Francia autoriza la extradición del banquero acusado de financiar el genocidio de Ruanda

Félicien Kabuga, acusado de financiar a las milicias hutu que llevaron a cabo la matanza de tutsis en 1994, fue detenido a las afueras de París en mayo

Dibujo de Félicien Kabuga durante uno de sus juicios en Francia AFP

Juan Pedro Quiñonero

El Tribunal de Casación (TdC) de París ha confirmado la decisión judicial francesa de transferir a Félicien Kabuga (85 años), conocido como el «banquero del genocidio tutsi , en Ruanda», a la justicia internacional que sigue instruyendo el asesinato de 500.000 a 1 millón de mujeres, ancianos, hombres y niños, en pocas semanas, uno de los más atroces baños de sangre de las últimas décadas.

Félicien Kabuga fue detenido el mes de mayo pasado en Asnières, en la periferia norte de París. El Tribunal de Casación confirmó el miércoles una primera sentencia contra un anciano perseguido por las policías alemana, belga, holandesa y francesa, desde hace muchos años, acusando de ser el «financiero» de unas matanzas genocidas , el exterminio del 70% de la población de la etnia tutsi en Ruanda.

El Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR) inculpó hace años a Kabuga de siete delitos relacionados con asesinatos masivos . Desde el 1 de julio del 2012, todos los procesos con el genocidio ruandés, concluida la primera ronda de procesos y sentencias, el TPIR trasladó su documentación y procesos, en curso de instrucción, al «Mecanismo Residual Internacional de los Tribunales Penales» (MRITP), con sede en Kigali, Ruanda. La justicia francesa tiene varias semanas para decir si entrega a Kabuga a la justicia de su patria natal o prefiere entregarlo a la antena holandesa (La Haya) del MRITP.

Antes de entregar a la justicia internacional, en Holanda o Ruanda, al banquero del genocidio tutsi plantea insondables problemas jurídicos y diplomáticos.

Financiando el genocidio

Kabuga fue detenido por los servicios de seguridad franceses, el mes de mayo pasado, en estrecha cooperación con sus colegas alemanes, belgas y holandeses, obedeciendo a una orden de busca y captura emitida el 1997. Desde el punto de vista judicial, será necesario revisar los cargos, y «actualizarlos», recurriendo a la cooperación judicial euro africana.

Resuelta esa cuestión técnica, la evolución de la crisis sanitaria, en Europa y África, podrá influir de manera significativa en la decisión final , tratándose de un acusado en mal estado de salud, ya cumplidos los 85 años.

Resueltas esas cuestiones, podrá comenzar el proceso propiamente dicho de un protagonista de excepción de un genocidio atroz. Kabuga estuvo en el corazón financiero de matanzas espantosas: pagando la compra de armas, pagando a los genocidas, pagando las operaciones audiovisuales (radio y tv) que «atizaron» las matanzas, pagando crímenes y atentados por documentar judicialmente…

Tal proceso no podrá evitar, en su día, evocar el turbio papel de Francia, gran potencia «protectora» durante el genocidio de la etnica tutsi. Numerosos testigos y actores internacionales (oficiales de Naciones Unidas, periodistas, diplomáticos) han insistido, desde hace años, en el «silencio cómplice» del gobierno francés, siendo presidente François Mitterrand, ante una de las matanzas más pavorosas del último medio siglo, en África.

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