La guerra de Israel contra Irán se libra en el sur de Siria

Los «ataques preventivos» del Ejército israelí impiden que llegue la paz al país

Miembros del grupo armado Hizbolá, respladado por Irán EFE

Mikel Ayestarán

La «autopista de la paz» recorre los 70 kilómetros que separan Damasco de Qneitra, ciudad situada en plena verja de separación entre Siria y los Altos del Golán ocupados por Israel. Desde el inicio de la guerra en 2011, se convirtió en la «autopista de la guerra» debido a los choques entre el Ejército sirio y los distintos grupos armados de la oposición y yihadistas.

Las armas han callado entre los sirios en esta parte del país , pero la paz sigue lejos de esta ruta ya que aquí se registran la mayor parte de operaciones aéreas que Israel califica de «ataques preventivos» contra objetivos vinculados con Irán, firme aliado de Bashar al Assad. El más reciente de estos ataques costó la vida el sábado a tres milicianos de Hizbolá.

Durante muchas fases de la guerra, el Gobierno de Damasco perdió el control de una zona en la que grupos yihadistas como el Frente Al Nusra, brazo de Al Qaida en Siria, Liwaa Fursan Al Jolan y Liwaa Omar bin al-Khattab, estos dos últimos con apoyo directo de Israel, como pudo constatar la investigadora Elizabeth Tsurkov , miembro del think tank «The Forum for Regional Thinking», se hicieron fuertes y expulsaron de sus zonas de influencia a las fuerzas de Damasco.

Cuatro años de cerco

Hader fue uno de los lugares que permanecieron fieles al Gobierno de Bashar al Assad. El precio pagado por esta localidad de mayoría drusa, secta monoteísta derivada del islam con unos 600.000 seguidores en el país, fue de cuatro años de cerco opositor en los que al menos 141 vecinos perdieron la vida y cientos resultaron heridos.

«Los ataques comenzaron en 2013, cerraron todas las carreteras, nos cortaron la electricidad, el teléfono… y en las aldeas vecinas aparecieron eslóganes como “prohibido el paso de drusos y de perros”. De pronto, floreció un odio y un rencor desconocidos», recuerda Mahmoud Atawil, líder religioso de la comunidad . «Israel ha tenido un rol clave, era el padrino de los grupos terroristas que nos cercaron. Les daban armas y medicinas y evacuaban a sus heridos a hospitales al otro lado de la verja. Si nuestras milicias o el ejército avanzaban, Israel bombardeaba para detener el avance. Ahora además practica los asesinatos selectivos y ya son once los vecinos asesinados, el último hace un mes tras el impacto de un misil contra su coche. No aceptan a nuestros resistentes», explica Atawil, que considera que Israel «miente» cuando asegura que sus ataques se dirigen contra la presencia de milicianos de Hizbolá».

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