«¡Corran, corran, hay una fuga de gas!»: pánico en la Ciudad de México tras el terremoto

El pánico se apoderó de los habitantes de la capital mexicana -más de 20 millones de personas- tras un sismo que tuvo lugar justo en el aniversario del 32 aniversario de aquél potente terremoto que en 1985 provocó más de 10.000 muertos

Las asistencias tratan de rescatar supervivientes entre los escombros de los edificios derrumbados REUTERS

ADRIÁN ESPALLARGAS

«¡Corran, corran, hay una fuga de gas!» gritaba una joven que huía dejando atrás uno de los más de cuarenta edificios que se derrumbaron este martes en la Ciudad de México tras experimentar un fuerte sismo de magnitud 7,1 que ocurrió sobre la una de la tarde hora local. El pánico se apoderó de los habitantes de la hiper poblada capital mexicana -más de 20 millones de personas- tras un sismo que tuvo lugar justo en el aniversario del 32 aniversario de aquél potente terremoto que en 1985 provocó más de 10.000 muertos en la capital. Se cuentan al menos 196 fallecidos en todo el país, una cifra que es probable que desafortunadamente aumente en los próximos días.

Fue como un minuto el tiempo que duró este temblor que sacudió la Ciudad de México, con epicentro a unos 100 kilómetros. El ensordecedor sonido de las sirenas de las ambulancias yendo de un lado para otro comenzó a tronar a través de las calles de las colonias Roma Norte y Condesa pocos después de que el movimiento telúrico cesara. «Aléjense, dejen paso», gritaban los policías a los viandantes que se paraban a curiosear frente a uno de los edificios en ruinas. Y un fuerte olor a gas flotaba de estas dos zonas de clase media alta en la que viven un gran porcentaje de extranjeros, entre ellos un elevado número de los 130.000 españoles que viven en todo el país según estima el Instituto Nacional de Estadística.

«Pensé que se me caía el edificio encima», dijo a ABC María, una joven española que lleva viviendo en México dos años y para quien el terremoto del 19 de septiembre es el más fuerte que jamás ha experimentado. «Fue mucho más fuerte que el del jueves pasado» , agregó la joven en referencia al otro terremoto de magnitud 8,2 que sacudió hace casi una semana la capital. A pesar de tener mayor magnitud, el terremoto ocurrió a más de 1.000 kilómetros al sur de la Ciudad de México, afectando sobre todo los meridionales estados de Chiapas y Oaxaca, donde hubo alrededor de cien fallecidos. Sin embargo, el de ayer fue mucho más próximo, por lo que se sintió mucho más fuerte en la megalópolis.

Los servicios de emergencia actuaron con celeridad tras el sismo. Rápidamente acordonaron los edificios que se habían derrumbado y empezaron las labores de rescate con la ayuda de dispositivos de la Cruz Roja y de Protección Civil. Posteriormente, el Ejército mexicano llegó y se hizo con el control de la zona para tratar a rescatar a las numerosas víctimas que han quedado atrapadas bajo los escombros . «Llevo cuerdas y guantes para que puedan realizar las labores de rescate», comenta a ABC un mexicano de unos cuarenta años que carga diferentes utensilios que recababa el Ejército frente a uno de los edificios caídos en la Roma Norte.

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