Los italianos sueñan con volver a los pueblos tras la reclusión por el coronavirus

La pandemia desata el anhelo de reencontrarse con la tranquilidad y la naturaleza. El famoso arquitecto Stefano Boeri propone la creación del Ministerio de la Dispersión

El alcalde Cervara de Roma a ABC: «Vivir aquí es, como dice el poema que nos dedicó Rafael Alberti, como estar en el cielo»

Panorámica de Cervara de Roma, situado a 70 kilómetros de la capital italiana ABC

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Rafael Alberti se enamoró y la consideró una de las ciudades medievales más sugestivas del Lazio y le dedicó un poema: «Cervara de Roma. Vive sola, esculpida en la cima de una montaña de piedra. Es una escultura en el cielo y al cielo volaría si el aire la sostuviera». Hoy Cervara de Roma puede ser uno de los cientos de municipios con los que pueden soñar los italianos, porque el coronavirus ha despertado el deseo de volver a pueblos en busca de tranquilidad y contacto con la naturaleza.

Después del encierro que han sufrido durante dos meses , muchos en casas pequeñas y sin luz, el deseo de escapar de las grandes ciudades es cada día mas fuerte. Cervara di Roma, a 70 kilómetros de Roma, es una de las joyas del Parque Natural de los Montes Simbruini , que se puede divisar desde las casas.

Su alcalde, Adriano Alivernini , profesor jubilado de Tecnología en la enseñanza media, comenta a ABC que el pueblo sufrió una fuerte despoblación: «Llegó a tener 2.000 habitantes y hoy cuenta con 435, porque los jóvenes prefieren la ciudad donde cuentan con más posibilidades. Pero este es un municipio maravilloso, con mucho atractivo turístico y tranquilidad; como decía Alberti, está en el cielo».

«Grandes ciudades, grandes cárceles»

El célebre arquitecto Massimiliano Fuksas dice que en estos tiempos del coronavirus es un «privilegiado porque tiene espacio y aire» en la provincia de Siena donde vive. Pero afirma que vivir en el campo fuera de la gran ciudad «no puede ser un lujo, sino una alternativa para todos, un puesto en el que estudiar y trabajar».

En una entrevista con el diario «La Repubblica», Fuksas está convencido de que habrá una vuelta a los pueblos: «Ciertamente volverá a suceder, porque nuestras ciudades que fueron, por definición, el lugar de la libertad, han demostrado ser grandes cárceles. Los científicos dicen que el virus en el campo es más débil no solo porque hay menos contacto social, sino porque el viento sopla, hay menos metal y menos plástico».

Massimiliano Fuksas, junto a otros arquitectos, científicos e informáticos, ha realizado un proyecto sobre la casa del futuro y ha enviado una carta abierta al presidente de la República para que el asunto sea estudiado por la comisión de expertos para la reconstrucción del país: «Se debe rediseñar el espacio vital en la casa tras la Covid-19 : es necesaria una ley que prohíba las casas menores de 60 metros cuadrados. Se deben prever espacios para el aislamiento y el teletrabajo», afirma Fuksas.

Ministerio de la Dispersión

Otro célebre arquitecto, Stefano Boeri , propone incentivos fiscales para animar a la gente a restaurar las casas de los pueblos, un plan que ya contempla el gobierno. Además, Boeri ha ideado la creación del Ministerio de la Dispersión, que sirva para coordinar la fuga de la ciudad y la llegada a los pueblos. La propuesta es aplaudida con entusiasmo por Fuksas: «Los Apeninos están llenos de países abandonados. Es una oportunidad para regenerarlos. El escape de la ciudad podría dar vida a hermosos lugares que son la identidad de Italia».

Sin duda, uno de esos lugares puede ser el municipio medieval de Cervara, de sugestiva belleza, con rico patrimonio cultural y espléndidos paisajes naturales, fuente de inspiración no solo de Alberti, sino también de numerosos artistas, entre ellos Ennio Morricone , que compuso «Nocturno para Cervara» y «Pasacalles para Cervara». Hace años fue elegido como el municipio ideal de Italia .

El teletrabajo

Su alcalde nos explica que las casas cuestan, de media, 1.000 euros metro cuadrado y en alquiler las hay de 300 a 400 euros por 80-100 metros cuadrados. Desde luego, puede ser ideal si uno hace teletrabajo. «Vamos a poner ya fibra óptica», nos dice Adriano Alivernini.

Sin duda, el teletrabajo favorecerá ese regreso a los pueblos, asegura a ABC el profesor Domenico De Masi , sociólogo de referencia en Italia, el mayor experto en teletrabajo: «Yo combato sobre el teletrabajo desde hace más de cuarenta años. El 1 de enero de este año había 570.000 trabajadores de teletrabajo en Italia, frente a 14 millones de personas, potencialmente, que podría teletrabajar. En pocas semanas, desde 570.000 hemos pasado a ocho millones. Pero se benefician de esta modalidad de trabajo de la peor forma posible, sin la posibilidad de alternarlo en casa, en el bar, o donde uno quiere, con paseos… Ahora el trabajo se hace como si se estuviera en una prisión, en cautividad. Con el teletrabajo aumenta la productividad entre el 16 y el 20 por 100, según han demostrado las investigaciones».

En definitiva, tras el coronavirus puede cambiar la mentalidad actual de mirar a los pueblos hoy casi abandonados como reliquias del pasado más o menos remoto. Para muchos, en ellos está el futuro.

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