EE.UU. mete en su lista negra a la gran empresa de cíberespionaje de Israel por el 'escándalo Pegasus'

«Estamos consternados», así respondieron desde la firma de cíber espionaje israelí NSO Group a la decisión de Estados Unidos de incluirles en la lista negra de empresas prohibidas por sus acciones «contrarias a la política internacional y a la seguridad nacional estadounidenses». La compañía dirigida por el ex oficial de inteligencia Shalev Hulio insistió, como cada vez que se enfrenta a una acusación de este tipo, en que su objetivo es «prevenir el terrorismo y el crimen», pero la administración de Joe Biden ha concluido que sus programas, y los de la también israelí Candiru, «han permitido a gobiernos extranjeros aplicar represión transnacional, que es la práctica de gobiernos autoritarios para seguir a disidentes, periodistas y activistas fuera de sus fronteras para silenciar la disidencia». NSO opera en el hackeo de teléfonos y Candiru en el de ordenadores.

La decisión del departamento de Comercio de Washington llega tres meses después del escándalo mundial destapado por 17 medios de 10 países, bajo la coordinación de Forbidden Stories y Amnistía Internacional (AI), que revelaron que Pegasus , programa de NSO, permitió espiar a periodistas, políticos, activistas y líderes mundiales. La empresa israelí ha sido acusada de vender el programa a países como Azerbaiyán, Bahrein, Kazajistán, México, Marruecos, Ruanda, Arabia Saudí, Hungría, India o Emiratos Árabes Unidos.

Esta decisión adoptada por Estados Unidos impedirá a estas compañías de su país aliado comprar piezas y componentes de empresas estadounidenses y también complicará la futura venta de sus programas a nivel mundial . «No tomamos acciones contra los países o gobiernos de los países donde están basadas las empresas», declaró el departamento de Estado cuestionado sobre posibles represalias contra el Estado judío debido a la particular manera de funcionar de esta empresa y sus vínculos con el aparato de inteligencia. Además de NSO y Candiru, Estados Unidos mete también en la lista negra a una empresa rusa y otra de Singapur.

«El Gobierno de Israel es quien autoriza la venta de sus programas, que no pueden exportarse sin el permiso expreso del ministerio de Defensa», recordó el analista Yousef Munayer, del Arab Center de Washington. El grupo NSO «fue fundado y posiblemente está integrado por muchas personas vinculadas a la Unidad 8200 del Ejército, responsable de la inteligencia y vigilancia», apuntó Munayer en un artículo publicado en el portal Jewish Corrents.

Este verano Amnistía Internacional calificó el programa Pegasus, que logra penetrar en teléfonos de manera invisible para el usuario y accede a todos los datos y activa cámara y micrófono para que se puedan controlar a distancia, como «un arma para gobiernos represivos que buscan silenciar a los periodistas, atacar a activistas y aplastar la disidencia, poniendo en peligro numerosas vidas». Una de las últimas posibles víctimas de este cíber espionaje israelí es el presidente de Francia, Emmanuel Macron, que trató el tema el lunes durante la cumbre climática COP 26 con el primer ministro de Israel, Naftali Bennet, quien le habría prometido seguir el tema «de manera discreta y profesional», según recogieron los medios locales. El ministro de Exteriores, Yair Lapid, prometió intensificar los esfuerzos para garantizar que Pegasus no caiga «en manos equivocadas».