CLAVES DE LATINOAMÉRICA

El indulto a Fujimori apuntilla la escasa popularidad de Kuczynski

La polarización política amenaza con lastrar la eficacia del consenso económico peruano

Pedro Pablo Kuczynsni, presidente de Perú, en un acto oficial REUTERS

EMILI J. BLASCO

El indulto concedido al expresidente peruano Alberto Fujimori ha hundido aún más la popularidad del actual mandatario del país, Pedro Pablo Kuczynksi. Su gestión presidencial es vista favorablemente solo por el 20% de la población , según la encuesta Pulso Perú, lo que constituye la cifra más baja desde su llegada al cargo, en julio de 2016; su desaprobación es del 75% .

La aceptación de PPK, como se conoce al presidente, ya era baja. Pero a las dos principales razones de desaprobación –la opinión de que realiza una «mala gestión» (22%) o «no gobierna» (18%)– se ha sumado ahora el indulto a Fujimori (15%). Curiosamente, entre los que pocos que aprueban a PPK, la razón más esgrimida para ello (26%) es su gesto humanitario para con el exmandatario, lo que muestra la profunda división social provocada por esa decisión.

Inversiones en riesgo

La crisis política peruana, agravada con el indulto que se anunció el día antes de Navidad, amenaza con lastrar la economía peruana, poniendo en riesgo el crecimiento del 3,8% del PIB previsto por el FMI para este año. Perú debía recuperar en 2018 las tasas de crecimiento próximas al 4% que había tenido con antelación, tras los bajos resultados de 2017, en que la progresión económica fue de un estimado 2,7%.

La salida de prisión de Fujimori, de 79 años y en delicado estado de salud, ha creado inquietud entre los inversores extranjeros, según ha advertido Michael Shifter, presidente de Diálogo Interamericano , el think-tank de Washington con mayor foco en Latinoamérica.

El recuerdo de la presidencia autoritaria de Fujimori (1990-2000), autor de un autogolpe y encarcelado por violación de los derechos humanos, no atrae simpatías de la comunidad internacional. Pero la «preocupación» de los inversores, indica Shifter, se centra en las consecuencias políticas que puedan derivarse. «Es muy difícil para PPK ganar la credibilidad que ha perdido y superar una polarización que en Perú es más fuerte que nunca », dice.

«Conozco a muchos inversionistas que están muy preocupados por la incertidumbre en este momento. Perú siempre ha encontrado la fórmula básica en años anteriores de tener una economía que caminaba bastante bien, mientras que la política no era tan sólida o estable, pero ahora no sé si ha llegado a un punto donde la crisis política sí podría poner en riesgo la inversión de afuera », afirma Shifter.

Efectivamente, el gran logro de Perú en las dos últimas décadas, ha sido mantener una similar política económica, de responsabilidad presupuestaria y ortodoxia financiera, en sucesivas presidencias. Se le reconoce a Alberto Fujimori haber puesto las bases de esa estabilidad económica, pero luego cada presidente, incluido el izquierdista Ollanta Humala, ha tenido el mérito de haber alimentado ese gran consenso.

De Keiko a Kenji

Una polarización insalvable de la vida política podría dinamitarlo. Quizá de haber ganado Keiko Fujimori las presidenciales de 2016, que perdió por solo 40.000 votos, el país habría pasado página a sus obsesiones políticas . Un Gobierno razonable, no autoritario, de la hija del expresidente habría tal vez normalizado el apellido. Pero este sigue siendo el principal talismán aglutinador de sus oponentes.

En cualquier caso, debido a su corta victoria, Kuczynski quedó expuesto a la presión de Keiko Fujimori en el Congreso, donde Fuerza Popular tiene 71 escaños, frente a los 15 del partido de PPK.

El presidente se salvó de un proceso de destitución , votado el 21 de diciembre y relacionado con acusaciones de haber recibido sobornos de la constructora brasileña Odebrecht, gracias a que 10 diputados de Fuerza Popular, liderados por Kenji Fujimori , hijo también del expresidente y enfrentado a su hermana, rompieron las directrices de su grupo y apoyaron a PPK. Tres días después, el indulto venía a desvelar un pacto secreto.

La situación política previa, que había debilitado notablemente a Kuczynski, se ha enrarecido aún más. Según Pulso País, de la encuestadora Datum, el 36% de los peruanos cree que ahora la dirección del fujimorismo la ha retomado el anciano patriarca al salir de prisión. Por su parte, el 35% estima que su hija Keiko, la cual ha mantenido distancias respecto a su padre, sigue siendo la referencia política de Fuerza Popular.

Dada la división del centro y la izquierda, Fuerza Popular sigue siendo el primer partido. No obstante, es el otro hijo del indultado, Kenji Fujimori, quien se ha visto beneficiado por los últimos movimientos, al superar en valoración (35%) a su hermana (28%), cuando en diciembre era prácticamente la revés.

Papa y Cumbre de las Américas

Así las cosas, es difícil prever si Kuczynski logrará recomponer su autoridad, lastrada por el caso Odebrecht y por un indulto que ha parecido otorgado para evitar la caída por ese caso.

La llegada del Papa esta semana y la celebración de la Cumbre de las Américas a mediados de abril, en la que se reunirán todos los presidentes del continente americano, serán posiblemente plataformas que aproveche la oposición para hacer oír internacionalmente sus críticas.

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