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El líder de Corea del Norte, Kim Jong-un (centro imagen) - REUTERS

Pyongyang responde con un misil a la oferta de diálogo del nuevo presidente surcoreano

Lanzado solo cinco días después de su elección, ha sido un éxito porque el proyectil recorrió durante media hora unos 700 kilómetros y alcanzó una altura de 2.000

Corresponsal en Pekín Actualizado: Guardar
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Solo cinco días después de su elección, Corea del Norte ha saludado la llegada del nuevo presidente del Sur, Moon Jae-in, disparando un misil durante la madrugada de este domingo. Según detectó el Ejército surcoreano, el proyectil fue lanzado a las 5:27 de la mañana (22:27, hora peninsular española), voló durante una media hora y recorrió unos 700 kilómetros antes de caer al Mar de Japón, informa la agencia estatal de noticias Yonhap.

Aunque parece que no llegó a aguas niponas, este ensayo supone un éxito con respecto a los fallidos lanzamientos anteriores, en los que los misiles estallaban a los pocos segundos de ser disparados. A tenor del Ministerio de Defensa japonés, el proyectil pudo haber alcanzado una altura máxima de 2.000 kilómetros, lo que indica que podría tratarse de un nuevo tipo de cohete.

De inmediato, el presidente surcoreano convocó una reunión de urgencia del Consejo Nacional de Seguridad, donde puso en alerta al Ejército y condenó el lanzamiento. Además de definirlo como un «grave reto» para la paz y la seguridad de la Península Coreana y la comunidad internacional, expresó su «profundo pesar por esta temeraria provocación de Corea del Norte», informa Yonhap.

Dentro de sus habituales provocaciones, sorprende esta nueva prueba balística porque el régimen del joven dictador Kim Jong-un se había decantado en las elecciones por el progresista Moon Jae-in. De 64 años, este antiguo abogado de derechos humanos, hijo de refugiados norcoreanos que huyeron durante la guerra, aboga por cambiar la mano dura de los anteriores Gobiernos conservadores para reabrir el diálogo con Pyongyang. Con dicho objetivo, se está rodeando de expertos con amplia experiencia y contactos en Corea del Norte y está incluso dispuesto a viajar a Pyongyang para reunirse con Kim Jong-un.

Pero este último lanzamiento deja en evidencia sus buenas intenciones. «Incluso aunque el diálogo sea factible, deberíamos mostrar que solo será posible en caso de que Corea del Norte cambie su actitud», advirtió el presidente Moon tras la reunión del Consejo Nacional de Seguridad.

Este ensayo balístico vuelve a elevar la tensión con el régimen estalinista de Pyongyang, embarcado en una reciente escalada militar y dialéctica con Estados Unidos y Corea del Sur. Para disuadir a Kim Jong-un de llevar a cabo una nueva prueba nuclear, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha endurecido sus advertencias enviando cerca de aguas coreanas una flotilla donde destacan el portaaviones «Carl Vinson» y el submarino nuclear «Michigan». Siguiendo con esta demostración de fuerza, el Pentágono prepara este mes nuevas maniobras militares en el Océano Pacífico con buques de guerra de Japón, el Reino Unido y Francia.

Para rebajar la tensión, el nuevo presidente surcoreano apela al diálogo y quiere resucitar el acercamiento que sus antecesores progresistas, los presidentes Kim Dae-jung y Roh Moo-hyun, llevaron a cabo durante la denominada «Política del Sol» («Sunshine Policy») entre 1998 y 2008. Fruto de aquel deshielo fueron las sendas cumbres que ambos protagonizaron en Pyongyang con Kim Jong-il, padre del actual dictador, en 2000 y 2007. Como jefe de gabinete del presidente Roh, Moon Jae-in viajó entonces a Corea del Norte, un hito que ahora quiere repetir. Pero, mientras busca la distensión, Kim Jong-un sigue disparando sus misiles.

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