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Vídeo: La aniquilación política de Fillon es un hecho en Francia, según los sondeos - ATLAS

Fillon teme ser descabalgado de su candidatura a la presidencia

El candidato de la derecha dice que hay un «golpe de Estado» de la izquierda

Corresponsal en París Actualizado: Guardar
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François Fillon, candidato conservador a la presidencia de la República francesa, ha pedido quince días a su partido, Los Republicanos, para «responder» al supuesto «golpe de estado institucional» que, según aseguró, han lanzado contra su carrera el presidente François Hollande y el gobierno socialista. Hollande respondió con un comunicado oficial, afirmando que, en el terreno de los escándalos que se ciernen sobre el candidato, «el único poder es el de la Justicia».

La Fiscalía especializada en delitos de corrupción lanzó la semana pasada una instrucción preliminar, que debiera concluir afirmando o rechazando la eventualidad de presuntos delitos de apropiación de fondos públicos. Fillon anunció en su día que retiraría su candidatura si la Justicia decide inculparlo, sin prejuzgar una sentencia muy posterior.

Candidatura desestabilizada

Sin embargo, la avalancha de revelaciones periodísticas ha desestabilizado la candidatura del candidato conservador. Según el semanario satírico «Le Canard Enchaîné», Penelope Fillon habría cobrado más de 900.000 euros por un presunto empleo ficticio como asistenta parlamentaria de su esposo. Dos hijos de la pareja Fillon, estudiantes de Derecho, habrían cobrado 57.084 euros cada uno por prestar servicios hasta ahora no determinados.

Tras esas revelaciones, la Policía Anticorrupción interrogó durante más de cinco horas a los esposos Fillon. Y la Fiscalía sigue estudiando la investigación preliminar, sin aclarar la decisión final de inculpar o no inculpar al candidato conservador, que se considera víctima de una campaña de linchamiento público, «orquestada desde el poder socialista».

Un sondeo de la cadena BFMTV asegura que un 76% de los franceses considera «culpable» a Fillon

La respuesta verbal y política de Fillon no convence a la opinión pública. Según un sondeo de la cadena BFMTV, un 76 % de los franceses consideran al candidato conservador «culpable» de ofrecer a su esposa un empleo ficticio remunerado.

El rosario negro de los sondeos cae cada día como una tormenta de chuzos de punta. A principios de diciembre, Fillon contaba con un 65% de opiniones positivas en todos los sondeos de opinión. Por las mismas fechas, el candidato conservador se cotizaba como seguro vencedor en la primera y la segunda vuelta de las próximas elecciones presidenciales, venciendo en todos los escenarios a su primera rival, Marine Le Pen, del Frente Nacional (FN, extrema derecha).

Dos meses más tarde, la cota de estima de Fillon ha caído al 35%. Y los últimos sondeos lo cotizan como perdedor seguro en las presidenciales. Según un estudio publicado por el diario de referencia económica «Les Echos», Fillon sería eliminado en la primera vuelta presidencial por Marine Le Pen y Emmanuel Macron, exministro de Hollande, que pudieran relegar al candidato conservador a un humillante tercer puesto, con un 19 o un 20% de votos, cuando Le Pen y Macron conseguirían entre un 26-27 y un 22-23.

Tal perspectiva ha caído como una bomba entre los simpatizantes, el «aparato» de Los Republicanos (LR) y las distintas «familias» de centro y derecha, que han comenzado a «estudiar» y «evaluar» la posible sustitución de Fillon. Sin embargo, el «aparato» y las distintas familias de LR están divididos en el fondo y la forma.

Un grupo de «tenores» de la derecha y el centro han redactado un texto de defensa colectiva de Fillon, denunciando una «tentativa de linchamiento y asesinato político». Para ellos, el candidato conservador es víctima de una «campaña odiosa orquestada por el poder socialista».

No todos los líderes de centro y derecha comparten ese análisis, y han comenzado a «sugerir» y «pedir» (en voz bajísima) que Fillon «tome una decisión», que es la forma más amable de pedirle que dimita y retire su candidatura «para poder defenderse».

«Podríamos tomar una iniciativa»

Philippe Gosselin, diputado conservador, declaró: «Nuestra posición final dependerá de la evolución del caso los próximos días. A estas alturas, me niego a pensar en un plan “B”. Pero no es un secreto que han comenzado a circular nombres y proposiciones. Hay nombres que suenan más fuerte que otros, como el de Alain Juppé, que tiene la estatura de un hombre de Estado. Fillon debe evaluar las cuestiones que plantea su candidatura. Y tomar personalmente las decisiones que pudieran imponerse. Un grupo de parlamentarios conservadores podríamos tomar una iniciativa próximamente».

Con mínimas precauciones verbales, Gosselin ha confesado públicamente la existencia de maniobras destinadas a estudiar la posible retirada y sustitución de Fillon.

A ochenta días de la primera vuelta, el «Penelopegate» y el fantasma de la desestabilización política del candidato conservador se ciernen como una inquietante tormenta para el paisaje político nacional, con muchas ramificaciones europeas. Potencialmente eliminado Fillon en la primera vuelta, el paisaje político francés se ha convertido en un campo de minas. Marine Le Pen, la candidata al alza, hace campaña a favor de la salida de la UE. Emmanuel Macron, candidato al alza social reformista, todavía no ha presentado ningún programa político concreto. Benoît Hamon, candidato socialista, solo se cotiza en cuarto o quinto puesto.

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