El presidente chino Xi Jinping
El presidente chino Xi Jinping - EFE

China«Caza de brujas» en los medios chinos por una carta pidiendo la dimisión del presidente Xi Jinping

Siguiendo con su creciente represión, el régimen detiene a varios periodistas y técnicos de un portal de internet para descubrir a los autores de la misiva

Corresponsal en Pekín Actualizado: Guardar
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La publicación en internet de una carta anónima pidiendo la dimisión del presidente chino, Xi Jinping, ha desatado una «caza de brujas» para descubrir a sus autores. Firmada solo por «Leales miembros del Partido Comunista», dicha misiva apareció a principios de marzo como un editorial de la página «web» Wujie News, también conocida como Watching. Aunque dicho portal es afín a la propaganda oficial del régimen, sorprendió a propios y extraños por criticar el autoritarismo de Xi Jinping y su respuesta a los problemas que sufre el país. «China se enfrenta a retos sin precedentes y crisis en todas las esferas políticas, económicas, ideológicas y culturales», denunciaba la carta, que reclamaba la renuncia de su presidente porque «no creemos que el camarada Xi Jinping tenga la habilidad para dirigir al Partido ni al país hacia el futuro».

Aunque la censura que impera en internet retiró el mensaje, el periódico «The Washington Post» recuperó una versión y destapó la historia. Lo que ha ocurrido a continuación es una «caza de brujas» en toda regla para encontrar a los osados que se atrevieron a desafiar al régimen difundiendo tan provocadora carta.

Uno de los investigados es el columnista Jia Jia, que desapareció misteriosamente a mediados de mes y fue liberado el viernes pasado, según informa la BBC. Durante todos estos días, el periodista ha sido interrogado por la Policía, que lo detuvo en el aeropuerto de Pekín y lo ha mantenido confinado y alejado de su abogado y sus familiares. Una práctica que viene siendo cada vez más habitual en China, como se vio recientemente con las oscuras desapariciones de unos editores de Hong Kong que publicaban libros críticos contra el régimen. Tras perdérseles el rastro en extrañas circunstancias, aparecieron al cabo del tiempo en una televisión afín a Pekín confesando sus fechorías.

Además del columnista Jia Jia, ya liberado, han desaparecido el presidente de la página «web» Watching, Li Wanhui, dos de sus editores y dos informáticos, así como otros nueve técnicos de una compañía tecnológica encargada de su mantenimiento. Curiosamente, Li Wanhui es también editor de ts.cn, el portal de noticias del Departamento de Propaganda en Xinjiang, la región musulmana sacudida por tensiones separatistas y atentados terroristas. Para promocionar los beneficios económicos de las nuevas Rutas de la Seda que está impulsando China, Li Wanhui lanzó el año pasado la página «web» Watching en esta levantisca provincia. Por su parte, uno de los editores, Ouyang Hongliang, es amigo del periodista Jia Jia.

Las detenciones han llegado incluso a la familia de un destacado disidente exiliado en Estados Unidos, Wen Yunchao. Sus padres y su hermano menor fueron arrestados la semana pasada para coaccionarlo a él y que confesase quién escribió la carta, de la que el activista se ha desvinculado. «No puedo admitir cosas que no tienen nada que ver conmigo», aseguró en Twitter.

La Policía también detuvo esta semana a los tres hermanos de Chang Ping, un periodista que dejó China en 2011 por la presión de las autoridades y ahora trabaja en Alemania para la Deutsche Welle. «La Policía le ha pedido a mi familia que deje inmediatamente de publicar artículos críticos con el Partido Comunista de China», denunció Chang a la ONG China Change tras la liberación de sus parientes.

Ante este acoso, Reporteros Sin Fronteras ha criticado la creciente represión y la falta de libertad de expresión en China. «Esta desgraciada caza de brujas nos refleja la naturaleza dictatorial del régimen chino, pero el silencio universal por parte de los países europeos y toda la comunidad internacional es todavía más sorprendente», denunció Benjamin Ismaïl, responsable en Asia-Pacífico de RSF, en un comunicado.

Mientras continúa esta «caza de brujas», el régimen ha intensificado su control sobre los medios chinos, sometidos a la propaganda y la censura. El mes pasado, el presidente Xi Jinping visitó los principales medios estatales, como la televisión CCTV y el Diario del Pueblo, y recordó que la información debe estar al servicio del Partido Comunista. Por mucho que haya cambiado China con su apertura al capitalismo, hay cosas que continúan igual que siempre. Como la independencia de los medios, que sigue siendo ninguna.

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