May en su visita a una fábrica de carpintería en Londres el pasado 3 de agosto
May en su visita a una fábrica de carpintería en Londres el pasado 3 de agosto - REUTERS

May espera poder hablar con Putin a pesar de sus «diferencias»

La premier ha tenido una conversación telefónica con su homólogo ruso en una primera toma de contacto

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La primera ministra británica, Theresa May, dijo que confía en poder comunicarse «de manera abierta y honesta» con Vladímir Putin sobre asuntos de interés común pese a sus «diferencias», tras una charla telefónica con el presidente ruso, señaló hoy Downing Street.

En una conversación mantenida en la tarde del martes, los dos líderes abordaron asuntos relativos a «las amenazas contra la seguridad» a las que se enfrentan ambos países.

«La primera ministra destacó la importancia de la relación entre el Reino Unido y Rusia y expresó su esperanza de que, pese a las diferencias sobre ciertos asuntos, puedan comunicarse de manera abierta y honesta acerca de los temas que más les importan», indicó hoy una portavoz del Gobierno de Londres.

Fue la primera vez que ambos líderes hablan desde que la extitular de Interior se pusiera al frente del Ejecutivo británico después de que el triunfo del Brexit en el pasado referendo del 23 de junio provocara la dimisión de David Cameron.

En su charla telefónica, tanto May como Putin se mostraron de acuerdo en que «los ciudadanos británicos y los rusos afrontan amenazas comunes del terrorismo», según señaló la fuente oficial. Ambos coincidieron también en que «la cooperación en la seguridad de la aviación en particular era una parte vital de los esfuerzos internacionales contra el terrorismo».

Se prevé que los políticos se verán en la próxima cumbre del G20 en China el próximo mes. La relación entre el Reino Unido y Rusia se deterioró de forma notable bajo el liderazgo de Cameron, con relación a las desavenencias de ambos países sobre varios asuntos, como el apoyo mostrado por Putin al régimen sirio, la crisis de Ucrania y la reciente pesquisa sobre la muerte en Londres en 2006 del exespía ruso Alexander Litvinenko.

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