Las divisiones se multiplican en el partido de Macron

La República en Marcha se ha convertido en un archipiélago de grupos y grupúsculos que no siempre se entienden en cosas esenciales

El presidente de Francia, Emmanuel Macron Reuters

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La mayoría parlamentaria de Emmanuel Macron le permitirá gobernar en solitario hasta las próximas elecciones presidenciales, dentro de catorce meses. Pero su partido, La República En Marcha (LREM), se ha convertido en un archipiélago de grupos y grupúsculos que no siempre se entienden en cosas esenciales.

La mayoría parlamentaria de Macron en la Asamblea Nacional (577 diputados) tiene tres 'cabezas', LREM (269 diputados), el Movimiento Demócrata y demócratas emparentados (centristas, 58 diputados) y el Grupo Actuar juntos (centristas, 21 diputados). A su vez, el partido de Macron, LREM, está dividido en otros grupúsculos, donde cohabitan en orden disperso antiguos socialistas, ecologistas moderados, conservadores más o menos reformistas, conservadores tradicionales, sin olvidar los franco tiradores que votan conservador, centrista u otra cosa en función de su sensibilidad del momento.

Ante la debilidad histórica de Los Republicanos (LR, el partido tradicional, el partido de Sarkozy) y el PS (hundido en una histórica crisis de identidad), LREM se beneficia de su condición de 'partido atrápolotodo' , 'partido escoba', las versiones, en español, del anglosajón 'catch-all party'. Y ese beneficio, excepcional, también pudiera ser el 'talón de Aquiles' de Macron.

Ambiciones pospuestas

El presidente y su gobierno consiguen hacer pasar la mayoría de sus proyectos, pero desguazando y dejando para mañana los proyectos más ambiciosos.

La gran reforma de la presidencia Macron, el proyecto de reforma del sistema nacional de pensiones , ha quedado aplazado para una futura presidencia, si el presidente fuese reelegido.

El gran proyecto de lucha contra el secesionismo islamista ha quedado muy 'matizado', parcialmente desguazado . Se aspira a combatir el radicalismo musulmán, Pero las concesiones a unos y otros provoca dudas de fondo. ¿Será eficaz para combatir la gangrena islámica tantas veces denunciada?

Los proyectos de legislación ecologista y medio ambiental sufren de la misma erosión: demasiado 'generosos' para los conservadores clásicos; demasiado cortos para los ecologistas de fondo.

La crisis de la franquicia de los chalecos amarillos (2018 y 2020) comenzó a desestabilizar las cuentas del Estado. Recurriendo al déficit y la deuda pública, Macron satisface a su 'izquierda' sin convencer completamente a los partidarios de un cierto rigor presupuestario.

Macron puede seguir gobernando a través del dogma canónico de su elección presidencial: gobernar con gestos a la izquierda y gestos la derecha, al mismo tiempo. Cuatro años después de su elección, el mes de mayo del 2017, su partido, LREM, se ha ido fragmentando, 'enriqueciéndose' con un rosario de grupúsculos que siguen cohabitando en la misma Asamblea Nacional. Pero esa condición de partido atrápalotodo solo tiene una estabilidad aleatoria, imprevisible.

La campaña de las elecciones regionales del mes de junio, está desencadenando una 'guerra' de 'todos contra Macron'. Veremos.

La precampaña de las próximas presidenciales, dentro de doce meses, confirma el vacío político , a la izquierda y la derecha tradicionales. Vacío propicio a la aparición imprevisible de futuros líderes dispuestos a combatir la hegemonía provisional del presidente y partido atrápalotodo.

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