El MI5 investiga por qué se ignoraron los avisos sobre Salman Abedi

Hasta cinco fuentes alertaron de que suponía un peligro

Corresponsal en Londres Actualizado: Guardar
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El MI5, el servicio de inteligencia británico, llevará a cabo una investigación a fondo para saber por qué se ignoraron hasta cinco avisos sobre la peligrosidad de Salman Abedi, que hace siete días mató con una bomba a 22 personas a la salida de un concierto en el Mánchester Arena, siete de ellas niños. Además, antes de estudiar el caso más a fondo, el servicio secreto ha realizado ya una indagación de urgencia para chequear el fallo en el control del terrorista.

Hace dos meses se registró una polémica similar, cuando tras el atentado con seis muertos en el Parlamento de Londres se destapó que Khalid Masood, el autor, había estado en su día bajo el radar del MI5, pero luego se desentendió de él.

Las fuerzas de seguridad alegan que el control absoluto de todos los sospechosos en todo momento es imposible, porque hay 20.000 potenciales yihadistas en el Reino Unido, de los que solo se vigila de manera constante a 3.000.

Mientras la policía y el MI5 continúan sin desarticular al completo a la red que dio apoyo a Abedi, de 22 años, hijo de refugiados libios, que va emergiendo como un hombre no demasiado inteligente, incapaz de llevar a cabo solo un atentado tan mortífero. No se ha dado todavía con el cerebro que ensambló la bomba, lo que mantiene el riesgo de otro atentado, a pesar de que el sábado la alerta se bajó del nivel máximo, «crítica», a «severa».

Esta mañana se ha producido una nueva detención, un hombre de 23 años en Shoreham-by-sea, en Sussex, Sureste de Inglaterra. Con él permanecen custodiados 14 sospechosos. A primera hora de este lunes también ha habido un registro en Whalley Range, el barrio de Mánchester donde vivieron los padres de los hermanos Abedi cuando llegaron al Reino Unido a comienzos de los años 90, con estatus de refugiados que huían del régimen de Gadafi.

El padre, muy peligroso, era un salafista

El padre y el hermano menor están detenidos en Trípoli, como sospechosos de relaciones con Al Qaeda y el Daesh. El hermano mayor, Ismael, casado y de 23 años, fue arrestado al día siguiente del atentado y continúa retenido. El padre, muy religioso, era un salafista que durante la llamada «Primavera Árabe», había combatido a Gadafi con el Grupo Libio de Lucha Islámica (LIFG), una facción considerada organización terrorista en el Reino Unido.

Los malos pasos de Salman Abedi eran un secreto a voces en sus círculos de Mánchester. Mohamed Shafiq, de la Fundación Ramadán, ha contado al «Daily Telegraph» que «la gente de la comunidad estaba preocupada por cómo se comportaba y avisó por los canales correctos, pero no les dijeron nada». Dos amigos del joven llamaron por teléfono a la «línea caliente antiterrorista», la primera vez hace cinco años y la segunda el año pasado (en ambas la ministra de Interior era Theresa May). «Estaban preocupados porque Salman estaba apoyando el terrorismo y decía que ser un bombardero suicida estaba bien», señalan fuentes próximas a ellos.

Akram Ramadan, de 49 años, uno de los portavoces de la comunidad libia en Mánchester, ha contado que Salman se enojó con el imán de la controvertida mezquita de Dibsbury porque el clérigo hizo un sermón en el que condenó al Daesh. Según su testimonio, responsables de la mezquita contactaron con personal de Prevent, el plan anti extremismo islámico del Gobierno, para dar aviso sobre Salman.

Por último, un miembro de la propia familia Abedi contactó con la policía para contarles la deriva del joven. Ninguna de las advertencias sirvió para que se vigilase a Salman Abedi.

Tras la tregua política que supuso la suspensión de la campaña por el luto del atentado, el ataque se ha convertido en un ariete para la propaganda electoral. La ministra del Interior, Amber Rudd, ha afirmado que con Jeremy Corbyn como primer ministro el riesgo de un atentado sería mayor y recordó que en su día votó reiteradamente en el Parlamento contra la legislación antiterrorista.

Corbyn relaciona el atentado con la guerra de Irak

El viernes, en lo que sus compañeros de fila más moderados consideraron un grave error táctico en un momento en que estaba remontando en las encuestas, Corbyn relacionó el atentado con la política exterior británica y sus participación en las guerra se Irak y Afganistán. Los laboristas acusan también al Gobierno de haber debilitado a la policía ante los terroristas con los recortes de la plantilla de agentes.

May, que comenzó la campaña con hasta 22 puntos de ventaja sobre su cuestionado rival laborista e incluso renunció a los debates televisivos, ha ido perdiendo brillo. Su anuncio programático de cobrar más a los ancianos que reciben asistencia social en sus domicilios, obligándolos incluso a responder después de muertos con sus viviendas, levantó una polvared enorme, que la desplomó en las encuestas. La premier pasó de la veintena de puntos a solo cinco. Tras el atentado ha remontado algo, pero su ventaja sobre Corbyn es solo de siete puntos, lo que supondría que no lograría la abultadísima victoria y cómoda mayoría parlamentaria que la animaron a convocar elecciones anticipadas.

May y Corbyn serán entrevistados esta noche del lunes por separado en Sky televisión por uno de los periodistas británicos más populares en el género.

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