Un vuelo directo de American Airlines a La Habana
Un vuelo directo de American Airlines a La Habana - ABC

El inmovilismo de Cuba empuja a Trump a revertir el proceso

Lo único que cambió en la isla es el fuerte aumento de visitantes norteamericanos

NUEVA YORK Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Hace hoy dos años, Barack Obama y Raúl Castro sorprendían al mundo con el anuncio de una apuesta común por restablecer las relaciones diplomáticas entre EE.UU. y Cuba. Después de cinco décadas de fractura total, el acercamiento entre ambos países fue acogido de diferentes formas en EE.UU.: para unos era una anomalía diplomática que no beneficiaba a nadie y que había durado demasiado tiempo; para otros era una concesión a una dictadura castrista que no ha cedido un milímetro en materia de libertades y derechos humanos. Desde entonces, el único cambio real que se ha notado en Cuba es el aumento de visitantes desde EE.UU., que se ha disparado un 75%, y el empujón que por ello ha recibido el sector turístico.

Aunque los viajes de turismo a Cuba aún están prohibidos por EE.UU., las autoridades de hecho no ponen trabas, hay diez aerolíneas que vuelan desde EE.UU. a territorio cubano y tres cruceros que atracan en La Habana.

Pero el Gobierno cubano apenas ha cambiado nada. La idea central de Obama es que la apertura permitiría una apertura progresiva de los cubanos «desde dentro». Pero la persecución política y la falta de libertades son igual de acuciantes que hace dos años, y las reformas económicas que había empezado a aplicar Raúl Castro -la posibilidad de empezar pequeños negocios, por ejemplo-, están paralizadas.

Ahora, Cuba mira a Donald Trump. El presidente electo cambió su discurso sobre Cuba en campaña. Pasó de decir que le parecía bien la apertura –aunque él conseguiría «un mejor acuerdo»– a amenazar con revertir lo conseguido por Obama. Lo que hará es una incógnita, pero el inmovilismo de La Habana le anima a lo segundo.

Ver los comentarios