Tim Barrow en una imagen de archivo
Tim Barrow en una imagen de archivo - EFE

May desoye a los eurófobos y elige a otro técnico como nuevo embajador británico en la Unión Europea

Su dimitido predecesor en el cargo se marcha acusando al Gobierno de «pensamiento confuso»

Corresponsal en Londres Actualizado: Guardar
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Theresa May ha cubierto de inmediato el inesperado portazo de su representante ante la UE, el alto funcionario sir Ivan Rogers, que dimitió el martes, tras una campaña de acoso por parte del sector «brexiter» de los tories, que lo acusaban de «pesimista» y de no creer en las posibilidades que según ellos abre el Brexit. Pero el sustituto que designó ayer tarde la primera ministra supone un jarro de agua fría para el sector eurófobo de su gabinete, que exigía un embajador en Bruselas militante al cien por cien en la causa del Leave. May no los ha escuchado y ha designado a un diplomático de carrera, sir Tim Barrow, de 52 años, que fue en su día embajador en Ucrania y Rusia y posee amplia experiencia en el meollo bruselense.

May ha elegido sustituto muy rápido porque la marcha de sir Ivan Rogers levantó polvareda política. El funcionario, de notable carrera y prestigio, no se marchó precisamente en silencio, sino con un correo electrónico de 1.400 palabras dirigido su equipo, que por supuesto se filtró ayer a la prensa. En la misiva acusa a su Gobierno de manejar «argumentos mal fundamentados» y tener un «pensamiento confuso» en relación al proceso del Brexit.

El diagnóstico de Ivan Rogers concuerda con lo que opinan la mayoría de los politólogos británicos un poco ecuánimes: el Gobierno carece de una estrategia clara sobre la salida de la UE, hasta el punto de que a dos meses del inicio de las negociaciones ni siquiera ha aclarado de forma rotunda si quiere seguir o no en el libre mercado, algo básico. Pero aunque esa carencia no es ningún secreto, se hace crudo que la airee el que hasta anteayer era el hombre fuerte del Ejecutivo en Bruselas. Rogers pidió además a su equipo que defienda la independencia de los funcionarios: «Espero que continuaréis desafiando los argumentos infundados y el pensamiento confuso y que nunca tendréis miedo de decir la verdad a quienes están en el poder».

A diferencia del sistema español, en el británico los altos funcionarios que trabajan estrechamente con los políticos se mantienen en sus cargos pese al cambio de color político. Por ejemplo, Cameron heredó el mismo secretario en Downing Street que tenía su predecesor laborista, Gordon Brown. Por eso las duras críticas a Ivan Rogers lanzadas desde el partido del Gobierno han levantado ampollas, pues en la democracia inglesa se da por supuesto que se respeta la independencia de los funcionarios. Ian Duncan Smith, un «brexiter» que en su día fue líder conservador, llegó ayer a acusar al dimisionario representante en Bruselas de haber filtrado documentos para mermar la causa del «Leave» y reclamó un nuevo embajador ante la UE de corazón totalmente brexiter.

Diplomático de carrera

May, cuyo talante es respetar siempre los reglamentos, no ha querido enzarzarse en una guerra sobre la independencia y neutralidad de los funcionarios y ha querido expresar su confianza en ellos eligiendo como sustituto a un diplomático de carrera. Tim Barrow, formado en Oxford, ocupaba en la actualidad la dirección política del Foreing Office y entre 2011 y 2015 fue embajador en Rusia. Además conoce bien su nuevo destino, porque fue en su día número dos de la representación británica ante la UE.

Jonathan Powell, en su día secretario de Tony Blair, explicó ayer así lo que estaba en juego: «Si el primer ministro y su gabinete no quieren funcionarios que les digan lo que piensan los otros países europeos y qué es lo que se puede negociar, entonces vivirán en un mundo de fantasía, el mundo del ‘Daily Mail’ [diario popular eurófobo] y fracasarán».

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