El autoritarismo, la inmigración y la mujer marcan la Cumbre Iberoamericana

Los mandatarios también alertaron de los daños del cambio climáticoy del crimen organizado

EP

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Los jefes de Estado y de Gobierno de 15 países -todos ellos hombres-, incluidos el Rey y el presidente del Gobierno español, que asistieron ayer a la Cumbre Iberoamericana de Antigua, hicieron llamamientos a resolver los principales problemas de la región. Y, entre estos, debatieron sobre la crisis migratoria, en la que se puso como ejemplo a seguir la política española; el autoritarismo, la discriminación de la mujer, la pobreza o el calentamiento global. Pero también se habló del crimen organizado y del bajo precio del café, que tanto preocupa a los países productores, víctimas de un cambio climático que ha empobrecido enormemente a algunas de estas naciones. El acto se celebró en un antiguo convento colonial, Santo Domingo del Valle, convertido en hotel-museo, a cuyas puertas se acercaron algunos grupos de manifestantes.

Los ausentes

La cumbre se celebró con la ausencia de los jefes de Estado de Argentina, Chile, Colombia y Uruguay, y muy especialmente sin los de Cuba, Nicaragua y Venezuela, que no oyeron en persona los llamamientos a la democracia y libertad que hicieron algunos de los mandatarios y que iban especialmente dirigidos a estos dictadores.

Una de las voces que condenó las dictaduras -sin citarlas- fue la del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, quien instó a los países iberoamericanos a defender la democracia frente al autoritarismo porque «el mundo no conoce otro sistema mejor, por notables que sean sus fallos». La democracia, dijo, es el único sistema que puede vencer el miedo, la construcción de muros y los discursos xenófobos. El único sistema que puede construir prosperidad.

A quienes «minimizan la democracia», les recordó que la democracia sigue siendo una palanca muy potente cargada de futuro y que el espacio que deja vacante la democracia suele ser ocupado por «políticas autoritarias». «Frente al repliegue nacional en buena parte del mundo, nuestra comunidad iberoamericana ofrece una alternativa de esperanza basada en la solidaridad», dijo y defendió valores como la democracia, el Estado de Derecho y los Derechos Humanos.

También el presidente de Paraguay, Mario Abdo, pidió que estos encuentros «contribuyan a la paz y a la reconciliación», e hizo un llamamiento a los mandatarios para que gobiernen para todas las sensibilidades políticas. «Hemos sido testigos de los estragos causados por los gobiernos que han olvidado su sagrado deber de respetar al colectivo que les ha elegido», alertó.

Opción, no obligación

La crisis inmigratoria estuvo muy presente en los discursos. El presidente de Guatemala, Jimmy Morales, pidió a los países iberoamericanos a que no se continúe «hablando de muros sobre fronteras» y a centrarse en que las personas «encuentren oportunidades en sus países de origen» para que la emigración sea «una opción y no una obligación».

El presidente saliente de México, Enrique Peña Nieto, urgió a la comunidad iberoamericana a unirse al Pacto Mundial para la Migración de Naciones Unidas, e insistió en que la mejor manera de evitar la migración involuntaria «es promover el desarrollo interno en nuestras naciones». «Los migrantes no pueden ser considerados ilegales. No hay seres humanos ilegales», dijo el presidente de Bolivia, Evo Morales, y el de Ecuador, Lenín Moreno, instó a ocuparse de esta «tragedia humana».

Además del anfitrión, el guatemalteco Jimmy Morales, a la cumbre asistieron los presidentes de Bolivia, Evo Morales; Perú, Martín Vizcarra; Ecuador, Lenin Moreno; Paraguay, Mario Abdo Benítez; Panamá, Juan Carlos Varela; Honduras, Juan Orlando Hernández; El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, y Costa Rica, Carlos Alvarado. También acudieron los presidentes salientes de Brasil, Michel Temer, y de México, Enrique Peña Nieto, que recibieron sendos aplausos de despedida porque en los próximos días pasaran el relevo a sus sucesores, el brasileño Jair Bolsonaro y el mexicano Andrés Manuel López Obrador, que no asistieron a la Cumbre. Igualmente viajaron hasta Antigua los presidentes de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, y de Andorra, Antoni Martí, cuyo país albergará la próxima Cumbre Iberoamericana en 2020.

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