CLAVES DE LATINOAMÉRICA

Discreta presencia de China en Repúblicana Dominicana tras la apertura de relaciones

Las compañías estales chinas aún no se han hecho con grandes licitaciones, pero podrían optar a gestionar el puerto más cercano a EE.UU.

El presidente chino, Xi Jinping REUTERS

Emili J. Blasco

Un año después de que la República Dominicana estableciera relaciones diplomáticas con China, corrigiendo así su reconocimiento a Taiwán , la presencia china en el país caribeño resulta discreta, muy por detrás de las grandes inversiones que Pekín está realizando en Panamá , que rompió con Taipéi en junio de 2017.

No es solo que Panamá va un año por delante en sus relaciones con China, sino que el canal interoceánico que atraviesa aquel país presenta un interés claro para el gigante asiático, que es su segundo cliente después de Estados Unidos . Pero así como Washington ha alertado sobre la presencia estratégica china en el Canal, con la gestión de terminales portuarias a ambos lados de esa vía, la posibilidad de que los chinos gestionen el puerto dominicano de Manzanillo, el más próximo a EE.UU., o se instalen en la históricamente muy codiciada bahía de Samaná, también ha levantado suspicacias en esa otra parte del Caribe.

De momento, la inversión china en República Dominicana se ha canalizado sobre todo a través de empresas de manufacturas instaladas en las Zonas Francas de Exportación (ZFE), un modelo de éxito económico y social destacado por el Banco Mundial. Las principales empresas chinas que aprovechan el régimen de facilidades fiscales de esas zonas son Hayco, que elabora productos domésticos; DJM Footwear, del sector del calzado, y Kingtom Alumnio, que fue la primera en invertir en la isla, según datos facilitados por el Consejo Nacional de Zonas Francas de Exportación (CNZFE) dominicano.

Esa presencia es reducida comparada con la inversión hecha desde otros países en las ZFE dominicanas, que cuentan con una inversión acumulada de 4.977 millones de dólares. El 39,9% de esa inversión ha llegado de EE.UU., el 22,4% de la propia República Dominicana, el 8,2% del Reino Unido, el 4,2% de Canadá y el 3,5% de Alemania. El peso de EE.UU. se explica por el hecho de que estos parques industriales del Caribe –singularmente los de la República Dominicana y los de Costa Rica– están sirviendo como centros satélites de producción para el mercado estadounidense, pues ofrecen mano de obra de cierta cualificación a bajo precio próxima a EE.UU., lo que resulta especialmente interesante para el sector de los productos médicos y farmacéuticos o los componentes electrónicos . Las ZFE dominicanas exportaron en 2018 bienes por valor de 6.230 millones de dólares, lo que supuso un incremento del 9,1% respecto al año anterior y el 57,1 de la exportación total del país. El 34% de la exportación desde esas áreas de régimen especial se dirigió a EE.UU. (los siguientes destinos fueron de un solo dígito).

Bahía de Samaná y puerto de Manzanillo

Las suspicacias respecto a la «entrada» de China en el país no se refieren a esa actividad de empresas manufactureras sino a la posible licitación de importantes obras de infraestructura por parte de las grandes compañías estatales chinas. China Railway Construction Corporation (CRCC) se ha interesado en ejecutar una línea férrea entre la capital, Santo Domingo, y Santiago de los Caballeros, que es la segunda ciudad del país. Su matriz, China Civil Engineering Construction Corporation (CCECC), también ha realizado gestiones para empalmar esa línea férrea con Haití y construir diversas presas, en operaciones vinculadas a proyectos hidroeléctricos.

El punto delicado, no obstante, está en la posible modernización y ampliación de puertos, y especialmente en su gestión, pues la poca claridad de China sobre la posibilidad de que también sus barcos de guerra puedan atracar en los muelles que gestionan sus compañías estatales supone un problema para los países de acogida y crea tensiones geopolíticas con otras grandes potencias.

La prensa dominicana ha publicado que las antes mencionadas corporaciones chinas están entre las empresas que podrían optar a la modernización del puerto de Arroyo Barril, en la bahía de Samaná, al este del país, y del de Manzanillo, en el norte de la isla, junto a la frontera con Haití. Precisamente la bahía de Samaná fue objeto de deseo de EE.UU . cuando a finales del siglo XIX y comienzos del XX este país empezó a emerger como gran potencia (finalmente, Washington instaló sus bases navales en Guantánamo y Puerto Rico). Por su parte, Manzanillo es el puerto dominicano más próximo a EE.UU., el más cercano desde el que se puede mantener libre comercio en las Antillas Mayores mientras en Cuba siga el castrismo.

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