Un policía británico vigila en los alrededores del Parlamento de Londres
Un policía británico vigila en los alrededores del Parlamento de Londres - EFE

Ocho personas arrestadas tras una operación policial relacionada con el atentado de Londres

El coche utilizado por el atacante, un hombre de nacionalidad británica y conocido por los servicios secretos, fue alquilado en Birmingham

CORRESPONSAL EN LONDRES Actualizado: Guardar
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Scotland Yard conoce desde la tarde del miércoles la identidad del asesino de Westminster, pero no la ha desvelado todavía para no dañar la investigación en curso. Según ha anunciado Theresa May, el atacante es de nacionalidad británica, conocido por los servicios secretos, y con conexiones con la violencia extrema.

Todo indica que el terrorista podría ser vecino de Birmingham, la segunda ciudad más grande del Reino Unido, situada en el centro Inglaterra. Allí se registró en la medianoche de ayer y hasta las dos de la madrugada un gran despliegue policial de agentes armados, que concluyó con el arresto de tres sospechosos. Además ha habido redadas en Londres y otras partes del país que no se ha concretado. En total hay ocho detenidos.

Scotland Yard cree que en terrorista perpetró el atentado solo, «inspirado por el terrorismo internacional», expresión que en el contexto actual apunta al fanatismo islámico. De hecho, Daesh ya ha reivindicado el atentado a través su agencia de noticias Amaq.

Tres varones salieron esposados de un domicilio de la calle Hagley Road de Birmingham, donde se encontraban en un piso situado sobre un establecimiento de comida para llevar y del restaurante «El sabor de Persia». Un vecino apuntó que el terrorista, al que había visto en las imágenes informativas, vivía allí.

El Hyundai i40 gris, el 4X4 que arrolló a los peatones del puente de Westminster dejando un horrible reguero de 29 heridos y dos muertos, inició su viaje letal en Birmingham, donde fue alquilado, según apuntan las primeras pesquisas. El vehículo pertenece a una sucursal de la compañía Enterprise en esta ciudad. Uno de sus empleados identificó el coche al ver su matrícula en las imágenes de las informaciones. La empresa verificó los datos y llamó de inmediato a la policía.

Tras chocar con la verja del recinto del Parlamento, el conductor, que llevaba dos cuchillos de hoja de unas ocho pulgadas, a continuación acuchilló hasta la muerte al policía Keith Palmer, un padre de familia de 48 años con quince de servicio. Fue reducido a tiros cuando trataba de atacar a un segundo agente y recibió atención médica en la propia calzada de la entrada del Parlamento, en New Palace Yard. Era un cuarentón corpulento, de piel oscura, calveza calva y vestido de negro. Llegó a ser subido a la ambulancia, pero murió al llegar al hospital. Su víctima falleció en el suelo del lugar del ataque, a pesar de los esfuerzos por reanimarlo, en los que destacó el heroísmo de Tobias Ellwood, un secretario de Estado de Exteriores con pasado militar, que le hizo el boca a boca.

El policía fallecido ha sido calificado como «un hombre encantador» por muchos diputados que lo conocían tras tantos años de servicio. El parlamentario conservador James Clevery recordó que habían servido juntos en la Artillería Real, antes de que Keith se hiciese policía. «Lo conozco desde hace 25 años. Era un hombre estupendo. Tengo el corazón roto», lamentó.

Algunos diputados han criticado el dispositivo de seguridad en la zona, que califican de «punto débil». El punto de acceso por el que entró el terrorista con sus dos cuchillos está abierto, antes de llegar a un primer puesto de control, si bien es cierto que siempre hay un par de agentes a pie de calle, por donde transitan los turistas y el público en general. La carretera de acceso al llamado New Palace Yard es la que emplean el primer ministro y los miembros de su gabinete cuando acuden a la Cámara.

El Parlamento ha reanudado esta misma mañana sus sesiones, para demostrar con hechos que el terrorismo no amilana a la institución democrática más antigua del mundo en funcionamiento. A las nueve y media de la mañana ha habido un minuto de silencio y también se redirá un homenaje al policía Keith Palmer. La primera ministra, que ayer calificó el ataque de «enfermizo de enfermo y depravado» ha acudido a los Comunes, donde ha hecho una declaración y a continuación ha admitido preguntas de los diputados sobre lo ocurrido.

Aunque Londres ha amanecido tranquilo, con el estoicismo habitual de la ciudad ante los contratiempos de todo tipo, el sonido de las sirenas es más frecuente de lo habitual y también es evidente que se ha reforzado la presencia de policía, en especial en las estaciones de metro. La zona del Parlamento podría permanecer cerrada, porque la Policía Metropolitana ha explicado que es «como una gran escena del crimen» y los investigadores continúan trabajando allí.

También se presta gran atención a la evolución de los heridos. De los cuarenta, 29 permanecen hospitalizados y siete están en estado crítico, según ha informado el portavoz de Scotland Yard a primera hora de este jueves. El carácter turístico de la zona, con el Big Ben, el Palacio de Westminster y el London Eye relativamente cerca, hace que transiten por allí personas de todo el planeta. Entre los heridos hay chicas de un liceo francés, en viaje de estudios en Londres, coreanos y rumanos, además de tres policías ingleses que venían de participar en una ceremonia.

Una mujer cayó al Támesis al paso del vehículo y, de manera casi milagrosa, logró salvar su vida tras ser rescatada. El vídeo con el momento en que pasa el coche a gran velocidad y ella salta al río se repite una y otra vez en las televisiones británicas.

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