España se desentiende de la conferencia para recabar ayuda humanitaria para Venezuela

El Gobierno de Juan Guaidó consiguió cien millones de dólares de ayuda humanitaria y el compromiso de aliados occidentales de favorecer una transición política hacia la democracia

EFE

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El presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, organizó ayer en la sede en Washington de la Organización de Estados Americanos (OEA) una conferencia internacional para recabar apoyo ante la crisis humanitaria y política que vive el país. Varios de los principales países occidentales -encabezados por EE.UU., pero también con presencia de potencias europeas como Alemania y Reino Unido- se sumaron al acto, hicieron declaraciones de apoyo a Guaidó y a la transición democrática que permita elecciones libres frente al régimen de Nicolás Maduro y comprometieron partidas económicas y logísticas para la ayuda humanitaria que necesitan los venezolanos con urgencia. España, sin embargo, tuvo un papel secundario en la conferencia, a pesar de ser el interlocutor habitual de la Unión Europea en asuntos que tienen que ver con los países americanos.

Mientras que a la reunión del llamado grupo de contacto, convocado por Uruguay y México en Montevideo la semana pasada, acudió el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, a la conferencia de ayer España envió a la observadora permanente adjunta de la Misión de España ante la Organización de los Estados Americanos, Concepción Figuerola.

Al contrario que Alemania, Reino Unido, Holanda, Canadá, Argentina, Taiwan y EE.UU., no hubo un representante español que mostrara el apoyo público al Gobierno de Guaidó y anunciara el compromiso de nuevos fondos para ayuda humanitaria. De momento España al menos no ha hecho ningún anuncio oficial sobre contribuciones adicionales durante la conferencia. La única partida aprobada de momento son los 650.000 euros para este semestre anunciados a comienzos de mes por la Oficina de Acción Humanitaria de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid). Canadá ya ha aprobado más de 50 millones de dólares en ayudas, EE.UU. ha sobrepasado los 20 millones de dólares mientras que Reino Unido comprometió ayer una partida de 6,5 millones de libras, que multiplica por once la contribución española.

Los organizadores de la conferencia detallaron la gravedad de la crisis humanitaria en Venezuela, «la peor sufrida en esta era en el continenten», aseguró Alberto Vecchio, el embajador en Washington del Gobierno de Guaidó. Más de 3,3 millones de venezolanos han salido del país por la falta de comida y medicamentos, por violencia y persecución política. «La ayuda es urgente», insistió Gustavo Tarre, embajador ante la OEA, que animó a la comunidad internacional a sumarse al objetivo de Guaidó de conseguir que la ayuda humanitaria, ahora bloqueada en la frontera por el régimen de Maduro, pueda entrar en el país el 23 de febrero: «Estamos contando lo que falta no en días, sino en muertos», dijo.

El diputado Lester Toledo, encargado de Guaidó para organizar la entrada de ayuda humanitaria, aseguró que el próximo día 23 «las fuerzas militares van a acompañar al pueblo venezolano, van a estar en el lado acertado de la historia». Por su parte, Luis Almagro, secretario general de la OEA, recordó que la ayuda humanitaria es solo “un paliativo para una situación cruel” y que es «inmoral que una dictadura usurpadora pueda infligir tanto daño a su propia gente». Más allá de la ayuda humanitaria puntual, «la solución que necesita Venezuela es el final de la dictadura usurpadora».

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