Bruselas quiere más control sobre las ONG que realizan rescates

Los ministros del Interior de la Unión Europea acordaron ayer apoyar a Italia en su tarea de afrontar la llegada masiva de inmigrantes desde las costas libias y dieron su visto bueno al plan presentado esta semana por la Comisión Europea, que se basa esencialmente en un incremento de las expulsiones de inmigrantes sin derecho a permanecer en territorio comunitario y la elaboración de un código de conducta para las ONG que realizan rescates en el Mediterráneo por su cuenta.

La reunión informal se celebró en Tallin, como primer evento de la presidencia semestral de Estonia, que debía haber ejercido el Reino Unido, pero que por razones obvias ha debido ceder el turno. «Italia no está sola y necesitamos acción, pero también discusiones adicionales sobre las medidas concretas.

Entre ellas, el código de conducta para las ONG recibió mucho apoyo», declaró el responsable de Interior estonio, Andres Anvelt, que admitió que las discusiones seguirán los próximos días.

Los ministros apreciaron la iniciativa italiana de «garantizar que los barcos de las ONG implicadas en las operaciones de búsqueda y salvamento operen en un marco de normas claras», en forma de código de conducta que debe ser «definido con urgencia», en cooperación entre el Gobierno italiano, la Comisión Europea y las propias organizaciones humanitarias.

«Este plan de acción implementa los principios fundamentales de nuestra política migratoria mostrando solidaridad con quienes huyen de la guerra y la persecución, al mismo tiempo que reforzamos nuestro trabajo para devolver a sus lugares de origen a quienes no tienen derecho a quedarse en Europa», dijo el comisario europeo de Migraciones, Dimitris Avramopoulos.

No son definitivas

Las conclusiones de la reunión, que no son definitivas desde el punto de vista legal, porque se trata de un encuentro informal, dejan claro el «pleno apoyo a Italia» en su aplicación de una «política de inmigración efectiva» y subraya la necesidad de seguir trabajando de manera prioritaria en la reforma del sistema europeo de asilo común o reglamento de Dublín, que es la base legal actual de la política europea de asilo. El comisario Avramopoulos manifestó su deseo de reformar ese reglamento «bastante pronto» para lograr un sistema «más justo». La decisión de la Comisión es ir avanzando en los aspectos en los que el acuerdo sea posible, sin esperar a que haya consenso en todo.