El duelo de Maduro y Guaidó se bate entre las presidenciales y las legislativas

Entre Caracas y Oslo se intensifica el debate electoral como vía para salir de la crisis

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En un «cara a cara» mediado por los noruegos las delegaciones de la oposición y del oficialismo en Oslo han centrado sus discusiones desde este lunes en el tema electoral pero no se trata de cualquier elección sino de la que pretenden imponer Juan Guaidó y Nicolás Maduro en Caracas.

Se trata de las elecciones presidenciales libres y justas que defiende el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó , mientras que Maduro plantea adelantar las parlamentarias aunque no tenga facultad ni autoridad para convocarlas pero que, no obstante, hace mucho ruido y perturba la buena marcha de las reuniones de Oslo.

Las instrucciones de ambos bandos se imparten desde Caracas y en Oslo el duelo lo protagonizan los delegados que llevan sus agendas y dejan los nervios en las consultas telefónicas a sus jefes en el país caribeño.

La delegación chavista está integrada por el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, el gobernador de Miranda, Héctor Rodríguez y el canciller Jorge Arreaza .

La delegación opositora de Guaidó está conformada por el ex alcalde de Baruta, Gerardo Blady, el ex ministro de Transporte, Fernando Martínez Mottola, el segundo vicepresidente de la Asamblea Nackional, Stalin González, y el ex rector del CNE, Vicente Díaz.

En su reunión con miembros del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), Maduro anunció este lunes en Caracas, justo cuando se habían iniciado las conversaciones en Oslo, que “se preparen para ir a las elecciones legislativas donde vamos arrasar a la oposición. El diálogo es para lograr la paz”.

Aunque no mencionó fechas Maduro sabe que no puede convocar las legislativas ni adelantarlas porque constitucionalmente a la Asamblea Nacional le corresponde renovarse en diciembre de 2020 y no cuando se le ocurra caprichosamente a Maduro.

Pero Maduro utiliza la amenaza de las legislativas para atemorizar a los diputados opositores, cuyos cuatro partidos principales y dirigentes han sido inhabilitados, perseguidos y encarcelados y llamar a sus seguidores a participar en las legislativas.

Maduro también ofreció ayer al brazo armado de la revolución chavista como los paramilitares denominados «colectivos» un puesto en el parlamento , como ya se vio en los curules parlamentarios en Bogotá, que les asignaron de gratis a las guerrillas colombianas, las FARC, en las negociaciones de “paz” en Oslo, alertaron analistas políticos, que pidieron el anonimato.

El presidente interino Guaidó, que en un principio estaba reacio a participar en un nuevo diálogo debido a los fracasos anteriores que permitieron oxigenar a Maduro y ganar tiempo en el poder. Sin embargo, se convenció de que había que ir a Oslo para aprovechar ese escenario internacional como otra “opción que está en la mesa”, sin abandonar su ruta ni los objetivos de su lucha.

Así, en una Conferencia de Estoril, Lisboa , Portugal, celebrada también este lunes mientras sus delegados debatían en Oslo, Guaidó se mostró de acuerdo con unas «elecciones libres» y supervisadas internacionalmente, según transmitió el circuito Unión Radio.

Ante la pregunta de si sería candidato para un eventual proceso electoral, Guaidó respondió que es «prematuro y que ya llegará el momento de decidir». El chavismo estima que en enero de 2020 se le termina el año como presidente de la Asamblea Nacional por lo que desde ahora ya empieza a arremeter en su contra.

Cuando se le preguntó en Lisboa si en las elecciones presidenciales podría participar Maduro, Guaidó respondió: «Difícilmente sería una elección verificable, idónea, libre y democrática con quien hoy usurpa funciones y ha ejercido todo el poder del Estado para perseguir y manipular elecciones».

Además, insistió en la necesidad de un Gobierno de transición para que se celebren unos comicios «realmente libres» en el país, en los que «todos los venezolanos» tienen que tener el derecho a elegir y ser elegidos.

Guaidó también defendió la necesidad de designar nuevas autoridades en el Consejo Nacional Electoral (CNE) y elaborar un nuevo registro porque hay 4 millones de venezolanos en el exterior por la diáspora.

En cualquier escenario de elección presidencial Maduro perdería. Y eso lo sabe. Por eso tira por las legislativas como una tabla de salvación que también las perdería si cambian el CNE, supervisadas por la comunidad internacional.

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