Argentina

La Iglesia sale a poner paños fríos tras el último pulso a Macri

La misa que cerró los actos del sindicalista Moyano han suscitado enérgicos reproches

El presidente argentino, Mauricio Macri Efe

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El Gobierno de Mauricio Macri no es a la Iglesia lo que fue el de Cristina Fernández y eso, se nota. Los desencuentros o las tensiones entre el Ejecutivo argentino y el clero se suceden con Francisco en el Vaticano . El último episodio, de una serie difícil de entender para muchos argentinos (y extranjeros) , tuvo como protagonista a la familia del sindicalista Hugo Moyano que buscó –y encontró- el manto protector de la Iglesia cuando la justicia la acecha por corrupta.

La peregrinación del patriarca del sindicato del camión, con su hijo Pablo (el fiscal pidió su detención) y un grupo de opositores (muchos en lista de espera en el banquillo) a la basílica de Mercedes Luján, el fin de semana pasado, se transformó en algo muy parecido a un mitin contra el Gobierno encabezado por el arzobispo Agustín Radrizzani, que pidió un cambio de modelo económico.

Las declaraciones de Pablo Moyano, el hombre que tensó demasiado la cuerda o el cordón umbilical con la Iglesia, pusieron al Pontífice en apuros al advertir que « sin la venia del Papa» no hubiera sido posible la misa que cerró los actos , bajo el lema «Pan, Paz y Trabajo». Las reacciones y reproches a la Iglesia no se hicieron esperar y provocaron que el presidente del Episcopado, Oscar Ojea , tuviera que salir a poner paños fríos (diario Perfil). «El Papa no tiene informes diarios sobre lo que hacemos en la Conferencia Episcopal porque no tiene tiempo» dijo antes de añadir, « no tengo la menor idea de si el Papa estaba informado » sobre lo sucedido en Luján.

Miguel Lifschitz , gobernador de Santa Fe (una de las tres provincias más importantes por detrás de Buenos Aires y Córdoba), opinó: «No está mal que la Iglesia dialogue con los sindicalistas» pero «no es bueno que tome partido de coyunturas políticas». Con los ánimos bastante más caldeados, Waldo Wolff , también diputado de la coalición de Gobierno, escribió en su cuenta de Twitter: «Religión, poder, corrupción, política, fascismo. Qué puede salir mal?». Las críticas también partieron de una agrupación en los antípodas del pensamiento de Macri: El Partido Obrero. Su principal referente, Néstor Pitrola , definió lo sucedido en Mercedes Luján como una marcha del «moyanoKirchnerismo”», algo «vergonzoso».

Más serena pero dolida, la diputada oficialista Paula Oliveto , escribió: «Tenemos sindicalistas enriqueciéndose a costa de sus trabajadores. La Iglesia no tendría que haberse prestado a semejante acto de extorsión con ellos en primera fila». Posteriormente, con el periodista Luis Majul lamentó: «Esa movilización y ese apoyo no se podrían haber realizado sn que el Papa lo supiera… Eso es triste porque es mi pastor».

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