La investigación de la trama rusa cumple un año sin respuestas

Muller ha imputado a 19 personas, pero no ha probado el complot entre la campaña de Trump y Rusia

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump AFP
Javier Ansorena

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Ayer se cumplió un año del nombramiento de Robert Mueller como fiscal especial de la trama rusa, con el fin de dilucidar si hubo complot entre la campaña de Donald Trump y el Kremlin .

La investigación ha marcado el apenas año y medio de presidencia de Trump, con ruido proveniente de todos los frentes: la prensa contraria al presidente ha amplificado cada noticia relacionada con las pesquisas, la prensa amiga ha denunciado un trato desfavorable con el presidente y el multimillonario neoyorquino y sus aliados en el Congreso apuntan a una persecución.

Entre el griterío, Mueller ha seguido implacable con su trabajo. Hasta el momento, ha imputado a 19 personas y a tres compañías y ha arrancado declaraciones de culpabilidad de cinco personas. En el camino, ha ampliado la investigación a otras cuestiones. Algunas, relacionadas directamente con Trump, como la posibilidad de que el presidente incurriera en obstrucción a la justicia . Precisamente, por el capítulo que llevó a Mueller a su designación como fiscal especial. El año pasado, Trump despidió al entonces director del FBI, James Comey, tras pedirle «lealtad» y trato favorable con el que fuera su asesor de seguridad nacional, Michael Flynn. También se planteó despedir al fiscal general, Jeff Sessions, que se recusó de la investigación rusa, lo que motivó que su segundo, Rod Rosenstein, nombrara a Mueller para liderar el caso.

Otros acusados de su investigación -como Paul Manafort , que fue presidente de la campaña de Trump, y Richard Gates , que fue vicepresidente- lo son por asuntos anteriores a la supuesta trama, pero que han surgido como consecuencia de las pesquisas.

La mayoría de los imputados -trece personas y tres compañías- lo son por su participación en una campaña de propaganda política rusa para influir en la elección. Lo más jugoso hasta el momento es que ha conseguido que se declaren culpables tres cargos de la campaña o de la administración de Trump: Flynn, Gates y el asesor George Papadopoulos. Estas declaraciones de culpabilidad se deben a la voluntad de los acusados de colaborar con la justicia a cambio de un trato favorable. Pero todavía está por ver qué información ha sacado Mueller de ellos.

¿Existió el complot?

El principal inconveniente para Mueller es que el ámbito de la investigación es enorme y todavía no tiene respuestas a la principal pregunta: ¿existió el complot? La experiencia demuestra que la opinión pública pierde la paciencia con las investigaciones que se alargan durante años y en EE.UU. las encuestas dicen que cada mes que pasa el apoyo popular a Mueller cae. No ayuda que Trump, algunos legisladores conservadores y miembros de su Gobierno presionan para que el investigador cierre el caso a la máxima celeridad. El último en hacerlo ha sido el vicepresidente, Mike Pence.

Trump no quiso faltar a la celebración del primer cumpleaños de la investigación de Mueller y ayer atacó con dureza con varios tuits mañaneros: «Enhorabuena EE.UU., entramos en el segundo año de la mayor caza de brujas de la historia estadounidense , y todavía no hay ni complot ni obstrucción. El último complot fue el de los demócratas, que fueron incapaces de ganar la elección a pesar de gastar mucho más dinero», aseguró. Después, buscó enturbiar más el asunto citando una información de «National Review», una revista favorable, en la que se desliza que el FBI «espió» a su campaña con un «informante infiltrado». «Si es así, ¡eso es mayor que Watergate!», denunció Trump en referencia al escándalo que provocó la dimisión del presidente Richard Nixon.

En un tercer tuit, calificaba la «caza de brujas» de «asquerosa, ilegal y sin garantías» y decía que a pesar de ella, de los medios y de quienes le odian, ha protagonizado «los 17 primeros meses más exitosos de cualquier administración de la historia de EE.UU.»

Nada de esto parece que vaya a presionar a Mueller. Las únicas palabras que podrían favorecer el aceleramiento de la investigación , son las que le diga el propio Trump en un interrogatorio. Los abogados del presidente ya han recibido un listado con las cuestiones que Mueller tocará en la entrevista, que debería ocurrir en los próximos meses.

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