Italia invertirá 50.000 millones en un plan de infraestructuras

Desafía a la Unión Europea ya que el proyecto supera los gastos fijados en Maastricht

El puente desplomado en Génova hace una semana REUTERS

ANGEL GÓMEZ FUENTES

Italia piensa en poner en marcha una especie de plan Marshall para dar seguridad a las infraestructuras del país. La catástrofe del puente de Génova desplomado el pasado martes, que causó 43 víctimas, puso de relieve la urgencia que tiene el país en modernizar sus infraestructuras, en buena parte obsoletas. Se lanzará a primeros de septiembre y se trata de un plan «sin precedentes con enormes inversiones en obras públicas». Lo ha anunciado el coordinador del proyecto, Giancarlo Giorgetti, subsecretario de la presidencia del Gobierno y brazo derecho del ministro del Interior, Matteo Salvini. El objetivo es «dotar de seguridad a las infraestructuras del país».

Se trata de un plan que «no solamente afectará a la red de autopistas, puentes y viaductos, sino también a las escuelas y a las situaciones de riesgo causadas por la inestabilidad hidrológica», afirma Giorgetti. El coste para poner en práctica este plan estará entre 33.000 y 50.000 millones de euros, el equivalente a 2-3 puntos del PIB. Para ello el Gobierno desafiará a Bruselas, pues no piensa tener en cuenta los parámetros de Maastricht , que exigen mantener el déficit en relación con el producto interior bruto (PIB) por debajo del 3 por 100.

El gobierno cree que posee un argumento fuerte para esperar en la «benevolencia» de Bruselas: «Hay que garantizar las estructuras de base, lo esencial. En este frente no pueden valer déficit, PIB o parámetros europeos». El gobierno se muestra convencido de que esa inversión servirá también para incrementar el crecimiento económico, que hoy está a la cola de Europa.

Además, el Gobierno italiano tiene intención de pedir el apoyo del presidente del Banco Central Europeo (BCE) , Mario Draghi, para que continúe con su programa de compra de bonos. «Draghi y el BCE han desarrollado en estos años una función importantísima. Espero que el programa del QE (expansión cuantitativa, compra de bonos, que el BCE tiene previsto concluir en diciembre) siga adelante». El Gobierno italiano teme que aumente su prima de riesgo y el coste los intereses de la deuda pública se disparen, cuando el BCE termine las compras de deuda pública. La presión al BCE para que siga con el programa del QE tiene una finalidad muy importante para Italia: La lucha contra la especulación financiera y fuga de capitales.

«Los fondos especulativos hacen su trabajo. Toca a nosotros ser creíbles y vencer el instinto financiero», subrayó Giorgetti, quien recientemente expresó sus temores de que a finales de agosto y en septiembre se pudiera desencadenar una especulación financiera contra Italia. De todas formas, se considera poco probable que el BCE atienda la petición italiana, pues solamente continuaría en el 2019 con su programa de medidas de estímulo y compra de bonos si se debilita el crecimiento y la inflación.El Gobierno italiano debe presentar su presupuesto para el 2019 a Bruselas en octubre y los inversores temen que se disparen los gastos, lo que conlleva un grave riesgo ante la exorbitante deuda pública italiana (el 132,5% del PIB).

Por el momento, la incertidumbre política italiana está causando la huida de inversores extranjeros . La respuesta de Matteo Salvini a esta fuga de capitales ha sido la de atacar a lo que él llama «poderes fácticos», o sea, «banca y finanzas», que en su opinión «quieren acabar con el gobierno de la Liga y del Movimiento 5 Estrellas, pero no lograrán su objetivo».El desastre del puente Morandi de Génova ha significado un revulsivo en Italia para afrontar su grave problema de infraestructuras. Pero no solo se trata de carreteras, puentes y escuelas. Al ser un país con gran riesgo sísmico, «el 80 % de los inmuebles necesita una reforma antisísmica , que costaría 100.000 millones de euros», según Paolo Cimellaro, profesor del Politécnico de Turín. «Ante un coste tan elevado -afirma- sería conveniente demoler y reconstruir».

De la incertidumbre política que se vive hoy en Italia, da buena idea una polémica declaración realizada ayer por Giancarlo Giorgetti, el brazo derecho de Salvini: «Es indispensable la reforma de las instituciones democráticas, porque el parlamento no cuenta nada, ya que el pueblo no lo cuenta como algo propio».

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