Detenida en Alemania una patrulla de ‘ultras’ con bates para impedir la entrada de inmigrantes ilegales

Berlín insiste en que tiene suficientes policías desplegados en la frontera con Polonia

Qué está pasando entre Bielorrusia y Polonia

Manifestación ultra contra los inmigrantes ilegales en la localidad alemana de Guben REUTERS

Rosalía Sánchez

La Policía alemana detuvo en la madrugada del domingo a un grupo de unas cincuenta personas que había formado una patrulla ciudadana que recorría la frontera con Polonia, en las inmediaciones de Guben, con el objetivo de impedir la entrada de inmigrantes ilegales que llegan desde Bielorrusia y después de haber cruzado Polonia de forma clandestina. Respondían así a la llamada del partido Tercera Vía, una formación marginal de extrema derecha, a reaccionar contra el flujo migratorio que, según han reconocido las autoridades alemanas, facilita el gobierno bielorruso e incentiva desde Mocú Vladimir Putin.

Iban armados con bates de béisbol y machetes y se habían dividido en varios grupos, para cubrir el paso fronterizo de Groß Gastrose, la presa de Neisse y áreas urbanas de Guben por las que, en las últimas semanas, ha aumentado visiblemente la presencia de grupos de inmigrantes indocumentados. Algunos de los detenidos procedían de pueblos de alrededor, pero otros habían viajado desde diferentes estados federados alemanes. Durante el día se desplegaron hasta 120 personas, según informó la policía, y el grupo se redujo a medida que cayó la noche.

El ministro del Interior alemán, Horst Seehofer, llamó ayer a la calma en una entrevista en la que explicó que hay 800 agentes de la Policía federal desplegados en la zona, para combatir el aumento de la inmigración ilegal, y que podrían llegar más «si fuera necesario». Seehofer también anunció que los controles fronterizos volverán a entrar en vigor si la situación no mejora, a pesar de tratarse de una frontera interior del espacio Schengen, y recordó que ha ofrecido agentes de policía alemanes para formar patrullas conjuntas bajo mando polaco en la frontera entre Polonia y Bielorrusia «que podrían entrar en acción de forma inmediata». Sigue esperando, sin embargo, la respuesta de Polonia.

La Policía alemana ha contabilizado 1.922 accesos de indocumentados solamente entre el 1 y el 20 de octubre, pero el fenómeno se viene produciendo desde el principio del verano. Los habitantes de Guben calculan además que esa cifra puede multiplicarse por tres si se cuentan las entradas no detectadas por la policía. La mayoría procede de Irak, Siria, Yemen e Irán. Seehofer propuso recientemente patrullas fronterizas conjuntas entre Alemania y Polonia, pero hasta ahora Varsovia no ha aceptado la oferta.

Tanto el Gobierno alemán como las instituciones de la UE acusan al presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, de organizar vuelos desde países como Iraq hasta Minsk y luego canalizar a los inmigrantes ilegales hasta la frontera exterior europea. A finales de mayo, Lukashenko anunció efectivamente que su gobierno ya no impediría estos movimientos, en respuesta a las sanciones occidentales.

El alcalde de Guben declaró ayer que rechaza cualquier forma de justicia por cuenta de los ciudadanos y condenó cualquier acto violento contra los inmigrantes ilegales, pero expresó su comprensión con la sensación de indefensión que genera este movimiento migratorio. «Los municipios esperan que el gobierno federal y la UE tomen las medidas necesarias para detener la afluencia ilegal», dijo ayer el director de la Federación Alemana de Ciudades y Municipios, Gerd Landsberg.

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