La crisis iraní acentúa las diferencias entre EE.UU. y la UE
La inesperada escala de Pompeo en Bruselas no logró acercar las posiciones
La inesperada visita a Bruselas del secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo , que iba de camino a Sochi (Rusia) para reunirse con Lavrov y Putin sobre Venezuela, donde se celebraba un encuentro de ministros de Asuntos Exteriores de la UE podría parecer un síntoma de buen ambiente y familiaridad entre las dos orillas del Atlántico. Pero, en realidad, lo que demostró es que crece la incomprensión y las divergencias y que los viejos aliados ya no hablan el mismo idioma. O cuando lo hacen, no dicen lo mismo y apenas se entienden.
Pompeo vino ayer a la capital europea, según uno de sus asesores, para «compartir información sobre las amenazas crecientes que representa Irán» mientras que la Alta Representante europea, Federica Mogherini , insistió por su parte en que la UE apoya plenamente el acuerdo nuclear internacional con Teherán, y quiere que las «potencias rivales» eviten cualquier escalada adicional de la tensión, en alusión a la actitud que sostiene la Administración Trump.
Pompeo anuló anteayer en el último momento su visita a Moscú, pero mantuvo la reunión de hoy con su colega ruso, Serguei Lavrov y con el presidente Putin en la ciudad de Sochi para repasar los asuntos más acuciantes como el de Irán, la situación en Venezuela y una posible prórroga del acuerdo START de limitación de armas nucleares.
En el caso de Rusia sucede al revés que con Europa: se supone que Washington y Moscú han de estar fundamentalmente en desacuerdo y, sin embargo, hasta en las discrepancias dan la impresión de una cercanía especial . Respecto a la UE, lo lógico sería que estuvieran en sintonía en la mayor parte de los temas y, sin embargo, cuesta trabajo encontrar un campo en el que las posiciones de Bruselas y de Washington puedan ser debatidas con coherencia, ya sea en este caso de Irán, en el comercio internacional o en las relaciones con Rusia, por no citar más que algunos.
El caso de Irán es ahora el más relevante, puesto que el acuerdo que logró limitar su capacidad nuclear a cambio de que se levantasen las sanciones es el mayor logro de la diplomacia europea, mientras que Estados Unidos -que lo firmó en su día- rechaza todos sus términos y amenaza a las empresas europeas que hagan negocios con Irán, lo que crea una situación endiablada para la UE.
Según fuentes norteamericanas, la información que Pompeo expuso a los europeos ayer se centraba en culpar a Irán de los extraños ataques que han sufrido petroleros de países del Golfo como Emiratos y Arabia Saudí, y que pueden acabar siendo el pretexto para una respuesta militar.
Riesgo de accidente
A pesar de esas alusiones, la Alta Reresentante Mogherini insistió en que los europeos «continuaremos apoyándo (el acuerdo con Irán del que se ha retirado Estados Unidos) tanto como podamos, con instrumentos de valor y con toda nuestra voluntad política». La Alta Representante se reunió por separado con los ministros de Exteriores de Gran Bretaña, Francia y Alemania, que son signatarios del acuerdo junto a Rusia y China, además de Estados Unidos que se retiró. «La posicion americana de aumentar la presión y las sanciones, no nos conviene» dijo el ministro francés Jean-Yves Le Drian mientras que su colega alemán Heiko Maas insistió en «la necesidad esencial que tenemos de seguir hablando de Irán».
Por ahora, la Administración Trump ha enviado un primer grupo aeronaval al Golfo como medida disuasoria, lo que ha hecho comentar al ministro británico de Exteriores, Jeremy Hunt, que se reunió por separado con Pompeo, que en esta situación, un falso paso por parte de Iran o de EE.UU. pudiese desencadenar un conflicto. «Estamos muy preocupados por un conflicto, por el riesgo de un conflicto (...) de una escalada involuntaria», por ello «necesitamos asegurarnos de que esto no acabar poniendo a Irán otra vez en el camino de la nuclearización» y lo mejor sería ahora «un período de calma para que todos entiendan lo que piensa el otro lado».
