La fallida reforma laboral de Hollande: Qué pretendía y en qué se ha quedado

El presidente francés recula tras las protestas de la izquierda y los sindicatos por su plan para dinamizar el languideciente mercado de trabajo francés

Corresponsal en París Actualizado: Guardar
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La reforma laboral de François Hollande, presentada como un nuevo «plan» de lucha contra el paro, se ha evaporado antes de llegar a ser realidad, víctima de las concesiones a unos sindicatos divididos entre el rechazo total y la aceptación de unas medidas de cortísimos vuelos. Manuel Valls, primer ministro, anunció el mes de noviembre de 2015 una reforma del Código del trabajo -el conjunto de la legislación laboral del Estado- destinada a sentar las bases del «derecho laboral del siglo XXI». El objetivo estratégico era «reformar» el modelo social aportando alguna «flexibilidad» de corte «social liberal».

Apenas reveladas las grandes líneas del proyecto, el 17 de febrero pasado, la izquierda socialista, el PCF, los ecologistas, el Frente de izquierdas (Fdi), los sindicatos y asociaciones de estudiantes se pusieron en pie de guerra, pidiendo la retirada pura y simple del proyecto.

Ante el rechazo del proyecto, Hollande pidió a su primer ministro que lo retirase y volviera a redactarlo, «escuchando» a los críticos.

Retirado el proyecto original, Valls presentó un nuevo proyecto de reforma del Código laboral el lunes día 14 de este mes de marzo, «bajándose los pantalones» en todos los puntos esenciales de un proyecto desguazado antes de llegar a ser discutido en la Asamblea Nacional (AN), donde sufrirá nuevas e imprevisibles modificaciones, si los sindicatos no consiguen la retirada definitiva de la empantanada reforma.

Cuatro son los puntos esenciales que el gobierno Hollande / Valls ha retirado de su reforma:

-Techo y evaluación de las indemnizaciones, para «abaratar» el despid

El proyecto había previsto rebajar a 15 meses de salario la indemnización para trabajadores con más de 20 años de antigüedad. La legislación vigente prevé indemnizaciones de 24 a 27 meses de salario. El nuevo proyecto de Ley elimina el «baremo» previsto y deja a los tribunales el montante de la indemnización, si no hay acuerdo.

-Semana laboral aprendices y jóvenes con primer empleo temporal.

El proyecto permitía a aprendices y jóvenes llegar a trabajar 40 horas semanas. «Permiso» retirado: la semana laboral deberá tener siempre 35 horas, como máximo.

-Acuerdos laborales de las pequeñas y medianas empresas…

Se les permitía negociar acuerdos, a escala empresarial, en función de sus necesidades. Permiso denegado, las pequeñas empresas deberán someterse a los acuerdos de sus respectivos sectores.

-Vacaciones especiales

Se permitía a las empresas negociar el tiempo de las «vacaciones especiales» / «días libres» (maternidad, paternidad, fallecimientos, problemas familiares, escolaridad, etc). Permiso denegado: esos días libres y vacaciones especiales deberán seguir respetando la fronda de las vacaciones escolares, familiares y «especiales».

Hay otros puntos conflictivos entre el nuevo proyecto de Ley y los sindicatos. Pero el Gobierno ha preferido dejarlos en suspenso, a la espera de una «nueva concertación» en terrenos no menos sensibles como el despido económico, los acuerdos competitividad - empleo, o el pago de las horas extraordinarias, sujetas a una «revisión» que todas las partes (sindicatos, patronal) consideran «infumables».

Los sindicatos rupturistas han anunciado nuevas jornadas de huelgas y manifestaciones, exigiendo la retirada total de un proyecto de Ley que el Gobierno espera trasladar a la Asamblea Nacional (AN) a primeros de abril. Estallará entonces una nueva batalla y revisión política del texto desguazado antes de ser realidad.

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