Los demócratas aceleran para votar el «impeachment» antes de fin de año

Altos funcionarios norteamericanos han sido llamados a testificar o a aportar pruebas en el Capitolio la semana que viene

David Alandete

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Los demócratas se han marcado como plazo el final de este año para culminar la investigación en la que decidirán si Donald Trump ha cometido delitos lo suficientemente graves como para ser recusado por medio del proceso conocido como «impeachment». Con apenas tres meses por delante, la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes ha comenzado tres investigaciones paralelas sobre las presiones del presidente de Estados Unidos al Gobierno de Ucrania, y en ellas ya ha pedido pruebas o testimonio bajo juramento a al menos seis altos funcionarios norteamericanos con conocimiento de los contactos de Trump.

Un apercibimiento emitido el viernes por los presidentes de las comisiones de Inteligencia, Adam Schiff; Exteriores, Elliott Engel, y Control del Gobierno, Elijah Cummings, insta al secretario de Estado, Mike Pompeo, a entregar al Capitolio documentos relativos a las maniobras de Trump y su Gobierno en Ucrania. Los tres diputados demócratas aseguran en su misiva que temen que «el presidente Trump haya puesto en riesgo la seguridad de la nación al presionar a Ucrania para que interfiera en las elecciones de 2020 y al retener ayudas militares aprobadas por el Congreso para ayudar a Ucrania a combatir las agresiones de Rusia».

Los demócratas investigan si Trump presionó al presidente Zelensky para que abriera una investigación a Joe Biden, que lidera las encuestas de las primarias demócratas. En una llamada mantenida con Zelensky el 25 de julio, cuya transcripción hizo pública el miércoles la Casa Blanca, Trump pidió que Ucrania investigue si Biden vulneró la ley al exigir en 2016 el despido del entonces fiscal general ucraniano, Víctor Shokin, acusado de corrupción. Se da la circunstancia de que Shokin había investigado una empresa de gas, Burisma, para la que trabajó durante cinco años un hijo de Biden, Hunter.

Dimisión de Volker

Los demócratas denuncian que un diplomático norteamericano, el enviado especial de Trump para Ucrania, Kurt Volker, tuvo un papel central en esta trama, ya que sirvió de intermediario para organizar un encuentro en Madrid el 2 de agosto entre Rudolph Giuliani, abogado personal del presidente, y Adrei Yermak, asesor del ucraniano Zelensky. Según denuncian los demócratas en su apercibimiento, por medio esas conversaciones y encuentros Trump amenazó con congelar indefinidamente un paquete de 400 millones de dólares en ayudas militares a Ucrania si este país no investigaba a Biden.

Aunque Volker dimitió de su cargo el viernes, ha sido llamado a testificar por escrito por los demócratas en el Capitolio. Junto a él y Pompeo, otros testigos ya citados en el caso del «impeachment» de Trump son el inspector general de los servicios de inteligencia de la Casa Blanca, Michael Atkinson, y la exembajadora de EE.UU. en Ucrania, Marie Yovanovitch, que fue despedida por Trump el 20 de mayo. En su llamada con Zelensky, Trump criticó abiertamente a Yovanovitch. Según dijo el presidente: «Esa exembajadora de EE.UU., esa mujer, era mala y la gente con la que trataba en Ucrania era también mala, creo que debes saberlo».

Los demócratas han dado al Gobierno hasta el viernes, 4 de octubre, para que entregue una serie de documentos cruciales para la investigación. Es señal de la prisa que tienen por culminar las pesquisas antes de que comience el proceso de primarias de su partido, en febrero de 2020. Los republicanos han decidido, de momento, no organizar primarias ya que Trump se presenta a la reelección . Después de que la Cámara vote si recusa a Trump, algo para lo que los demócratas tienen votos suficientes, tendrá lugar su juicio político en el Senado, donde los republicanos tienen mayoría. Ni uno solo de ellos apoya de momento el ‘impeachment’.

Desde que la líder demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, anunció la apertura del proceso de «impeachment» el martes, Trump ha denunciado que es víctima de una caza de brujas. Ayer, ya de regreso a Washington tras las reuniones de la Asamblea General de Naciones Unidas, el presidente se fue a jugar a golf a un campo que es propiedad de su empresa en Virginia. Le acompañaron el senador republicano Lindsey Graham, uno de sus principales aliados en el Capitolio, y dos estrellas del golf, los veteranos jugadores Gary Player y Annika Sörenstam.

La apertura de las investigaciones la ha provocado un funcionario norteamericano que de momento se mantiene en el anonimato y que el 12 de agosto presentó una queja formal a sus superiores en los servicios de inteligencia sobre un posible abuso de poder por parte del presidente para influir en las elecciones de 2020. La carta, de nueve folios, fue hecha pública por los demócratas en el Capitolio el jueves y en ella el denunciante anónimo acusa a la Casa Blanca de intentar tapar las pruebas de esas presiones a Ucrania.

Las encuestas más recientes reflejan que una estrecha mayoría de estadounidenses se opone a la apertura de este juicio político. El último sondeo, del instituto demoscópico Marist, asegura que un 49% cree que es improcedente, frente al 47% que lo cree adecuado. Un 88% de demócratas lo aprueba y un apabullante 93% de republicanos lo considera un error.

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