Cincuenta aldeas liberadas de Daesh durante la primera semana de ofensiva sobre Mosul

El secretario de Defensa estadounidense se reunió ayer en Bagdad con el jefe militar de la coalición internacional antiyihadista, Stephen Townsend, y el primer ministro iraquí, Haider al Abadi

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El grupo yihadista Daesh se defiende con todos los medios a su alcance, pero es incapaz de frenar la ofensiva sobre Mosul. En la primera semana del asalto a la capital del «califato» el Ejército de Irak, desde el sur, y los peshmerga kurdos, desde el norte y este, han logrado liberar 50 localidades. Un avance ensombrecido por la operación de yihad urbana lanzada el viernes en Kirkuk en la que hubo al menos 46 muertos y que las fuerzas de seguridad no pudieron sofocar hasta pasadas más de 24 horas. Los seguidores del califa recordaron al Gobierno de Bagdad que la derrota militar no significa el final del terror.

En el avance a Mosul los yihadistas intentan frenar al enemigo a base de francotiradores, objetos explosivos improvisados en las carreteras, morteros, operaciones suicidas… y el ataque a fábricas químicas como la de Mishraq, a la que los seguidores del califa le dieron fuego.

La nube tóxica de esta planta de azufre situada 55 kilómetros al sur de Mosul provocó la muerte de al menos dos civiles y más de mil acudieron a centros médicos con problemas respiratorios. Los hombres del califa también han recurrido a los escudos humanos para intentar ralentizar las operaciones y la ONU denuncia que han obligado a 550 familias a trasladarse a Mosul desde aldeas de los alrededores y las han repartido cerca de sus centros de operaciones.

Visita sorpresa de Ashton Carter

Pese a la buena coordinación entre iraquíes y kurdos estos primeros días, preocupa el futuro de Mosul cuando caiga el «califato» y, tras su paso por Ankara, el secretario de Defensa estadounidense Ashton Carter aterrizó en Bagdad en visita sorpresa. Carter se reunió con el jefe militar de la coalición internacional antiyihadista, el general estadounidense Stephen Townsend, y con el primer ministro iraquí Haider al Abadi, en un viaje en el que trató de rebajar la tensión entre Irak y Turquía, que mantiene sus soldados desplegados al norte de Mosul pese a la negativa de las autoridades de Bagdad. «Habrá un gran trabajo de reconstrucción y de estabilización por hacer» tras la reconquista de Mosul, señaló el enviado del Pentágono en el tercer viaje que realiza este año a la capital iraquí.

Esta visita coincidió con la liberación de varias localidades cristianas por parte del Ejército de Irak, entre ellas Qaraqosh, la considerada capital de los cristianos de Irak en la que tras varias jornadas de combates se logró acabar con la resistencia yihadista. También fue liberada Bartella y las campanas de su iglesia sonaron por primera vez en los últimos dos años como mostraron las imágenes de las cadenas iraquíes. Las últimas dos jornadas en Irak han estado también marcadas por la muerte de dos periodistas locales que cubrían el avance de las tropas hacia Mosul y el ataque múltiple contra Kirkuk.

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