Los demócratas boicotean la formación del nuevo Gobierno de Trump

Los últimos años de mandato de Barack Obama vivieron un enfrentamiento continuo con las mayorías republicanas en el Congreso -el bloqueo a la elección de juez del Tribunal Supremo es el mejor ejemplo- y en la era Trump la mala relación entre la Casa Blanca y la oposición legislativa parece que se va a acentuar.

En medio de un gran descontento de parte del electorado por las órdenes ejecutivas adoptadas por Trump, los legisladores demócratas han sufrido grandes presiones para plantar cara a la Casa Blanca.

Ayer, esta oposición se materializó en un boicot de los senadores demócratas a las votaciones de dos elegidos por Trump para su Gabinete: Steve Mnuchin, que se convertirá en el secretario del Tesoro, y Tom Price, nominado como secretario de Salud y Servicios Humanos.

Los senadores demócratas del Comité de Finanzas de la Cámara Alta acordaron no presentarse en la votación prevista para ayer, lo que forzará un retraso de la confirmación de ambos candidatos. A la larga, esto solo será un obstáculo burocrático, ya que la mayoría republicana en el Senado es suficiente para lograr su confirmación.

«Esto ocurre simplemente porque no les gusta el presidente», criticó el republicano Orrin Hatch, que preside el comité boicoteado y que llegó a decir que los demócratas estaban actuando «como idiotas». «Es un nivel de obstrucción sin precedentes», clamó su compañero de bancada Patrick Toomey, al que se le olvidó un boicot similar hace cuatro años de los republicanos hacia Gina McCarthy, elegida por Obama para secretaria de Interior.

Los demócratas justificaron su ausencia por nuevas dudas sobre las declaraciones e informaciones presentadas por Mnuchin y Price para su confirmación. El primero no dio datos correctos sobre su fortuna personal ni sobre el papel de OneWest Bank, una entidad que presidió, en la crisis hipotecaria. Del segundo se cuestionan unas inversiones privilegiadas mientras era legislador. «Como mínimo el comité debería posponer la votación», exigió el senador demócrata Ron Wyden.

La oposición a Trump también trató de obstaculizar la votación de Betsy DeVos, nominada para secretaria de Educación, después de que The Washington Post publicara que muchas de sus respuestas al cuestionario enviado por los demócratas eran copiadas. Pero no hubo caso, los republicanos votaron en bloque y DeVos, una de las nominadas más criticadas en EE.UU., solo tendrá que presentarse ante el pleno del Senado para sellar su cargo.

Ciberseguridad

A Trump, sin embargo, no le hace falta tener un Gabinete confirmado para mantener un implacable ritmo de Gobierno. Ayer ultimó una nueva orden ejecutiva, aunque aplazó su firma, para reforzar la lucha contra los ciberataques, un asunto que sacudió al país desde que la comunidad de inteligencia constató las injerencias de Rusia en las pasadas elecciones con el objetivo de favorecer a Trump. El presidente tardó meses en aceptar ese análisis y nombró a Rudy Giuliani, ex alcalde de Nueva York y uno de sus máximos defensores durante la campaña, como asesor principal en este ámbito, en una decisión muy discutida.

La orden exige una revisión de los sistemas de seguridad nacionales al Pentágono y de los principales enemigos en ciberataques al Departamento de Seguridad Nacional.