Europa juegue su mejor ventaja competitiva

El continente tiene la cultura, el talento y la historia para ser una referencia en el mundo en materia de Derechos Humanos y cooperación

CARBAJo&ROJO
Giuseppe Tringali

Giuseppe Tringali

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Es increíble e inaceptable que en el 2021 todavía sigamos asistiendo a violencias inauditas, a restricciones de las libertades y de los derechos fundamentales, asistiendo a violencia y esclavizacion de mujeres y niños utilizando ideologías y religiones.

Afaganistan es la punta del iceberg de porqué las restricciones de la libertad y la represión de los derechos universales, la violencia de género, la esclavitud de la mujer y el racismo, estan presentes en varias formas y con gravedad en muchos otros países.

La pobreza, la ignorancia, el adoctrinamiento o las dictaduras culturales hechas de ortodoxia y dogmas son las bases del modelo de los Estados autoritarios.

Solo una Cultura abierta, un conocimiento sin imposiciones, una educación multicultural son las claves de la Libertad.

En un mundo global y abierto donde todo está relacionado, los nacionalismos o egoísmos son expresión de regresión. Solo una vision global, una mayor cooperación como en los casos —y no solo— de la actual pandemia o del clima es motor de progreso.

Aceptar la diversidad significa replicar la naturaleza que tiene exactamente en la diversidad su riqueza.

Europa tiene años y años de historia y una cultura que todavía es referencia mundial. Ha vivido momentos tremendos y ha sabido superarlos.

En los últimos 70 años, Europa ha sabido ser una referencia en democracia, en 'welfare' y en bienestar; una referencia en derechos humanos y en la legislación necesaria para una sana convivencia. Ahora, no obstante, las recientes crisis y la actual pandemia también la han hecho una referencia en cooperación y en programas de sostenibilidad para una mejora del planeta.

Europa tiene que invertir en estas potentes armas competitivas que pueden seguir siendo referencia en el mundo, tiene que creer en su modelo y en su capacidad de mejorarlo. Lo debe, y sobretodo, lo puede hacer. No le falta talento, historia, cultura.

Los europeos no pensamos cuán afortunados somos de vivir en Europa: lo que tenemos nos parece normal. No pensamos en los sacrificios y en los esfuerzos que se han necesitado para construir este espacio de convivencia pacífica. ¡No consideramos que tener todavía margen de mejora para Europa y los europeos es una grandísima oportunidad para estar aún mejor!

Los nuevos retos de la Agenda europea 2030 y las importantes inversiones de los Planes de Recuperación y Resiliencia son los impulsos para aprovechar la tecnología, promover la indispensable formación y aviar la transformación y mejora de la economía y de la sociedad.

Sí, creo que en Europa es posible avanzar en democracia y apostar por un capitalismo menos especulativo, mas humano, inclusivo, y más responsable. Europa tiene su fuerza en las diversidades culturales y las tiene que aprovechar.

Europa, que ha rechazado las ortodoxias o las imposiciones de los regímenes, hoy puede compartir una filosofía común enriquecida de matices culturales que la hacen única.

En Europa podemos hacer prevalecer la confrontación de ideas y el respeto, que es el mayor indicador de civilización. Respeto que tiene que llegar hasta las redes sociales que tienen que ser terreno de democracia, de confrontación de opiniones libres; y no, como muchas veces, un lugar de insultos o de distorsión de la realidad o de la verdad.

En la emergencia también podemos esperar, por fin, asumir que el poder político, empresarial o personal sirve para actuar y no para abusar, sirve para cooperar y no para enfrentarse, sirve para compartir esfuerzos y no para los intereses de parte.

¡Todos estamos interconectado y hoy más que nunca lo estamos comprobando!

La política europea debe superar las constantes tentaciones ideologicas o sectarias y conseguir la síntesis elevándose a política valorial.

Ortodoxia y dogmas, no; filosofía y valores, sí.

La ventaja competitiva de Europa tiene que ser la de los valores, la de los derechos y la del derecho legislativo.

Sobre unos sólidos principios de gobernanza, la Comunidad Europea y su modelo puede seguir representando un ejemplo positivo y un motivo de aspiración en cuanto a estilo de vida.

Europa puede así encontrar por fin el hilo de una Política Internacional activa que condicione la mejora del sistema de vida de los interlocutores económicos, filtrando las relaciones a través de su Gobernanza inspirada en el respeto de los derechos humanos, de la diversidad e inclusión y de la sostenibilidad.

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