La extrema derecha alemana se apropia de la conmemoración del bombardeo de Dresde

Sajonia es una de las regiones donde ha arraigado con más fuerza el ala más radical de Alternativa para Alemania

La ciudad de Dresde después del bombardeo de febrero de 1945 Vídeo: Dresde: cuando Gran Bretaña y «El Carnicero» aniquilaron a más de 25.000 civiles alemanes

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El 13 de febrero de 1945, después de varias jornadas de bruma y nieve, amaneció despejado. Desde diversos aeropuertos, 796 aviones de la RAF y 311 aviones norteamericanos recibieron instrucciones para despegar con rumbo a Dresde y dejar caer 4.500 toneladas de explosivos y artefactos incendiarios sobre una población, fundamentalmente de mujeres, ancianos y niños. El bombardeo devastó por completo más de 20 kilómetros cuadrados de centro histórico, dos días después de finalizar la Conferencia de Yalta y cuando la guerra se daba por terminada. Por eso, cuando escucharon las primeras alarmas, muchos habitantes de Dresde no las tomaron en serio y las asociaron a las fiestas de carnaval con las que la diezmada población alemana deseaba retomar algo parecido a la normalidad después de la pesadilla del nazismo.

El número de víctimas mortales de aquel bombardeo nunca ha podido establecerse con exactitud. El día siguiente, Miércoles de Ceniza, los supervivientes comenzaron a apilar los alrededor de dos decenas de miles de cadáveres en una de las plazas principales, según testimonios directos, pero resultó imposible rescatar al menos otros tantos cuerpos calcinados o desparecidos bajo las ruinas de la «Florencia del Elba». Fueron depositados sobre los enormes listones metálicos que habían formado parte de las persianas en los escaparates de unos grandes almacenes de la ciudad, y quemados con lanzallamas en el Altmarkt, en turnos de varios cientos de cuerpos. En 1993, se descubrieron en el Archivo Municipal documentos de la oficina que gestionaba los cementerios municipales y que anotan el enterramiento de otras 21.271 víctimas. Hasta el año 2005 no terminó la reconstrucción de la magnífica cúpula de la Frauenkirche , que hoy hace 75 años cayó desde sus 90 metros de altura.

A esas alturas, Dresde era ya una ciudad desarmada y su importancia estratégica muy discutible, por lo que siempre ha resultado problemática la justificación del atroz bombardeo y la herida colectiva quedó abierta , en el corazón de Sajonia, una de las regiones en las que ha arraigado con más fuerza el ala más radical de Alternativa para Alemania (AfD), nostálgica con el nazismo y que cultiva el victimismo respecto a las democracias occidentales. Cada aniversario del bombardeo, grupos ultras desfilan en lo que ellos definen como «marcha fúnebre por la ciudad mártir» y este año, se celebrará el sábado, sienten por primera vez el respaldo que supone el hecho de que el pasado septiembre, en las elecciones regionales, AfD resultase el partido más votado, con el 27,5% de las papeletas.

Tensión en el aniversario

El presidente de la República, Frank-Walter Steinmeier , junto a otras 11.000 personas, participará una cadena humana en memoria de las víctimas, que trata de adelantarse y fijar la justa medida del a conmemoración. Pero AfD, que contará con un puesto de información en la plaza centrar de Dresde, reivindica un « reconocimiento digno » a las víctimas, tanto en número, que en su opinión ha sido minimizado y alejado de la realidad, como en identidad, ya que los muertos nunca fueron identificados. Para el copresidente del partido, Tino Chrupalla , la cifra real fue de «alrededor de 100.000 víctimas».

Chrupalla asegura que confía más en lo que le contaron su abuela, su padre «y otros testigos», en los relatos sobre « las montañas de cadáveres » y en las fotografías tomadas después de los bombardeos, que en «lo que dicen los políticos», en referencia al dictamen de una comisión de historiadores que concluyó en 2010, después de seis años de investigación, que 25.000 personas habían muerto bajo las 650.000 bombas incendiarias lanzadas por aviones estadounidenses y británicos. Chrupalla también pide la construcción de un monumento en Dresde. «Recordar a las víctimas», alega, «requiere un lugar especial para ello».

La tensión del aniversario se ha elevado en las últimas jornadas, por el efecto de empoderamiento que para AfD ha tenido la jugada política en Turingia , donde su apoyo a la investidura del presidente regional Kemmerich , que hubo de dimitir en menos de 24 horas, ha tenido consecuencias incluso en la primera fuerza política a escala federal, la conservadora CDU, que ha quedado descabezada por la dimisión de su presidenta, Annegret Kramp-Karrenbauer.

Sinclair McKay, autor de «Dresde 1945. Fuego y oscuridad», rebate a los ue «incluso ahora, piensan que la ciudad fue elegida como objetivo puramente porque era un monumento muy importante a la cultura alemana». « Fue a causa de su actividad militar . Allí había muchas fábricas que producían armamento e instrumentos de alta tecnología para la Wehrmacht, y, además, era un importante nudo de comunicaciones», justifca. «El renaciente nacionalismo y el populismo de derecha ponen en peligro cada vez más la cultura del arrepentimiento democrático», ha advertido el alcalde de Dresde, Dirk Hilbert, que teme que AfD instrumentalice el aniversario y se apropie del dolor de la ciudad para ahondar en la escalada nacionalista.

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