La 'guardia pretoriana' de Sarkozy, juzgada por favoritismos y extorsión de fondos públicos

Varios miembros de su equipo presidencial entre 2007 y 2001, acusados de pagar sondeos en favor del jefe del Estado y su esposa

Giacometti acompañado por sus abogados AFP

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Las 'cacerolas' de su presidencia de la República continúan persiguiendo a Nicolas Sarkozy. Cuatro de los más influyentes miembros de su 'guardia pretoriana', en el Elíseo, son juzgados por «favoritismo y extorsión de fondos públicos» pagando sondeos de opinión destinados a la acción política del jefe del Estado.

En marzo y septiembre, la justicia condenó a Sarkozy a varios años de cárcel, por delitos personales: escuchas ilegales, tráfico de influencias, gastos de campaña fuera de la Ley. El ex presidente presentó dos recursos, esperando que la justicia revise su condena en segunda instancia.

La justicia ha comenzado a juzgar un nuevo escándalo, protagonizado por su equipo presidencial . Claude Guéant, secretario general del Elíseo, entre 2007 y 2011, Emmanuelle Mignon, directora de gabinete, Patrick Buisson y Pierre Giacometti, consejeros políticos, son juzgados por presuntos delitos de favoritismo y extorsión de fondos públicos.

La justicia sospecha que Guéant y Mignon autorizaron el pago de varios millones de euros a las compañías de estudios de opinión que dirigían Buisson y Giacometti, realizando sondeos de la más diversa índole: del matrimonio de Sarkozy con Carla Bruni a las tendencias políticas de fondo. Los trabajos se hicieron sin concurso público ni licitación de ningún tipo.

En este caso, la justicia no acusa directamente a Nicolas Sarkozy, pero habría deseado escuchar su opinión en tanto que testigo. Sarkozy anunció, en su día, que no deseaba declarar públicamente. Si la justicia desea conocer su opinión deberá presentar una demanda escrita, de posible respuesta escrita o privada. En tanto que presidente en ejercicio, durante los años del escándalo, está jurídicamente protegido.

Sarkozy no podrá librarse, sin embargo, de la afrenta, el oprobio, del alegre comportamiento de la elite de su guardia pretoriana. El secretario general del Elíseo, la jefa de gabinete del presidente, y sus principales consejeros políticos fueron personajes más que influyentes en la cúspide del Estado. Su presunto favoritismo y extorsión de fondos públicos son cacerolas siempre ruidosas.

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