Las mujeres afganas reclaman formar parte del Gobierno talibán

Decenas de mujeres se manifiestan en la ciudad de Herat para defender su derecho a trabajar, a la educación y a ser incluidas en el futuro del nuevo Afganistán

Manifestación de mujeres este jueves en Herat (Afganistán) AFP / Vídeo: Los talibán admiten que «podría» no haber mujeres en los altos cargos del Gobierno - EP
Susana Gaviña

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La ciudad afgana de Herat fue este jueves escenario de una manifestación inédita en la nueva etapa talibán (se han celebrado algunas otras, en ciudades como Kabul, pero casi simbólicas por su baja participación). Decenas de mujeres –activistas, estudiantes, funcionarias– salieron a la calle para reclamar su inclusión en el nuevo Gobierno islamista, en el que no está claro si finalmente tendrán presencia o no.

«Ningún gobierno es sostenible sin mujeres . Nuestra demanda: el derecho a la educación y el derecho al trabajo en todos los aspectos», «La violación de los derechos de las mujeres es igual a la violación de los derechos humanos» y «No tengas miedo, estamos unidas» fueron algunos de los eslóganes que se podían leer en las pancartas que las mujeres, vestidas con hijab o con burka, mostraban sin miedo ante los edificios oficiales de la ciudad.

Esta demostración tenía lugar horas antes de que se diera a conocer el nuevo Ejecutivo, en el que según avanzaron portavoces talibanes había posibilidades de incluir a alguna mujer, pero en puestos que no fueran de alto nivel, según declaró el miércoles a la BBC Sher Mohamad Abbas Stanekzai , director adjunto de la oficina política de los talibanes en Qatar.

Desde que los talibanes tomaron el poder, el pasado 15 de agosto, han intentado mostrar una imagen moderada desmintiendo los vaticinios de la regresión del papel de la mujer en la nueva sociedad de Afganistán, ante la preocupación y las advertencias lanzadas por la comunidad internacional y la experiencia del anterior gobierno talibán (1996-2001). Si bien nada más tomar la ciudad de Kabul uno de los líderes islamistas afirmó que se las permitiría salir a la calle, trabajar y estudiar; unos días después, el portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, matizó en rueda de prensa el mensaje, asegurando que las mujeres tendrán derechos, pero dentro del marco de la ‘sharía’ (ley islámica).

Nooria Nazhat , exportavoz del Ministerio de Educación de Afganistán, declaraba a Tolo News que «no existe una visión unificada entre los talibanes sobre las actividades de las mujeres en la sociedad y la política. Lo mismo ocurre en los sectores cultural y educativo. Esto es preocupante». Por su parte, la exembajadora afgana en Noruega y también periodista, Shukria Barekzai, aseguraba a este mismo medio que «será un error histórico si quitan a las mujeres del liderazgo».

Para el analista político Tariq Farhadi , la ausencia de mujeres en el nuevo gobierno sería causa suficiente para no ser reconocido por la comunidad internacional. «Un gobierno inclusivo es aquel que representa a las mujeres y a todos los grupos étnicos en Afganistán».

Miedo a las represalias

La propaganda o maquillaje de la situación, con declaraciones contradictorias, ha hecho que muchas profesionales, ante la incertidumbre de su futuro laboral y su integridad física (los talibanes las aconsejaron que se quedaran en casa hasta que pudieran ofrecerles seguridad), han decidido dejar sus trabajos, permanecer en sus hogares o huir del país (en especial aquellas que han desempeñado labores de alto perfil como activistas o periodistas). El último caso más sonado ha sido el de la periodista del canal Tolo News, Beheshta Arghand , que marcó un hito al entrevistar en directo a un líder talibán tras su ascenso al poder. Lo hacía el mismo día que la RTA, la televisión oficial, sustituía a la presentadora por un hombre. El gesto de Tolo News dio la vuelta al mundo. Pero apesar de las declaraciones de moderación, Arghand, como muchas otras periodistas huyó del país por miedo a las «represarias», según confirmó a la CNN el 30 de agosto . Según un informe de Reporteros sin Fronteras, antes de la segunda llegada de los talibanes al poder había 700 mujeres periodistas en Kabul , de las que a día de hoy estarían trabajando menos de 100.

En una de las pancartas desplegadas este jueves, las manifestantes también pedían a la comunidad internacional que no se olvidara de ellas.

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