Conflicto entre Grecia y las ONG que rescatan a los refugiados

Atenas presenta este sábado ante la justicia a los tres bomberos voluntarios españoles detenidos a los que acusa de traficar con inmigrantes en la isla de Lesbos

Madrid Actualizado: Guardar
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Las organizaciones humanitarias desplegadas en el mar Egeo desde hace meses han jugado un papel fundamental para poder afrontar la crisis de los refugiados en Europa. Solo en las dos primeras semanas de 2016 han llegado a Grecia más de 23.000 personas por mar y 50 han muerto en sus costas, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Atenas no dispone de infraestructura suficiente para hacer frente al drama. La polémica ha saltado sin embargo en las últimas horas tras la detención de cinco voluntarios, tres españoles y dos daneses, por parte de las autoridades griegas. Los acusan de tráfico de seres humanos y este sábado van a ser puestos ante la Justicia. «Delito de solidaridad», ha llegado a calificarlo la investigadora y especialista italiana en asuntos migratorios Sara Prestianni en su pefil de Facebook.

«Resulta particularmente grave que las autoridades griegas detengan a bomberos que colaboran con sus equipos en el rescate de personas en una de las zonas con más llegadas de personas refugiadas del continente, en vez de centrar sus esfuerzos en coordinarse con ellos para salvar el máximo número de vidas», ha señalado a través de un comunicado la secretaria general de la ONG Comité Español de Ayuda al Refugiado (CEAR), Estrella Galán. Las organizaciones humanitarias cubren «una tarea que las autoridades europeas no están asumiendo debidamente», añade la ONG.

Toni Amador, portavoz de la ONG ProemAid, a la que pertenecen los tres voluntarios españoles detenidos, ha expresado su «estupor e incredulidad» ante lo ocurrido. La actriz estadounidense Susan Sarandon estuvo colaborando con ellos el pasado diciembre. Los dos daneses pertenecen a la organización Team Humanity. Todos niegan que hayan operado en aguas turcas e insisten en que siempre han colaborado con las autoridades locales. También insisten en que el el momento de la detención no habían rescatado a ningún inmigrante.

Atenas no ha dado, al menos públicamente, detalles que argumenten su acusación de tráfico de seres humanos, pero fuentes próximas a lo ocurrido reconocen que los detenidos podrían no haber cumplido con el protocolo establecido.

«Las normas están muy claras. No se puede salir a patrullar ni hacer nada sin avisar» a las autoridades locales, reconoce Gerard Canals, coordinador de la ONG española Proactiva Open Arms, una de las que trabaja en la zona y triste protagonista del dramático naufragio del pasado 28 de octubre. Aquel día rescataron a 242 personas con motos de agua en el litoral de Lesbos mientras vieron cómo otras, entre ellos algunos niños, se hundieron sin poder salvarlos. Unas sesenta personas desaparecieron en uno de los peores siniestros ocurridos en el mar Egeo.

«Nadie te va a impedir que salves vidas en aguas turcas, pero hay que coordinarlo» con las autoridades y «esta es una zona muy complicada y no todo es buena voluntad», añade Canals. «Te piden los papeles... Nada que no pasara en España». Pero el coordinador de Proactiva reconoce que este viernes las autoridades les han «prohibido patrullar a la búsqueda de botes». En todo caso cree que «no hay más impedimentos de los que había antes» de las detenciones de los tres españoles y los dos daneses.

Un peligroso y conflitivo puñado de millas

Numerosas ONG desarrollan entre las aguas griegas y turcas labores en el rescate de expediciones en el mar, asistencia médica y humanitaria, entrega de material de primera necesidad y alimentos, labores de interpretación y hasta ayuda psicológica para sobrellevar el drama.

«Mi opinión personal es que (las autoridades griegas) quieren poner orden y han dado un puñetazo en la mesa para decir que son ellos los que mandan entre tanta ONG que llega de fuera», pero «no creo que vayan a echar a nadie», entiende Laura Lanuza, portavoz de Proactiva. «Se puede criticar la falta de recursos, pero nosotros estamos aquí para trabajar de su mano».

De las 23.664 personas llegadas por mar a Europa en las dos primeras semanas de 2016, 23.302 lo han hecho por la ruta griega, donde han tenido lugar 50 de los 59 muertos registrados en esos catorce días, según datos de la OIM.

Cientos de barcas cargadas de emigrantes y refugiados partes de las costas de Turquía hacia las islas griegas del Egeo. La distancia es de un puñado de millas, pero la travesía no deja de ser muy peligrosa por las condiciones del mar y por la deplorable forma en que a menudo los traficantes empujan a los refugiados, con embarcaciones precarias y hasta con chalecos salvavidas falsos.

Lanuza reconoce que organizaciones humanitarias como la suya se mueven en una «zona muy conflictiva entre Asia y Europa» en la que operan los barcos de Frontex (la agencia europea de fronteras) así como los guardacostas griegos y turcos.

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