Boric pide que el plebiscito sobre la nueva Constitución no sea un juicio a su Gobierno

El presidente chileno demandó que es debata sobre su contenido y «no para ganar, sino para construir»

Mario José Errazuriz

Tras recibir el texto del borrador de la nueva constitución , el presidente Gabriel Boric pidió que el plebiscito ciudadano al que deberá ser sometido el mismo sea una votación referida a su contenido y alcances y «no un juicio al Gobierno».

La propuesta, elaborada por la Convención Constitucional (CC), tras un año de trabajo, postula una profunda refundación de Chile realizando modificaciones al sistema político, económico y judicial del país. Además de atenuar el presidencialismo, restándole facultades al gobernante; convierte al Congreso de Diputados en un órgano poderoso; pone término al Estado subsidiario, estableciendo uno de derechos sociales y solidario; y crea un sistema de justicia indígena paralelo al de los demás ciudadanos.

Boric, quien fue acompañado por sus ministros de Interior y de la Presidencia, firmó el decreto que convoca a un plebiscito el próximo 4 de septiembre, fecha significativa en la historia del país porque, hasta antes del pronunciamiento militar, dicho día era el de las elecciones presidenciales.

El plebiscito tiene carácter obligatorio según el acuerdo político alcanzado en 2019 que posibilitó el proceso constituyente y en el podrán participar cerca de 15 millones de chilenos.

El mandatario, durante la ceremonia realizada en la sede del Congreso en Santiago, señaló que el texto nace de un ente democrático y lo que corresponde ahora es tomar una decisión libre e informada.

Por lo mismo pidió que en los dos meses que vienen se debata sin descalificar al que piensa distinto, buscando la cohesión de Chile. «Debatir no para ganar, sino para construir», añadió.

«Este proyecto no es ni debe ser un juicio al Gobierno, es un debate sobre el futuro y destino de Chile», indicó.

En la ocasión la presidenta de la Convención Convencional María Elisa Quintero defendió el proceso realizado, marcado por múltiples polémicas, indicando que «el texto es perfectible, pero es el piso mínimo» desde donde avanzar hacia en un país igualitario.

En tanto, el vicepresidente Gaspar Domínguez sostuvo que «pase lo que pase el 4 de septiembre, Chile ya cambió» porque hay un nuevo estándar donde no se podrá pensar a las instituciones sin paridad y diversidad.

La ceremonia, a la cual no asistieron los expresidentes de la República, se desarrolló con tranquilidad y registró la interpretación tranquila del himno nacional.

Chilenos divididos

A partir de ahora, el Gobierno deberá difundir el contenido de la propuesta, cuidándose de no inclinarse por ninguna de las dos opciones del plebiscito. Es decir, mantener la neutralidad en el proceso.

Desde hace algunos meses las encuestas señalan que las opciones Apruebo y Rechazo están empatados dentro de las preferencias, aunque en la última semana el Rechazo se ha distanciado.

La petición de Boric, de no hacer un juicio al Gobierno en dichos comicios, se explica precisamente en estos números por cuanto a medida que crece el Rechazo, aumenta también los niveles de desaprobación ciudadana a su gestión.

Hasta el momento todos los partidos de centroderecha como Republicanos, UDI, RN y Evopoli anunciaron su rechazo al texto, mientras que, en la Democracia Cristiana importantes dirigentes y nueve ex timoneles han pedido «libertad de acción».

En el mundo socialista (partidos Por la Democracia, Radical y Socialista) la opción sería aprobar, aunque muchos dirigentes y exministros de la antigua coalición han declarado sus diferencias con su contenido.

De ganar la opción de rechazo el próximo 4 de septiembre seguirá vigente la Constitución de 1980, pero hay un convencimiento generalizado en los mundos políticos, empresarial y social que debe generarse un nuevo texto.

En este escenario, durante meses ha flotado la necesidad de dar una salida diferente al país en caso de que gane la opción de rechazo. Este pasaría por generar un nuevo borrador, pero para ello sería necesario modificar la carta vigente de 1980.

Es así como los sectores de centroderecha empujan la opción «Rechazar para Reformar», mientras que en la centroizquierda varios postulan «Aprobar para Mejorar» el borrador presentado por la CC.

Para hacer viable la tercera opción dos senadores de DC presentaron un proyecto que está siendo debatido desde la semana pasada y que modifica la Constitución de 1980 bajando los quórums para reformarla de 2/3 a 4/7 y así facilitar la generación de un texto alternativo.

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