Indicios de que el asesinato del alcalde Lübcke fue obra de un grupo organizado

El asesino podría haber actuado con la ayuda de cómplices, según informa la policía alemana

La policía alemana investiga la escena del crimen donde fue asesinado Lübcke EFE

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La Policía alemana reconoce con la boca pequeña que tiene indicios de que el neonazi detenido como presunto asesino del político conservador Walter Lübcke , el pasado 2 de junio, no actuó solo, sino que tenía cómplices o personas de su entorno que le acompañaron la noche del crimen y que le ayudaron en la huída. La prensa alemana acusa a los responsables policiales de ocultar detalles que apuntan a esa hipótesis , como el testigo que afirma que vio al menos dos coches circulando «de forma agresiva» por el lugar y más o menos a la hora en la que fue efectuado el disparo en la cabeza, a la altura de la orejea derecha. Es lo que declaró a la policía, pero solo se ha conocido su testimonio a través d ellas páginas del diario de Múnich Süddeutsche Zeitung.

El pasado sábado fue detenido un hombre de 45 años, Stepahn E., que en 1993 había atacado un albergue de refugiados y que durante años ha sido un asiduo en marchas ultraderechistas . En el cuerpo de la víctima y en su ropa fueron hallados restos de ADN de este individuo, por lo que se procedió con rapidez a su detención. Está fichado como extremista violento y su perfil encaja perfectamente con el de un asesino con motivación política, que habría actuado contra el alcalde que en 2015, en el momento más duro de la crisis de los refugiados en Alemania, defendió la construcción de un albergue en su distrito, pero según el ministro alemán del Interior, Horst Seehofer, se desconoce si actuó solo o si tenía cómplices.

El presunto autor, ha subrayado Seehofer en la rueda de prensa en la que informaba sobre las pesquisas policiales, ha sido muy activo en la escena ultraderechista durante las décadas de los 80 y los 90, luego militó en el neonazi Partido Nacional Democrático (NPD) y estaba en contacto con grupúsculos violentos, pero llevaba años pasando desapercibido para las fuerzas de seguridad . Estas declaraciones apoyaban indirectamente la hipótesis de que actuó en solitario. El presidente de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV), Thomas Haldenwang, por su parte, se ha limitado a señalar que el detenido tenía toda una«carrera ultraderechista», pero que el último registro en las actas de inteligencia del interior datan de 2009.

Peligro ultraderechista

«Si la Oficina de Protección de la Constitución no es capaz de detectar a tiempo a tipos como este, tenemos un serio problema», reconoce a Bild Zeitung una fuente anónima de este organismo de inteligencia, «después del caso NSU hubo un gran consenso acerca de la necesidad de seguir esto a fondo y en ningún caso mirar para otro lado , pero el desarrollo en estos últimos meses parece ir por otro camino». Se refiere a la célula terrorista autodenominada NSU, que durante una década actuó impunemente en Alemania, viajando de uno a otro punto de la geografía del país y matando a extranjeros, asesinatos que disfrazaba de delincuencia callejera . Su existencia solo fue detectada a causa de un accidente, un incendio provocado en la caravana en la que vivían sus componentes, relacionados sentimentalmente entre sí, y que descubrió un grupo terrorista de extrema derecha apoyado por una red financiera y logística que nunca llegó a aclararse del todo.

El caso Lübcke revive ahora ese fantasma en Alemania y varios medio s sugieren que las autoridades no están haciendo todo lo posible por llegar al fondo de la cuestión. Ni siquiera queda claro, en las declaraciones de los responsables, si Stephan E. estaba bajo vigilancia. Bild Zeitung asegura, citando fuentes de inteligencia, que el expediente fue totalmente borrado en 2015 del sistema NABIS de la OTAN, una base de datos utilizada en la lucha antiterrorista, y al parecer en las investigación sobre la NSU hay declaraciones de agentes secretos que afirmaban estar en contacto con un militante del NPD al que identifican como Stepahn. El NPD ha sido un partido político muy infiltrado por la inteligencia alemana durante décadas, tan infiltrado que por momentos se perdía la línea divisoria entre los neonazis y los agentes infiltrados. No sería la primera vez que un caso quedase sin aclarar debido precisamente a esa imbricación.

Mientras tanto, la posición oficial del gobierno es que el Estado de Derecho debe luchar con «todos los medios» contra la violencia ultraderechista, un «peligro creciente» en Alemania según ha reconocido el ministro Seehofer. «La ultraderecha es un creciente peligro para nuestra sociedad», ha dicho, calificando de «señal de alarma» el caso Lübcke, porque un ataque a un «representante político» es un ataque «contra todos», contra «nuestro Estado, nuestro sistema democrático y de libertades». Tras declararase «profundamente conmocionado», ha reiterado que la lucha contra el terrorismo y el extremismo son «tareas nucleares» del Gobierno alemán y de su departamento.

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