosotros (periodistas), el microclima, la opinión pública y el pueblo. El microclima lo representan los que directa o indirectamente influyen en nuestra opinión (los que escriben cartas a los medios, los que llaman a las radios, nuestros familiares y amigos). Opinión pública es un sector urbano de clase media que reproduce lo que lee. La opinión pública lee los diarios, el pueblo ve televisión. Las redes están ganadas por el microclima. Cuando los medios resaltamos lo que opina la gente en Twitter, creo que estamos dándole una entidad excesiva a lo que esta red representa. Pero como influye en la opinión pública parece que es más de lo que realmente es.

Esa entidad excesiva se la dan también los medios informándose a través de tuits...

Es una locura. Sí. Ahí hay mucho que discutir y que están sin defiinir. Una es el anonimato. Yo puedo estar discutiendo con alguien que se llama Madre Teresa y resulta que es Videla y yo no lo sé. Es una conversación desigual. Esto es como una pared de baño público donde todo el mundo escribe cualquier cosa. Pero también es útil, por ejemplo, en el caso de Venezuela donde la gente puede expresarse porque no hay otra forma, no hay medios.

Pero teniendo en cuenta que aún los medios convencionales tienen influencia, ¿Cree que llegan al punto de determinar los votos? Aníbal Fernández aseguró que los medios condicionaron el voto que terminó con el triunfo de Macri...

Goebbels desarrolló el nazismo con la radio y los panfletos, pero los alemanes eran nazis. Yo no creo que los medios inventen en la sociedad algo que no está, en todo caso, pueden exagerar algo que existe. Hay una vieja frase de Perón en el exilio que lo explica: «nos iba bien con los medios en contra y nos sacaron con los medios a favor».

La idea que tiene el gobierno respecto al poder de los medios está equivocada y es porque no los conocen. Creen que los medios se pueden manejar de forma íntegra. Ellos proyectan lo que querrían que una redacción sea, esa concepción estalinista donde nadie piensa y todos dictan.

Pero en Argentina se dio una paradoja y es que el 80 por ciento de los medios están vinculados a los «K», pero tienen el 20 por ciento de la audiencia. En cambio, el 20 por ciento de los medios independientes tenemos el 80 por ciento de la audiencia. Esto lo ha provocado el propio gobierno al arrinconarnos y al crear medios que no decían nada.

¿Por qué Néstor y Cristina han estado tanto tiempo en el poder? ¿Cómo lo han hecho?

Estoy trabajando en un libro sobre eso y es difícil de responder. También hay que plantearse qué tenemos los argentinos de kirchneristas. Y algo tenemos, porque si no, no hubieran durado tanto tiempo. Tenemos que ver con los K y sobre todo, con el peronismo. Si no, no se explican que hayan estado 50 años.

¿Volverá un peronismo más «limpio» si se aleja el kirchnerismo?

Va a volver el peronismo más tradicional. Esto del kirchnerismo fue un episodio setentista. Si tuviera que resumir a los k sería algo así como: la generación del setenta llegó al poder. Pero sin armas. Era gente a la que solo le importaba llegar al poder y que eran corruptos.

¿Qué opina de que Mauricio Macri señale como una de las líneas prioritarias de su gestión la lucha contra el narcotráfico?

Es un problema grave. En la época de Menem se instaló el lavado de dinero del narcotráfico, pero con los «K» se instaló el narcotráfico, que es distinto. El narcotráfico es impensable sin la colaboración política y policial y eso está metiéndose en todas las estructuras del poder. Está buenísimo que se decida a hacerlo.

¿Y respecto a su objetivo de pobreza cero?

En Brasil Lula también lo intentó y lo lograron en parte. También son consignas que se hacen en campaña y todos mienten un poco porque buscan votos. Hay cosas que no son tan complicadas si se deja de robar y se trabaja bien. En el tema de la desnutrición tienen a Abel Albino (médico y presidente de CONIN, Cooperadora para la Nutrición Infantil) que es buenísimo.

¿Qué le gusta de Mauricio y qué no?

Me gusta que Mauricio Macri que no necesite estar ahí. Podría estar gastando dinero en cualquier lado. Se mete en un quilombo y no necesita poder ni dinero. Es muy noble que haya querido ponerse al frente del caos que hay en la Argentina.

Pero creo que a veces es demasiado prudente. Tardó mucho en pelearse con Cristina, en criticar a los K. Tiene un discurso muy conciliador donde influyen mucho sus asesores de imagen, creo que los escucha demasiado. Es una persona que no es todo el tiempo él, en algunas cosas está demasiado «marquetinizado». Pero su gabinete me parece bien. Por fin viene gente de la vida real, que viene de hacer cosas.

¿Hay algún ministro que no le convenza?

Lino Barañao (ministro de Ciencia y Tecnología actual y durante el gobierno de Cristina Kirchner) me parece un acierto político pero técnicamente no me parece bueno. Nosotros hicimos alguna denuncia por corrupción contra él por lo que no me gusta su nombramiento. Patricia Bullrich (ministra de Seguridad) no me parece la persona idónea, la pusieron porque es muy política y como la seguridad es un caos optaron por un perfil político. Por otro lado está la canciller, Susana Malcorra, que iba a reemplazar a Ban Ki-moon el año que viene. Isela Costantini, CEO de General Motors, iba a estar al frente de la filial en China y será la presidenta de Aerolíneas Argentinas. Son gente buena. Ojalá puedan hacer algo bueno.

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