¿Por qué es tan importante el encuentro entre las dos Chinas?

Los presidentes de China y Taiwán se verán las caras por primera vez en una histórica visita

Corresponsal en Hong Kong Actualizado: Guardar
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Basta decir que llevan semanas, meses eligiendo concienzudamente la forma de dirigirse el uno al otro para darse cuenta de la importancia del encuentro que tendrá lugar este sábado en Singapur entre los Presidentes de China y Taiwan, la primera vez que ocurre desde que la Guerra Civil creó en 1948 dos Chinas separadas por el estrecho de Taiwan.

En aquel momento, el Kuomintang, también conocido como Partido Nacionalista Chino, y sus seguidores, fueron obligados a abandonar la China continental y a refugiarse en la isla de Formosa, donde establecieron, apoyados por los Estados Unidos, la República de China, (capitalista) único país reconocido por la ONU hasta la década de los 70. Desde entonces, es la República Popular China el país reconocido, y su amenaza de romper relaciones con todo aquel país que reconozca a Taiwan como estado independiente hace que éste se encuentre fuera de cualquier organización internacional.

Sin embargo, la batalla territorial e ideológica no ha cesado. La República Popular de China, vencedora del conflicto, reclama Taipei (no reconocen la existencia de Taiwan como país) como parte de su territorio, mientras que al otro lado del estrecho, Taiwan se considera independiente.

No se reconocen

Ninguno de los dos reconoce como Presidente al otro. Los dos reclaman ambos territorios como suyos y, sin embargo, están obligados a entenderse, y a tratarse. El término elegido: señor.

Desde la llegada al gobierno taiwanés de Ma Ying-jeou en 2008, las relaciones entre ambos países, siempre tensas, han visto un cierto grado de acercamiento, cuya culminación se producirá el próximo sábado en Singapur. Sin embargo, la prudencia marcará un encuentro del que en ningún caso saldrá una declaración conjunta ni ningún tipo de acuerdo. Todas las partes tienen cosas que perder. Xi Jinping no puede dar demasiada legitimidad al representante de una isla que considera parte de su territorio. No obstante, sabe que es un momento crucial para establecer una base de diálogo y una hoja de ruta en sus relaciones con Taiwan antes de que el próximo año Ma deje de ser primer ministro y mas que probablemente los independentistas del Partido Democrático Progresista suban al poder y la tensión se dispare de nuevo. Los taiwaneses, especialmente las nuevas generaciones, son abiertamente separatistas, como se demostró con las protestas de 2010 ante el Acuerdo Económico firmado con China, y que se vuelve a poner de manifiesto estos días con las protestas que recorren el país contra la reunión del sábado.

Pekín teme una declaración formal de independencia Taiwanesa, algo que podría impulsarle a valorar una invasión territorial, amparada en la Ley Anti Secesión promulgada en 2005 y que permite el uso de la fuerza para recuperar un territorio sublevado.

Tras la recuperación de las colonias de Hong Kong y Macao, Taiwan es el objetivo principal de Xi para su sueño de la «China única» y lo que suceda en Singapur estos días puede marcar el devenir de uno de los puntos de equilibrio mas inestable en el mapa geopolítico del Sudeste asiático.

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