Entre el duelo y la fiesta al hacerse realidad el Brexit

La división sobre la salida de la UE volvió a verse ayer en las numerosas manifestaciones en las calles de Londres

Un grupo de partidarias del Brexit ayer en Londres AFP

Ivannia Salazar

La plaza del Parlamento en Londres era ayer una fiesta. Con pancartas, música, disfraces y muchas banderas, los votantes pro Brexit celebraron desde primera hora de la mañana que por fin, después de tres y años y medio de espera tras el referéndum en el que ganó el sí al divorcio de la Unión Europea , la separación se ha hecho realidad. Aunque ciertamente será efectiva una vez que acabe el período de transición en diciembre de este año, a partir de hoy el Reino Unido es oficialmente un país fuera del bloque comunitario.

«Libres de la Unión Europea», «Con nuestras propias reglas», «Adiós, adiós UE», «Día de la independencia» y «UE nunca más» son solo algunos de los mensajes que podían leerse en los carteles que llevaban encima una gran cantidad de personas, en su mayoría mayores, que no dudaban en sonreír para la foto o contar los motivos de su alegría. Otros entonaban alegres cantos de despedida, y el ambiente era más bien parecido al de una jornada de fútbol. Motociclistas y taxistas tocando el claxon añadían aún más color a la celebración. Y esta no fue la única fiesta: en muchos rincones del Reino Unido los «brexiters» salieron a las calles a celebrar lo que consideran un triunfo, algunos pisando incluso la bandera de la UE mientras elevaban las británicas. Nigel Farage, líder del partido del Brexit, incluso publicó en su cuenta de Twitter una foto tomándose una cerveza en un pub, feliz con la llegada del «día B».

Sociedad dividida

Pero no todo fueron risas. En una sociedad tan dividida entre quienes están a favor y quienes están en contra del divorcio, muchos estaban sufriendo el duelo. Mientras hubo quienes mostraron su enfado y su tristeza con protestas, también hubo espacio para numerosas vigilias a la luz de las velas. Diferentes organizaciones y grupos hicieron un llamamiento a los partidarios del «Remain» («Permanencia») a encender velas en señal de esperanza.

Algunos de los lugares donde se organizaron eventos de este tipo fueron Londres, Cambridge, Glasgow, Edimburgo y Cardiff, entre muchas otras ciudades. También hubo reuniones privadas con bebidas y comida para «ayudar a pasar el mal rato». Como dicen desde The 3 Million, «¿Quién quiere estar solo en esta triste noche ? ¡Olvídate del mundo exterior y reúnete con tus conciudadanos de la UE y tus amigos para tomar una copa!». O lo que viene a ser la mejor versión de «al mal tiempo, buena cara» pero que al final encierra la incertidumbre que se abre a partir de este momento.

Otras organizaciones también aprovecharon el momento para hacer sus reinvindicaciones. Parafraseando al primer ministro Boris Johnson, una de cuyas frases más famosas durante todo este proceso ha sido «Make Britain Great again» (Hagamos que Gran Bretaña sea genial de nuevo), los defensores del medioambiente enarbolaron carteles con el mensaje «Make Earth Great again», «Hagamos al planeta Tierra grande de nuevo», y algunas organizaciones de beneficencia hicieron un llamamiento a «cambiar el mundo a través de la solidaridad», donando a los bancos de alimentos en lugar de estar celebrando o lamentando la culminación del Brexit.

Las instituciones públicas saben que es un momento difícil para muchas personas, que no solo sienten pena y enojo por la separación y temor por lo que significará en la práctica, sino que están abrumadas por el nuevo proceso que ha puesto en marcha el Gobierno mediante el cual es necesario solicitar el estatus de residente o pre-residente, incluso para aquellos que han vivido aquí la mayor parte de su vida.

Tanto es así, que el alcalde de Londres, Sadiq Khan, organizó ayer un evento gratuito para dar asesoría a los ciudadanos comunitarios residentes en la capital británica sobre el acuerdo base alcanzado con la UE y sus implicaciones. Así, durante algunas horas de la tarde los ciudadanos pudieron aclarar sus dudas con un equipo de abogados de inmigración. Y no solo eso: también hubo un equipo de psicólogos y trabajadores sociales ofreciendo un servicio, también gratuito, « de apoyo emocional ». Otros ayuntamientos abrieron sus puertas para ofrecer servicios semejantes, ante el aluvión de preguntas que se han abierto con la puesta en marcha del Brexit y la ansiedad y el estrés que muchas personas aseguran estar sufriendo.

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