Carmen de Carlos - EN EJE

Las cartas de Fernández

Es posible que el presidente argentino, para contentar a todos, juegue con dos barajas pero, más tarde o más temprano, tendrá que poner sus verdaderas cartas sobre la mesa

De izquerda a dercha, Díaz-Canel, Nicolás Maduro, Raúl Castro mientras escucha a Daniel Ortega, ayer en La Habana REUTERS

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Lo que queda de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de América (Alba) celebró la ceremonia del traspaso de mando de Mauricio Macri a Alberto y Cristina Fernández. Con «los Fernández» (de momento parecería que tanto monta, monta tanto) Venezuela, Cuba, Nicaragua, Antigua, Barbuda y media docena de islas ven un cambio favorable.

En La Habana, Nicolás Maduro anunció que relanzará el proyecto de Petrocaribe, para suministrar combustible barato a los socios del club. La zanahoria del petróleo le sirve al régimen de Caracas para alimentar apoyo político en instancias internacionales como la OEA.

«Nos ha tocado enfrentar épocas difíciles», dijo el sucesor de Hugo Chávez en la clausura de la edición del Alba a la que asistieron Daniel Ortega, Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel. Éste último fue el primer presidente al que recibió Alberto Fernández tras la ceremonia de investidura. El gesto, por mucho que el entorno del argentino se empeñe en restarle importancia, resulta significativo. Más, si se tiene en cuenta el protagonismo adquirido estos días en Argentina por aquellos que representan, con sus matices, el ideario bolivariano.

Invitar y colaborar en el viaje clandestino de Rafael Correa a Buenos Aires fue una decisión que complica en extremo las relaciones con el Ecuador de Lenin Moreno. Lo mismo sucede con el refugio concedido a Evo Morales. Ambos, prófugos, poco pueden ayudar a Alberto Fernández en su idea de liderar la región y sacar al país de la ruina. Tampoco le sirve, salvo para mantener tranquila a su vicepresidenta, abrirle las puertas a la nueva embajadora de Maduro, Stella Lugo Betancourt, vinculada a severos casos de corrupción y narcotráfico. Si a este escenario le sumamos las tensiones con Jair Bolsonaro y el portazo de Mauricio Claver, el enviado de Washington, los Fernández se encuentran con todos los frentes abiertos.

Román Lejman lo pone en duda al asegurar en Infobae que Alberto Fernández hizo gestiones secretas, por petición de EE UU, para que Maduro libere a seis ejecutivos de la petrolera Citgo. Es posible que el presidente, para contentar a todos, juegue con dos barajas pero, más tarde o más temprano, tendrá que poner sus verdaderas cartas sobre una mesa que Cristina Kirchner siente también suya.

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