Elecciones en Colombia: Federico Gutiérrez, ¿el candidato de la continuidad?

Promete política de sometimiento para el paramilitar Clan del Golfo y para las disidencias de las FARC, pero no descarta una negociación con la guerrilla del ELN

Federico Gutiérrez Zuluaga, durante un acto de campaña REUTERS

Poly Martínez

Fico, así le llaman en su casa a Federico Gutiérrez Zuluaga y así es como hoy lo identifican los colombianos gracias a su vertiginosa campaña presidencial. Y así seguirá siendo conocido si logra este 29 de mayo el boleto a la segunda vuelta para disputarle a Gustavo Petro , el candidato de izquierda, la presidencia de Colombia.

Fico sonríe en las vallas, pasea en las ventanas de los autos, se mueve en volantes o pegatinas y su publicidad se asoma con regularidad en medios tradicionales y en redes sociales. Para el candidato más joven de estas elecciones (Medellín, 1974) la publicidad como soporte de sus campañas y la rendición de cuentas de gestión no es cosa nueva: la usó ampliamente como gobernante y ahora en plena campaña.

Aunque mediático y producto de consumo político, Fico no se queda allí. Es ingeniero civil de la Universidad de Medellín y tiene dos especializaciones: una en Ciencia Política y la otra en Alta Gerencia. Y el resto lo ha aprendido en la calle, caminando por los barrios, buscando el encuentro con la gente. Ese ha sido su sello en las cuatro campañas previas, dos al Concejo de Medellín (2004 y 2011) y dos más a la Alcaldía, de las cuales solo logró la del periodo 2016-2019.

Casi 20 años de trayectoria política no han sido una escuela menor y Federico Gutiérrez ha aprendido las lecciones de la cosa pública, a mover alianzas y a mostrarse independiente. Su candidatura proviene de la consulta interpartidista de derecha y a partir de allí Fico ha sabido sumar a sus rivales de entonces y ganar el apoyo de maquinarias políticas nacionales que no tenía por su perfil marcadamente regional, cosa que se refleja en las encuestas.

Habla rápido y muy paisa, ese acento propio de la gente de Antioquia. Asegura unidad nacional, voluntad de paz y respaldo al Acuerdo, metiéndole sentido común a los retos. Promete política de sometimiento para el paramilitar Clan del Golfo y para las disidencias de las FARC. Pero no descarta una negociación con la guerrilla del ELN, solo en un escenario de cese al fuego. Todo dicho con tono firme, el mismo que planteó durante su gestión enfocada en la seguridad y que le ganó el apodo de 'sheriff'. Sin embargo, su promesa de seguridad para Medellín se tradujo crecientes índices de homicidio y violencia urbana, tendencia que solo rompió en el último año de su mandato por cuenta de acuerdos bajo cuerda de su secretario de seguridad con la llamada Oficina de Envigado, poderosa estructura mafiosa remanente de los tiempos de Pablo Escobar. Esos acuerdos con bandas criminales y la sentencia judicial contra su secretario hoy siguen rondando al candidato, aunque nunca le significaron procesos a él.

Orden y oportunidades

¿Sin prometer cambios drásticos podrá ganar? Esa es la pregunta de millones de seguidores y de la clase política de perfil conservador que apuesta sus fichas al considerarlo alineado con la continuidad en políticas y aproximaciones para atender lo que juzgan como un desbarajuste nacional. Fico les da razones de sobra, empezando por su lema de campaña: 'Un país en orden y con oportunidades', es decir, mano dura para la criminalidad, estabilidad jurídica para el crecimiento económico y ajustes al gasto público. Eso combinado con apoyo a los sectores más deprimidos y a los jóvenes, agenda social que fue un lunar en su gestión como alcalde, según amigos y detractores de su gestión.

Fico no pone a pensar a los economistas ni abre grandes debates frente al modelo de seguridad nacional o de política ambiental. Y esa es su fortaleza frente a sus rivales. En su estilo informal y agilidad para moverse -es ciclista, trotador y amante del fútbol; padre de dos niños, declarado católico y feliz esposo- Gutiérrez ha encontrado su nicho y el respaldo de los sectores más tradicionales de diversas regiones. Con él no habrá salto al vacío , como repite, pues supo aprovechar la poca renovación política en el centro y derecha de la región antioqueña para recoger seguidores y la bendición del expresidente Uribe . Ese será su colchón si los votos le alcanzan para dar el salto hasta la Casa de Nariño.

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