Supermercado de Caracas tras haber sido saqueado
Supermercado de Caracas tras haber sido saqueado - AFP

La Constituyente de Maduro desata el pánico a la escasez

El paro de 48 horas de mañana y el jueves, así como las sanciones que podría sufrir Venezuela, lanzan a los ciudadanos a hacer acopio de comida

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

«Compren comida, compren comida, el que no compre ahora no comerá esta semana ni las próximas», exclamaba Maricarmen Rodríguez, de 75 años, que comparaba la escasez de alimentos en Caracas con la que había vivido en España después de la Guerra Civil.

Comida. Esta era una de las grandes preocupaciones ayer entre los vecinos de la capital venezolana, a menos de una semana ya de la elección de la Asamblea Nacional Constituyente convocada por Nicolás Maduro para el domingo y en vísperas de una huelga de 48 horas a partir del miércoles.

Maricarmen escogía las pocas patatas buenas que quedaban en un puesto de verduras improvisado en la caraqueña urbanización de Los Palos Grandes. «Con un kilo de patatas no hago nada», dijo, para encaminarse a continuación a un supermercado de la zona, cuyas estanterías ya estaban vacías.

Esta anciana española se trasladó entonces a otro establecimiento en Alta Florida, donde le habían dicho que aún quedaban productos. En efecto, había arroz y aceite, pero al doble de precio de la semana pasada, mientras que otros productos escasos ya habían desaparecido de los estantes.

En esa zona de la capital llamaba la atención la presencia de unos 25 uniformados, armados hasta los dientes, que resguardaban la mansión de la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, en la esquina del supermercado.

El anuncio del paro de 48 horas, convocado por la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que para los gremios de transportistas y trabajadores del Táchira será indefinido, ha provocado una avalancha de compradores en los supermercados por el temor a que se agudice la escasez con las amenazas de sanciones económicas de EE.UU., Europa y Mercosur a Venezuela.

La huelga comenzará mañana a las 6 de la mañana y se extenderá hasta el viernes a esa misma hora. Ante el fantasma de una escasez prolongada, muchos venezolanos se han lanzado a llenar sus despensas con productos de reserva como si llegara el fin de mundo durante el fin de semana a pesar de que ayer era día festivo en Venezuela.

Tras el paro, si Maduro no retira su propuesta de Constituyente, el viernes se prevé una manifestación multitudinaria en la capital, que ya se ha bautizado como la «Toma de Caracas». Ese fue también el nombre que se dio a la histórica protesta del 1 de septiembre del pasado año, cuando se congregó un millón de personas para reclamar un referéndum revocatorio que permitiera apartara al presidente y que nunca se llegó a celebrar.

El gobernador de Miranda, Henrique Capriles, alertó ayer sobre las graves consecuencias para el país si se concreta la Constituyente comunal convocada por Maduro. De no suspenderse, señaló, muchos países sancionarán a Venezuela, lo que a su juicio generará mayor pobreza. «Serían desastrosas para Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y para todo el país, principalmente para los más pobres». «¿Con qué dinero se importará la comida y las medicinas?», se preguntó. En su opinión, sería un escenario que nunca antes habían vivido los venezolanos. «Estamos en horas cruciales para que se imponga la sensatez, para paralizar esta locura», advirtió.

Horas clave para el país

Esta semana resultará decisiva en el pulso que mantienen el régimen de Maduro y la oposición desde que esta se hizo con el control de la Asamblea Nacional en las elecciones de diciembre de 2015. La convocatoria de esta Asamblea Constituyente, que acabaría con el actual Parlamento democrático y que ha sido tachada de «inconstitucional» por la fiscal general, Luisa Ortega, ha exacerbado la división y los próximos días marcarán el rumbo futuro del país, sumido desde hace años en una grave crisis política, económica y humanitaria.

La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) había pedido que los ciudadanos acudieran ayer a sus respectivos colegios electorales a pedir a la Fuerza Armada que impida el proceso constituyente y a colocar carteles que digan: «En mi centro de votación no habrá Constituyente».

Siguiendo la consigna, numerosos colegios habilitados para a las elecciones de la Constituyente fueron empapelados por simpatizantes de la oposición en distintas ciudades con mensajes que abogan por suspender el proceso. Esta acción fue acompañada de protestas callejeras contra la Constituyente en diferentes puntos.

En alguno de los colegios se pudo ver a funcionarios del llamado Plan República arrancando los carteles pegados por los ciudadanos. Activistas opositores hablaban con los soldados que custodiaban los centros sobre las consecuencias nefastas de aprobarse la constituyente comunal y alertarles de cómo afectaría a cada uniformado el fraude constituyente. Después, hubo una concentración en las plazas Bolívar de todo el país.

Registros en viviendas

Por otra parte, el diputado Armando Armas, del estado Anzoátegui, denunció la entrada ilegal de las fuerzas de seguridad en un conjunto de residencial en la ciudad de Lechería.

El choque institucional ha llegado a tal punto que dos grupos de 66 magistrados, 33 designados el pasado viernes por el Parlamento y otros tantos nombrados en su día por el chavismo, se disputan los mismos sillones del Tribunal Supremo, máximo órgano de Justicia. El pasado fin de semana el Sebin, la policía política bolivariana, detuvo a Ángel Zerpa, uno de los jueces elegidos por la Asamblea y el propio Maduro ha amenazado con arrestar «uno por uno» a los 32 restantes.

Zerpa se encuentra confinado en un calabozo de El Helicoide, sede principal del Sebin en Caracas y el recinto donde el régimen mantiene recluidos a varios presos políticos. Según indicó una fuente del interior del centro a la web del diario «El Nacional», el abogado está aislado dentro de su celda y no se le permite recibir alimentos con regularidad. Además, se le niega la visita de familiares y abogados y recibir las pastillas para su hipertensión.

Así las cosas, no obstante, el vicepresidente del Parlamento, el diputado opositor Freddy Guevara, se mostró ayer esperanzado en salvar a Venezuela de la dictadura con las movilizaciones de esta semana. «Días que quedarán para la historia porque pronto cambiaremos a Venezuela. ¡Sigamos! ¡Estamos cerca de la luz!», exclamó a través de Twitter.

Ver los comentarios