David Cameron (izquierda) y Jean-Claude Junker, ayer en Bruselas
David Cameron (izquierda) y Jean-Claude Junker, ayer en Bruselas - REUTERS

Cameron intenta sin éxito cerrar un acuerdo con la UE antes de la cumbre

Juncker afirma que no tiene un plan B si el referéndum decide la salida de Londres

CORRESPONSAL EN BRUSELAS Actualizado: Guardar
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El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, sostiene que Gran Bretaña «permanecerá en la UE y será un miembro activo de la Unión». Mientras que el presidente del Consejo, Donald Tusk, reconoció ayer que aún queda mucho por negociar para llegar a un acuerdo que permita mantener al Reino Unido en su seno. Conforme se aproxima la cumbre de mañana, que debe aprobar el paquete de concesiones que se le ofrecerá al primer ministro británico, David Cameron, para que pueda pedir el «sí» en el referéndum, las cosas parece cada vez más complicadas.

En todo caso, la visita relámpago de Cameron ayer a las instituciones europeas tampoco ha servido de mucho. Una reunión rápida y mal coordinada con el presidente de la Eurocámara, Martin Schulz, y otra con el presidente de la Comisión, que no han clarificado ni dónde se encuentran las discusiones ni adónde esperan llegar para garantizar un acuerdo en la cumbre.

En el barullo de cámaras y periodistas, el más beneficiado fue el líder nacional-populista británico, Nigel Farage, que ayer aprovechó los focos para pasearse con su habitual desparpajo proclamando que lo que Cameron puede conseguir «es muy poco» frente a lo que él mismo promete: la salida pura y simple del Reino Unido de la UE.

El presidente del Consejo presentó a los gobiernos de los 28 países miembros un principio de acuerdo que pretende conciliar las aspiraciones británicas de limitar los derechos de los trabajadores europeos en su territorio y reducir su compromiso con la integración política en el seno de la Unión. Esas propuestas no han sido completamente definidas, porque todavía hay muchas incógnitas sobre su alcance y encaje jurídico. Tal como se ha realizado, la oferta solo sería válida si el Reino Unido aprueba en referéndum permanecer en la UE, lo que implica que solo puede ser ratificada por el Parlamento Europeo después de la consulta. Los portavoces de Cameron indicaron ayer que el presidente de la Eurocámara se había comprometido a favorecer la aprobación de estas reformas lo más rápidamente posible, pero lo cierto es que el propio Schulz dijo que no podía garantizar ni siquiera que la propuesta sea aprobada, porque todavía no se conoce.

«No hay nada claro»

Según el presidente del Consejo, que ayer estaba en Praga para negociar con el primer ministro checo, Bohuslav Sobotka, no hay nada claro todavía. «Creo que la propuesta que he presentado es justa y equilibrada para todos, pero aún debemos negociar mucho para llegar a un acuerdo» señaló Tusk.

Los más optimistas, como el portavoz del grupo liberal, el belga Guy Verhofstadt, creen que la solución para el Reino Unido es también la ocasión para aclarar que ese «estatus especial» que lo mantendrá dentro de la UE puede contener también la fórmula para dejar que los demás países caminen más rápidamente hacia esa «unión cada vez más fuerte», es decir la Europa de dos velocidades, una lenta para Londres y otra para todos los demás.

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