Daesh utiliza a niños bomba en Mosul, según denuncia la ONU

El grupo yihadista Daesh pasa por sus peores momentos en Siria e Irak y recurre a niños bomba, a las armas químicas y asesinatos colectivos para mantener lo que queda del «califato». Atrocidades que la ONU considera «crímenes de guerra y contra la humanidad, o incluso genocidio». La portavoz del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Ravina Shamdasani, denunció el «despliegue de niños con cinturones explosivos» en la parte vieja de Mosul, así como la entrega de mujeres secuestradas –varias de ellas de la minoría yazidí– a patrullas yihadistas para que las usen como escudos humanos ante el avance de las fuerzas especiales de Irak dentro del bastión terrorista.

No es la primera vez que los seguidores del «califa» recurren a menores.

En los últimos dos años se han repetido los vídeos de niños a quienes se les pide que actúen como asesinos a la ahora de ejecutar a rehenes. Pero esta vez se les asigna también entrar en combate, lo que demuestra los problemas que tiene Daesh en sus filas para defender su gran bastión.

Shamdasani recordó que los yihadistas ejecutaron en Kokjali, a las puertas de Mosul, a siete de sus milicianos por haber desertado y que distribuyeron un vídeo de propaganda en el que se veía a cuatro niños encargados de las ejecuciones. El portavoz de la ONU ya alertó hace una semana de que Daesh exigía a las familias que le entregaran sus hijos varones mayores de 9 años para convertirlos en combatientes.

Naciones Unidas acusó también al grupo terrorista del asesinato de al menos 60 civiles a lo largo de la última semana. Cuarenta de ellos fueron acusados de «traición» y «colaboración con las fuerzas iraquíes» y los yihadistas colgaron sus cuerpos de postes eléctricos con inscripciones en rojo donde se podía leer: «Traidores y agentes de las ISF» (fuerzas de seguridad iraquíes). Asimismo Daesh es acusado de haber lanzado también al menos tres ataques químicos en la ciudad de Qayara, situada a unos 50 kilómetros al sur de Mosul y donde se encuentra la base principal del Ejército de Irak. Tras ser expulsados en agosto de este lugar emplearon cohetes con fósforo, recogió Human Rights Watch (HRW) en su último informe.

Un millón de civiles

Los combates se recrudecen y ya son 50.000 las personas que han logrado escapar, según el último recuento de las agencias humanitarias de la ONU, un cifra que se ha duplicado en la última semana. Los yihadistas tratan de frenar por todos los medios la salida de la población civil y se calcula que en Mosul de 3.000 a 5.000 combatientes se atrincheran entre más de un millón de civiles.