Obama, junto a Abe, en su visita a Hiroshima
Obama, junto a Abe, en su visita a Hiroshima - REUTERS

Japón asegura que Abe no pedirá perdón en su vista a Pearl Harbor

El primer ministro se convertirá a finales de este mes en el primer mandatario japonés en visitar la base estadounidense, de cuyo ataque se cumplen estos días 75 años

Tokio Actualizado: Guardar
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El primer ministro japonés Shinzo Abe se convertirá en el primer mandatario nipón en visitar Pearl Harbor, coincidiendo con el 75 aniversario del ataque por sorpresa del ejército japonés a la base estadounidense que causó la muerte de 2.400 militares y civiles y desencadenó la entrada de EE.UU. en la II Guerra Mundial.

Sin embargo, el Gobierno japonés ha asegurado que el primer ministro rendirá un homenaje a las víctimas pero no ofrecerá una disculpa durante su visita a la base estadounidense de Pearl Harbor a finales de diciembre.

«Esta visita es para honrar las almas de los fallecidos en la guerra, no es para pedir perdón», ha defendido el ministro portavoz, Yoshihide Suga durante una rueda de prensa.

Durante su visita a Hawaii el 26 y 27 de diciembre, el primer ministro estará acompañado por el ministro nipón de exteriores Fumio Kishida, que la calificó el gesto como «una muestra de la reconciliación entre Japón y EE.UU».

Abe y el presidente estadounidense Barak Obama, que acompañará al mandatario durante la visita a la base y que acabará su mandato en enero, celebrarán su última cumbre en Hawaii.

«La reunión será un ejemplo más del gran papel que la alianza entre Japón y EEUU tiene para la paz y la estabilidad en la región Asia Pacífico y la comunidad internacional», ha apuntado el canciller nipón en declaraciones a los medios.

El pasado mayo, Obama realizó una histórica visita a Hiroshima y se convirtió en el primer presidente de EEUU en ejercicio en viajar a la ciudad nipona sobre la que hace 71 años durante la II Guerra Mundial las tropas estadounidenses lanzaron una bomba nuclear.

El actual inquilino de la Casa Blanca aprovechó la visita para rendir homenaje a las más de 140.000 víctimas inmediatas del ataque atómico y aunque no expresó una disculpa defendió la idea de conseguir un mundo sin armas nucleares.

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