Las horas más bajas de Johnson tras la rebelión de 100 de sus 'tories'

Los escándalos y las restricciones por el Covid hunden su popularidad

Boris Johnson abandona la sede del Gobierno en Londres REUTERS

Ivannia Salazar

Boris Johnson está en horas bajas. Con varios frentes abiertos, el primer ministro británico se enfrenta a la que es, con mucha probabilidad, su semana más dura desde que asumió el cargo en el verano de 2019. En diciembre de aquel año, justo ahora dos años, ganó la mayoría absoluta en el Parlamento, un triunfo que dibujaba un camino halagüeño, donde sería fácil gobernar. Con lo que no contaban ni él ni nadie es con que una pandemia pondría contra las cuerdas a medio planeta solo unos meses después. Durante una temporada capeó bien un temporal donde se juntaron el Brexit, su recuperación tras enfermar de Covid-19 y escándalos varios, pero ahora la situación es muy distinta. En solo unos días, el ‘premier’ ha sido testigo de cómo la opinión favorable sobre él ha caído en picado hasta su punto más bajo en las encuestas , lo que demuestra su desconexión con la gente de a pie, incluso con sus votantes de toda la vida.

Prueba de ello es el batacazo que se dio este jueves al perder el apoyo de los electores en la circunscripción inglesa de North Shropshire , donde se celebró una votación para elegir al sucesor del conservador Owen Paterson, que dimitió hace unas semanas por un escándalo de conflicto de intereses tras ser la cabeza de esta localidad durante casi un cuarto de siglo. El triunfo de la liberaldemócrata Helen Morgan es muestra evidente de que el ‘premier’ está sufriendo una grave crisis de liderazgo. En su discurso, Morgan exclamó: «Esta noche, la gente de North Shropshire ha hablado en nombre del pueblo británico». «Han dicho alto y claro: ‘Boris Johnson, se acabó la fiesta’», espetó.

Pero este varapalo fue solo la cereza del pastel de un problema mayor: la grave fractura que hay dentro del Partido Conservador y que provocó que a principios de esta semana un centenar de diputados de sus propias filas se rebelaran contra Johnson en una votación en la Cámara de los Comunes . ¿El motivo? Las nuevas medidas para afrontar la propagación de la nueva variante del coronavirus, Ómicron, que puso todo patas arriba cuando se creía que lo peor de la pandemia ya había pasado. El ‘premier’ tuvo que apoyarse en la oposición para que fueran aprobadas.

Esta es la mayor rebelión de su mandato como primer ministro. El diputado Geoffrey Clifton-Brown dijo a Sky News después de la votación que la magnitud de la rebelión demuestra que hay «una división bastante importante» en el Partido. «El primer ministro tiene que pensar cuidadosamente» cómo hacer para gobernar con un partido unido «porque todos sabemos lo que le pasa a los partidos desunidos», dijo. «Si esto continúa, algunos de nosotros pensaremos que tenemos que hacer un cambio. Todavía estoy con él, todavía lo apoyo, pero él tiene que cambiar», advirtió.

Los rebeldes no parecen tener un cabecilla claro , aunque las primeras revueltas empezaron en el seno del Covid Recovery Group, un núcleo duro de parlamentarios a los que no les tiembla el pulso para enfrentarse abiertamente al líder de su partido. El resto de rebeldes vienen de todos los estratos, desde los que se han opuesto abiertamente desde el inicio de la pandemia a los confinamientos, los del área más extrema de la derecha, partidarios del Brexit, exministros, diputados centristas moderados como Damian Green, veteranos… Uno de estos últimos declaró a la BBC que la votación del martes fue «un tiro en la proa de Downing Street» y advirtió que la rebelión puede convertirse en una auténtica batalla si el Ejecutivo opta por introducir más restricciones , una amenaza a una libertad personal que los tories abanderan y en la que muchos de ellos no están dispuestos a ceder. Y no solo eso: las fiestas ilegales celebradas en Downing Street el año pasado han provocado una explosión de ira.

En un año, de seguir así, Johnson podría estar fuera. Así lo cree un parlamentario que habló bajo condición de anonimato con el diario ‘The Guardian’, que cree que el ‘premier’ debe regresar tras el parón navideño con un plan para recuperar la confianza de sus propias filas. Pero, como advirtió otro tory, «probablemente no aceptará las preguntas fundamentales que tiene que hacerse; nunca lo ha hecho y dudo que lo haga».

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