Cumbre en Helsinki entre EE.UU. y Rusia

Agenda de los temas candentes que tratarán Trump y Putin

Desde la anexión de Crimea, pasando por las armas nucleares y la injerencia en las elecciones de EE.UU., muchos son los frente abiertos que podrían debatir ambos países

Una de las manifestaciones en Helsinki, antes de la cumbre de Trump y Putin REUTERS

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INTERFERENCIA ELECTORAL

Trump ha insistido en que confrontará a Putin con las acusaciones de interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales que le llevaron a la Casa Blanca. Es un asunto del que Trump rehúye, porque pone sombras a la legitimidad de su victoria, y porque alimenta el acoso de la prensa y de la oposición demócrata sobre la trama rusa. El anuncio de imputaciones a doce miembros de la inteligencia rusa el pasado viernes lo ha convertido en inevitable en Helsinki. Hasta el momento, Trump ha dado más crédito a Putin -lo niega todo- que a la conclusión unánime de la inteligencia estadounidense de que existió la interferencia.

CRIMEA

En las últimas semanas, Trump ha coqueteado con un cambio en la política de EE.UU. sobre Crimea, la península de Ucrania que Rusia anexionó en 2014. Durante la cumbre del G-7 en Canadá, aseguró que no era razón para que Rusia siga expulsado del grupo y dijo que el territorio podría ser ruso «porque todo el mundo allí» habla ese idioma. En los días previos a la cumbre, ha dejado la puerta abierta a reconocer a Crimea como parte de Rusia, lo que supondría una crisis con sus socios europeos.

ARMAS

Trump quiere tratar la proliferación de armas nucleares y de largo alcance. El acuerdo sobre control de este tipo de arsenal entre EE.UU. y Rusia acaba en 2021 y una renovación satisfactoria sería importante no solo para Trump, sino para sus socios estratégicos en Europa y la OTAN. La cumbre se produce en un momento en el que Rusia desarrolla nuevo armamento de alta capacidad, como misiles hipersónicos frente a los que EE.UU. podría no tener defensa, y que podrían estar listos para 2020.

SIRIA

Trump ha defendido siempre que EE.UU. no tiene que pelear guerras que no son suyas, y Siria siempre le ha parecido una de ellas. El presidente de EE.UU. parece favorecer un acuerdo por el que el régimen de Bashar al Assad, apoyado por Rusia e Irán, se mantenga en el poder a pesar de la brutalidad que ha ejercido contra la oposición en la guerra civil que desangra al país. La utilización de armas químicas ha motivado dos represalias de Trump, pero lo que de verdad desea es sacar a las tropas estadounidenses del país.

SANCIONES

Desde la invasión a Ucrania, EE.UU. ha impuesto varias rondas de sanciones a organismos, ciudadanos y compañías rusos, lo que ha supuesto un obstáculo al desarrollo económico del país. Con la llegada al poder de Trump, las sanciones se han ampliado por el ‘hackeo’ durante las elecciones, la actividad en Siria o abusos en derechos humanos. Bajo la Administración Trump, las sanciones han sido impulsadas por el Congreso, y el presidente se ha mostrado reticente: las entiende como un obstáculo hacia una mejor relación con Rusia.

COMERCIO

La guerra comercial global desatada por EE.UU. no ha dejado fuera a Rusia. Los intercambios comerciales entre ambos países no son comparables a los que EE.UU. mantiene con China -sobre todo- ni con otros socios como la Unión Europea o México. Pero Rusia es uno de los afectados por los aranceles del 25% al acero y del 10% al aluminio que EE.UU. ha impuesto a varios países. A comienzos de mes, Moscú anunció que respondería con otros aranceles -de entre el 25% y el 40%- a importaciones estadounidenses como equipamiento de construcción, maquinaria industrial o fibra óptica.

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