Una redada policial en Molenbeek
Una redada policial en Molenbeek - ABC

Molenbeek, el barrio de Bruselas epicentro del yihadismo europeo

El Gobierno belga reconoce que tiene un grave problema en la zona

BRUSELAS Actualizado: Guardar
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Es el segundo municipio más pobre de Bélgica y uno de los que tiene más densidad de población y más joven. También es el lugar de procedencia de la mayor parte de los musulmanes que han ido a combatir en Siria al lado del Estado Islámico. El barrio de Molenbeek, en pleno centro de Bruselas, atrae todas las miradas después del atentado de París.

El ministro del Interior belga, Jan Jambon, ha anunciado abiertamente que se va a implicar de forma personal en la rehabilitación de esta zona, donde reconoce que las instituciones han perdido el control: «Tenemos un problema y hay que pararlo como sea. Esto no puede seguir así». Los ideólogos del atentado de Atocha en España o los autores del ataque contra la redacción de «Charlie Hebdo» pasaron también por Molembeek.

No es casualidad que ahora las investigaciones sobre los atentados de París hayan llevado inmediatamente hacia las calles de este barrio con una gran proporción de habitantes de origen marroquí.

Es un barrio donde se suelen instalar los recién llegados a Bélgica antes de establecerse en una zona mejor, por lo que hasta su alcaldesa, la liberal Françoise Schepmans, ha reconocido que no le extraña que algunos de los autores vinculados con este ataque hayan pasado por allí. «En Molenbeek hay una alta densidad de población de origen marroquí» ha reconocido en una entrevista publicada ayer mismo. «Algunos jóvenes están mal integrados. Las familias no podían anticipar ciertas situaciones y se han desarrollado fenómenos de radicalismo violento. El problema se amplifica con las noticias internacionales y ciertamente no lo hemos sabido prever. La realidad es difícil. Pero eso no justifica nada».

Ayer a media tarde ya eran al menos siete las personas detenidas en Molenbeek en relación a los atentados de París, según información oficial. La fiscalía ha confirmado también que dos de los autores directos de los atentados eran personas de nacionalidad francesa pero residentes en Molembeek. La policía francesa ha lanzado una orden de búsqueda contra Abdesalam Salah, nacido en Bruselas en 1989.

Que los coches utilizados en los atentados lleven matrícula belga o hayan sido alquilados en Bélgica no son más que hechos que confirman el grado de penetración del reino de Bélgica por parte de los medios del islamismo radical.«Ha habido cierta dejadez y ahora pagamos la factura por lo que no se hizo en el pasado» ha reconocido en las últimas horas el primer ministro belga Charles Michel. «Hace varios años que Bélgica alerta sobre el fenómeno de los que van a combatir en Siria y regresan a territorio europeo con el fin de llevar a cabo ataques».

Clima de hostilidad

Oficialmente las autoridades de este país han anunciado que en Siria hay más de 270 belgas combatiendo con los fanáticos del Estado Islámico. Si se guardase la misma proporción respecto a la población del país, habría más de mil cien españoles o cerca de mil setecientos franceses. Las cifras revelan claramente la existencia de un problema real. Los belgas lo saben y en otros barrios las autoridades han logrado incluso desintoxicar a los que vuelven de Siria.

En la Edad Media, Molenbeek atraía a los peregrinos por las virtudes de la fuente de San Juan. Durante el siglo pasado, el declive industrial fue llenando la zona de carcasas de fábricas abandonadas donde poco a poco se construyeron viviendas sociales ocupadas por inmigrantes magrebíes que encontraron un entorno económico desértico. Cuando uno se pasea estos días por las calles de este barrio del centro de Bruselas, abandonado por los belgas, no escucha más que jóvenes irritados por la presencia de las cámaras de televisión «que solo quieren filmar a gentes de piel oscura para decorar las historias de terrorismo» y que aseguran que las operaciones policiales como las que se han llevado a cabo después de los atentados de Paris «son lo que más aumenta la radicalización». Si es así, habrá que ver qué sucede con lo que ha dicho el ministro del Interior en una entrevista a la televisión flamenca: «Voy a hacer limpieza en Molembeek. Estamos en guerra contra Estado Islámico».

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