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La Policía escolta a un refugiado deportado de Grecia a Turquía - AFP

Grecia reanuda las devoluciones a Turquía mientras siguen llegando inmigrantes a sus islas

Un ferry con 45 inmigrantes paquistaníes a bordo ha llegado este viernes a costas turcas procedente de Lesbos. Las autoridades cuentan 124 clandestinos devueltos

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Las autoridades europeas han retomado las expulsiones a Turquía de las personas que entraron ilegalmente en Grecia con posteridad al 20 de marzo, el día en que entró en vigor el polémico pacto sobre refugiados. Los dos barcos que transportan a inmigrantes procedentes de las islas de Lesbos, Samos y Cos ya han atracado en el pequeño puerto de Dikili, en Turquía. En Lesbos un grupo de activistas ha denunciado la medida de la Unión Europea con cánticos de «vergüenza». Tres de ellos se lanzaron al mar para protestar por la salida de los barcos, pero fueron sacados del agua por los guarda costas.

Las devoluciones arrancaron el lunes pero se han detenido durante cuatro días. La confusión y el caos administrativo, así como la tensión en los centros de detención de las islas griegas, han sido los protagonistas de estas dos jornadas.

La primera de las dos embarcaciones ha transportado a 45 paquistaníes. En la segunda se han embarcado 79 ciudadanos de diversas nacionalidades, aunque no hay sirios entre ellos, según las primeras informaciones procedentes de las autoridades griegas.

Una portavoz de Frontex, la agencia europea para las fronteras, ha señalado que ninguno de ellos ha expresado deseo de solicitar asilo político. Según ha señalado, a bordo de los barcos se encontraban un médico y diversos intérpretes. Esta es una de las cuestiones más sensibles del proceso de devolución que han iniciado la UE y Turquía. Según la legislación europea, si una persona ha solicitado asilo político en un país, no puede ser expulsada de allí hasta que esta sea rechazada. Ante el temor de ser enviadas a Turquía, muchos de los más de 50.000 refugiados e inmigrantes que se encuentran en estos momentos en Grecia han rellenado en los últimos días los formularios para solicitar asilo. Las autoridades griegas se han quejado a Bruselas de los pocos recursos que tienen para tantas solicitudes, así como de la presión que están sufriendo para gestionarlas lo más rápido posible.

Además, las organizaciones humanitarias que trabajan en las islas griegas temen que muchas de las personas que están detenidas a la espera de ser devueltas a Turquía no tengan la información suficiente como para ejercer su derecho a solicitar asilo.

Todas las personas expulsadas hoy han sido transportados a Dikili, una pequeña localidad situada a poco más de 100 kilómetros al norte de Esmirna. Este el mismo lugar al que el pasado lunes fue expulsado el primer grupo de inmigrantes, compuesto por 202 personas, la mayoría de nacionalidad paquistaní. Estos salieron de las embarcaciones de uno en uno, acompañados por una escolta policial que se mantuvo hasta que subieron a los autobuses que les esperaban dentro de las instalaciones portuarias. De allí partieron directamente a un centro de deportación situado en Kirklareli, una población cercana a la frontera con Bulgaria.

Centros como el de Kirklareli son el destino que le esperan a todos aquellos no sirios que sean devueltos de Grecia. Allí esperaran a que los funcionarios turcos tramiten su deportación a sus países de origen. Los procedentes del país árabe destrozado por la guerra, en cambio, serán trasladados a campamentos de refugiados en Turquía. Su esperanza es que sean los afortunados para ser recolocados en Europa. El acuerdo UE-Turquía recoge que por cada sirio que sea expulsado de Grecia, los países europeos se comprometen a aceptar un refugiado sirio desde territorio turco. Más de 2,7 millones de sirios residen en estos momentos en Turquía.

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