El incierto futuro de Boris Johnson, un ganador herido

Con 211 votos a su favor y 148 en contra, el primer ministro británico ha sobrevivido una vez más cuando se encontraba en la cuerda floja

Boris Johnson salva la moción de confianza de su propio partido y continúa como primer ministro

El primer ministro de Magaluf

Boris Johnson AFP | Vídeo: EP
Ivannia Salazar

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Boris Johnson lo ha vuelto a hacer. Este martes, se levantó para   volver a Downing Street, a su despacho de primer ministro, tras haber sobrevivido una vez más cuando se encontraba en la cuerda floja. Aunque aseguraba sentirse confiado, el premier no las tenías todas consigo, y la votación de los diputados conservadores de la moción de censura interna podía dar una sorpresa. Finalmente la balanza se inclinó a favor del primer ministro, pero con un resultado que no da para grandes celebraciones y que dejó en evidencia que la formación política que lidera está resquebrajada. Y él, herido. No de muerte, pero tocado y con un futuro incierto por delante, porque el 41% de los parlamentarios de su partido quieren deshacerse de él.

Johnson hizo de tripas corazón en unas declaraciones tras conocerse el resultado en las que insistió en que este fue «extremadamente bueno», con 211 votantes a su favor y 148 en contra , pero los rebeldes ya han advertido que seguirán dando la batalla para que deje el cargo, al que él se aferra. Incluso, han anunciado que podrían estar dispuestos a que se modifiquen las reglas que impiden que se presente una nueva moción hasta dentro de un año. A dar la cara por el líder , que ahora enfrenta sus horas más bajas y una popularidad por los suelos según las encuestas, salió su segundo, Dominic Raab, que pidió a los opositores que «respeten» el «resultado democrático» de la votación. El propio Raab reconoció, eso sí, que duda que haya un candidato con un plan lo suficientemente sólido y con un respaldo mayoritario para liderar el partido, motivo que, según algunos analistas, podría estar detrás del voto de algunos tories a favor del premier, es decir, no tanto por convicción sino por falta de opciones reales que permitieran llevar a una figura potente a unas elecciones generales.

Y aunque el primer ministro insistió en que ahora es necesario pasar página y dejar atrás el escándalo de las fiestas ilegales en Downing Street, lo cierto es que esa telenovela aún no acabado , ya que en unas semanas empezará la próxima investigación relacionada con el 'partygate', concretamente sobre si Johnson le mintió al Parlamento al negar que se rompieron las reglas del Covid-19 en las dependencias del gobierno. A esto se suma que se acercan las elecciones en dos circunscripciones tradicionalmente conservadoras y cuyos resultados serán un termómetro de los electores conservadores. Raab le quitó hierro al asunto diciendo que «las elecciones parciales son a menudo una oportunidad para un voto de protesta» y consideró que «los gobiernos de turno a menudo pierden en las locales»» para luego ganar en las generales. «Pero haremos todo lo que podamos para ganar esos dos escaños», apuntó.

La historia se repite o no

Mientras tanto, el premier tiene que poner en práctica sus habilidades como equilibrista si no quiere repetir la historia de Theresa May, que hace cuatro años ganó la votación de su propia moción de confianza por 200 a 117, una diferencia menor que la de Johnson, pero igual se vio obligada a renunciar poco después, en mayo de 2019. Su plan inmediato es poner sobre la mesa la agenda con la que trabajará en temas clave, como el aumento del costo de la vida, la crisis de la energía y de la sanidad o el protocolo de Irlanda del Norte, pero el desafío es mayúsculo. Tobias Ellwood, uno de sus mayores críticos , avisó que solo tiene «unos meses» para darle la vuelta al panorama sombrío que ha quedado en evidencia tras la noche del lunes, pero concluyó que Johnson solo seguirá como primer ministro unos meses más, hasta la conferencia del partido en octubre.

El exlíder conservador William Hague escribió en el diario 'The Times' que Johnson debería salir para que el partido pueda comenzar de nuevo. «Si bien Johnson sobrevivió a la noche, el daño causado a su cargo de primer ministro es grave », señaló. «Se han dicho palabras de las que no se pueden retractar, se han publicado informes que no se pueden borrar y se han emitido votos que muestran un mayor nivel de rechazo que el que cualquier líder tory haya soportado y sobrevivido. En el fondo, debería reconocer eso y concentrarse en salir de una manera que ahorre al partido y al país tales agonías e incertidumbres».

Keir Starmer, líder de los laboristas, calificó como «grotesco» que los tories finalmente dieran su apoyo a una persona que no tiene «sentido del deber». «El partido conservador ahora cree que violar la ley no es un impedimento para hacer la ley. El partido conservador ahora cree que el público británico no tiene derecho a esperar políticos honestos», aseguró. Por su parte, el líder de los nacionalistas escoceses en Westminster, Ian Blackford, le advirtió a Johnson que «no se puede ignorar la democracia» y apuntó que, ante un resultado «notable» como este, «cualquier otra persona se habría ido».

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